Con motivo de los recientes episodios vividos en nuestra piel de toro, parece que la Inquisición vuelve por sus fueros. No voy a comentar lo que todos conocemos y aceptamos como algo normal: que los medios de comunicación público arrimen el ascua a su sardina, si no hechos que nos devuelven a los tiempos medievales oscuros y que consisten principalmente en matar al mensajero en lugar de averiguar si son ciertas sus aseveraciones.
- En la Comunidad Valenciana, con el conocimiento del President, se ha llevado a cabo por parte de la policía autonómica y sin las debidas garantías el interrogatorio del jefe de prensa del vicepresident del Consell para intentar descubrir el topo que filtra lo que debería ser de dominio público: el sueldo de los altos cargos, los gastos inherentes a su cargo en la caja fija, y diversos dispendios. En lugar de averiguar lo que es cierto o no, y entablar en su caso las reclamaciones oportunas para que devuelvan el dinero y sancionarlos administrativamente y llevarlos a los tribunales, se busca al TRAIDOR (para el partido), HÉROE (para los ciudadanos).
- La comparecencia de Pujol ante el Parlament de Catalunya es una muestra de que el franquismo no ha muerto. Amenazar a los que quieren saber, con tirar de la manta ,ha tenido su efecto inmediato...Todos callan.
Lo que todo el mundo sabe en España, que todos estan pringados (de 86 tarjetibles, 83 tarjeteros), se descubre ahora con el silencio cómplice de todos nosotros.
Somos el único país donde los jueces son juzgados antes que los delicuentes y al final hay que estar agradecido a Elpidio y Baltasar que tiraron de la manta, a pesar de las presiones y que les ha costado la carrera. Mientras, es deleznable oir que la culpa de todo es la Ley de Cajas (algo abstracto y etereo) que modificó la composición de los órganos de gobierno y no de los chorizos que pusieron los partidos, sindicatos, ayuntamiento y patronal para que les ayudaran en su financación de una práctica que según Martínez Pujalte, portavoz económico del PP en varias legislaturas y profundo conocedor de los paraísos fiscales, era generalizada y él sabiéndolo no lo denunció.