Quizás nunca fue verdad. A lo mejor se trataba solamente de una de tantas exageraciones del saber popular recogidas por maestros del humor sevillanos como Pepe da Rosa (padre), El Perejil o Paco Gandía. Después de todo, el Valle del Guadalquivir es proclive a toda suerte de excesos partiendo de leves reminiscencias. Vamos, lo que es la guasa. Un pollo pasado de fecha, o unos ojos tristes que le comenta la Mari al marío, un Paco Gandía por la tele deslizando el chascarrillo en medio del chiste de los garbanzos y... ¡chas! Nunca más será posible evitar acordarte de unos pollos (que jamás viste) cuando das con una situación que sabes que muy probablemente no va a terminar bien.
Y justo eso es lo que me ocurre cuando me acuerdo de la cotización del Santander, no puedo evitarlo. Ya no se trata sólo de saber que estamos ante un banco con un riesgo tremendo por la situación en Iberoamérica, capaz por sí solo de desencadenar un cisne negro en el ibex. O que ha confirmado que es capaz de maltratar a sus accionistas como nadie y aún así le siguen "queriendo". Tampoco voy a descubrir la pólvora por decir que a principios de 2008 la entidad cántabra sumaba 6.254 millones de títulos, con una capitalización de 92.500 millones, mientras que ahora tiene 14.316 millones de títulos y capitaliza 66.286 millones. Es decir, Santander tiene un 129% más de acciones mientras que capitaliza un 28% menos desde entonces. A todo esto, su beneficio se ha reducido un 35%. Es decir, el beneficio por acción (BPA) se ha dividido por cuatro en tan sólo siete años.
Parafraseando a luisalfil, no hay ni un número bueno en el Santander (a excepción de los salarios y bonus de sus directivos, claro está).
Todos esos hechos infuyen, claro. Pero lo que está confirmando muy mucho mis sospechas de que aún no hemos visto nada, y vaya si ha bajado el SAN en este año, es que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) ha dado un toque bastante serio advirtiendo de que las entidades financieras que no tengan el capital saneado no podrán dar dividendos.
De cajón, ¿no?
Pues miren los ratios de capital del Santander, vean su exposición a mercados preocupantes, las evolución del número de acciones en circulación y su BPA durante los últimos años y díganme si la medida tomada por su presidenta en enero de este año es suficiente para asegurar que la entidad podrá cumplir en el futuro las exigencias de Basilea III sin tener que hacer frente en el futuro a meter la mano en el bolsillo de los accionistas. De nuevo.
Yo creo que no será suficiente. Y por ello, preveo en un futuro no muy lejano:
- Otra ampliación de capital urgente y acelerada.
- Una importante reducción o incluso supresión del dividendo.
- Ambas dos y/o cualquier medida para seguir expoliando al sufrido accionista.
A todo esto, el toque de la EBA podría ser interpretado como un mensaje a las entidades grandes para adqurir medianas. De acuerdo, pongámonos optimistas ¿Creen que una absorción de, pongamos por caso, Liberbank o Bankia por parte de un gran banco, (y el más grande de todos es el Santander) repercutirá positivamente en su cotización?
Yo no.
Tengan cuidado, no se les indigeste como le pasó al niño que fue a los toros harto de garbanzos. Quebrar no va a quebrar, no hace falta que una empresa quiebre para que sus accionistas sean desplumados, no lo olviden. Normalmente las empresas se salvan de situaciones peliagudas a costa de ellos.
P.D. Si se quieren adoptar estrategias bajistas en el SAN las que figuran en el post Spread con el Santander para lucrarse con la ampliación de capital restringida y el cambio de política de dividendos permanecen plenamente vigentes, así como el spread con Bankinter. Mejor con futuros si el plazo de realización se contempla largo para no pagar gastos de financiación con cfds. Y si el mercado de opciones y sus horquillas lo permitieran, un corto sintético puede salir muy bien de precio para la pata bajista.