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Fondo de Inversión: el activo financiero más versátil

¿Quién no ha oído hablar de los Fondos de Inversión? ¿Quién no ha invertido en uno de ellos? ¿A quién, su intermediario financiero, no le ha ofrecido uno para invertir sus ahorros? La respuesta es nadie porque es uno de los productos financieros más versátil, conocido y preferido de los ahorradores para hacer sus inversiones, entre otras cosas, por sus múltiples ventajas tanto fiscales como financieras.



Desde sus comienzos, han sufrido los vaivenes de los Mercados Financieros, han sufrido los múltiples cambios fiscales, han sufrido críticas, en fin, de todo y aún así, ahí siguen: en la cresta de la ola. Y se mantienen en lo alto porque el inversor doméstico, mediante este tipo de activo financiero, es capaz de invertir en valores y en productos que de otra forma no podría alcanzar ni de lejos. Y esto es así porque el Fondo de Inversión permite al inversor invertir en productos adaptados a su perfil inversor, así como a su nivel de riesgo debido a la gran variedad que existen en el Mar de los Mercados Financieros.

¿Qué es un Fondo de Inversión y su funcionamiento?

Un Fondo de Inversión es una institución de inversión colectiva formada por el patrimonio que aportan inversores físicos o jurídicos llamados partícipes.

El Fondo es administrado por una Sociedad Gestora que será la responsable de la gestión y administración siguiendo unas directrices establecidas con anterioridad y que deberán ser conocidas por el partícipe.

A su vez, y diferente de la anterior, existirá una Sociedad Depositaria cuya misión es la de custodia, garantía y vigilancia de las inversiones que realiza la Gestora.

El partícipe es el dueño de la parte proporcional del patrimonio del Fondo según las participaciones asignadas en las aportaciones dinerarias realizadas.

El folleto informativo recoge toda la política de inversión del Fondo y sus comisiones. La Entidad Financiera, antes de que el ahorrador suscriba un Fondo de Inversión, debe de entregar el folleto simplificado y el último informe semestral de cómo se ha comportado el Fondo que queremos suscribir. Si el inversor lo desea, puede solicitar el folleto completo y los últimos informes publicados. En cualquier caso, la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) pone a disposición del ahorrador el folleto informativo de cualquier Fondo consiguiendo así, el futuro partícipe, una información muy valiosa para, a priori, elegir el Fondo que más se asemeje a sus necesidades de inversión.

Tanto la sociedad Gestora como la Depositaria cobrarán unas comisiones al partícipe, dentro de unos límites máximos fijados por ley, que varían en función del tipo de Fondo y deberán estar visibles en el folleto informativo de cada uno de ellos. Estas comisiones son independientes de la rentabilidad del Fondo y se descuentan diariamente del patrimonio reduciendo la rentabilidad obtenida por el inversor. Entonces, ya tenemos un dato para tener en cuenta: cuanto menor sean las comisiones, mayor será la rentabilidad del Fondo. Algunos Fondos, la Gestora puede cobrar comisiones de suscripción y/o reembolso al partícipe en el momento de la compra o venta de participaciones. Para tener una idea más exacta del coste real de las comisiones habrá que fijarse en el TER (Total Expense Ratio), el cual incluye todos los gastos.

Los Fondos de Inversión (excepto los ETF que tienen una fiscalidad igual a las acciones cotizadas) tienen unas ventajas que son únicas y muy ventajosas con respecto al Fisco

Las participaciones del Fondo tienen, diariamente, un valor liquidativo que será el que se obtenga por la división entre el patrimonio valorado y el número de participaciones que posee el Fondo. A partir del cálculo de este valor liquidativo se obtiene la rentabilidad del Fondo, pudiendo ser negativa o positiva.

Cuando el inversor deposita su dinero en un Fondo, la Gestora lo invierte en una serie de activos que pueden ser tan variopintos como títulos de renta fija, acciones, derivados, divisas, materias primas, otros Fondos de Inversión o una combinación de lo anterior según la política de inversión que tenga establecida dicho fondo. Insisto en que esta combinación puede ser y deberá ser conocida por el partícipe. Es decir, la Gestora coge nuestro dinero, lo añade al Fondo y lo invierte consiguiendo para el partícipe una pequeña cartera, a la medida, idéntica a la del Fondo en su totalidad. De ahí que usen los Fondos, sobre todo, los inversores que no quieren o no saben gestionar el dinero de la misma forma que lo puede hacer un gestor profesional.

Tipos de Fondos

Al ser tan amplia la gama de Fondos de Inversión que existen en el mercado no hay más remedio que clasificarlos de alguna forma. La más sencilla es hacerlo según el tipo de inversión que realiza la Gestora.

  • Fondos de renta fija: Invierten en renta fija en su totalidad.
  • Fondos de renta variable: Invierten un mínimo del 75% en renta variable.
  • Fondos de renta fija mixta: Invierten un mínimo del 70% en renta fija.
  • Fondos de renta variable mixta: Invierten en renta variable un mínimo del 30% y un máximo del 75%.
  • Fondos monetarios: Pueden ser a corto y largo plazo. Se caracterizan por la ausencia de renta variable, divisas y materias primas aceptando suscripciones y reembolsos diariamente.
  • Fondos de gestión pasiva: Invierten replicando un índice.
  • Fondos total o parcialmente garantizados: Invierten asegurando total o parcialmente la inversión inicial del partícipe.
  • Fondos de retorno absoluto o inversión libre: Invierten en cualquier tipo de activo. Suelen ser poco líquidos y, en ocasiones, imponen un periodo mínimo de de permanencia.
  • Fondos de fondos: Invierten en otros Fondos de Inversión. Aquí se incluyen los Fondos de inversión libre o hedge funds.
  • Fondos globales: Su política de inversión no encaja en ninguna de las anteriores.
  • Fondos cotizados o ETF: Se negocian en la Bolsa como si de una acción se tratara, siendo una mezcla entre Fondo y acción. 

Fiscalidad

Los Fondos de Inversión (excepto los ETF que tienen una fiscalidad igual a las acciones cotizadas) tienen unas ventajas que son únicas y muy ventajosas con respecto al Fisco. Para empezar, solo se tributará por ellos si se venden participaciones. La Gestora nos dará toda la información de la ganancia o pérdida patrimonial, facilitando la incorporación de datos en la declaración del IRPF. 

Se puede traspasar el dinero de un Fondo a otro sin peaje fiscal, es decir, no se paga nada a Hacienda. Esto es así, aunque sea entre diferentes Gestoras, diferentes Fondos, diferentes zonas geográficas, etc.

Al ser participaciones, se tributa por la ganancia o por la pérdida patrimonial y no en su totalidad.

Todos los Fondos están controlados por la CNMV y están obligados a enviar al partícipe toda la información en informes periódicos indicando la estrategia y su rentabilidad.

Al poderse compensar las minusvalías con las plusvalías, se puede elegir el momento de venta teniendo en cuenta los tiempos para las correspondientes compensaciones con otros bienes patrimoniales.

La fiscalidad es algo que se debe tener siempre presente pues cambia según se modifique la ley del IRPF. Hasta hoy, los Fondos salen favorecidos, aunque se hace, siempre, una retención en origen a cuenta del IRPF.

Inversión 

Las plusvalías y minusvalías dependerán de la evolución de los activos que constituyan la cartera del Fondo. Como en cualquier activo financiero que se quiera invertir dinero, hay que saber el riesgo que se está dispuesto a asumir y durante cuánto tiempo se puede prescindir del dinero invertido.

La información es primordial. Si no se tiene, habrá que acudir a algún experto que esté de nuestro lado o no invertir en el Fondo si no se conoce. Si, al final, nos decidimos por uno en concreto, no podremos olvidarnos de él, aunque esté gestionado por profesionales y expertos que intentarán buscar un beneficio para el Fondo. Pero, por desgracia, no siempre es así, y no porque el gestor sea malo, que los hay, si no porque donde invierte el Fondo ha dejado de ser rentable y debemos traspasarlo a otro Fondo que invierta en otro sector con más beneficios. Con esto quiero decir que la inversión en Fondos de Inversión no debe de ser estática: al igual que las acciones, deberá de existir un dinamismo controlado por el partícipe en consonancia con el intermediario porque es posible que, algunas veces, las comisiones de traspaso se coman la rentabilidad.

Todos los Fondos están controlados por la CNMV y están obligados a enviar al partícipe toda la información en informes periódicos indicando la estrategia y su rentabilidad.

Si quiebra la Entidad Financiera donde se ha contratado el Fondo, no pasa nada pues la inversión no se verá afectada. Los activos están totalmente separados de los de la Entidad Intermediaria y Depositaria, no teniendo nada que ver con la Entidad Comercializadora.

La liquidez de los Fondos de Inversión no es inmediata, pues no se dispondrá del dinero hasta pasados un par de días.

El Fondo de Inversión tiene casi todo lo que un inversor necesita: son fáciles de comprar y vender, están perfectamente regulados, no requieren de grandes cantidades de dinero para invertir y están gestionados por profesionales.
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