Esto no es un consejo médico ni espiritual. Solo es lo que me sale desde el cansancio, desde la búsqueda, desde la experiencia de vivir con fibromialgia y no entender el porqué de muchas cosas
Manifiesto de un "alma" que busca sin descanso
No sé si hay un Dios. No sé si tengo alma. No sé si hay un lugar al que volver cuando esto termine.
Pero algo en mí se resiste a aceptar que esto sea todo. No es miedo, no es religión, no es necesidad de consuelo. Es una sensación interior profunda, inagotable, de que hay algo más.
Me dijeron que la vida era esto: nacer, crecer, trabajar, sufrir, morir. Pero mi mente no se conforma. Y mi alma, si es que existe, no se calla.
Me enseñaron a buscar certezas. Pero vivo rodeado de preguntas. Y no me basta con "vivir" por inercia. Necesito comprender. Necesito sentido.
No necesito tener todas las respuestas. Pero sí necesito algunas. Necesito entender lo justo para no sentirme perdido. Necesito sentir que esto que vivo no es inútil, que algo significa.
Y cuando una respuesta llega, ya estoy buscando la siguiente. No por obsesión, sino porque algo en mí sigue despierto. Porque nunca me conformo del todo, y sé que en algún rincón hay algo que me espera: una idea, una sensación, una certeza propia que me devuelva algo de paz.
Desde que enfermé, las preguntas se hicieron más intensas. El dolor, la monotonía, la impotencia… todo eso empuja con más fuerza hacia lo profundo. No puedo evitar preguntarme: ¿para qué esto?, ¿por qué así?, ¿quién soy realmente, más allá de este cuerpo roto?
No tengo respuestas definitivas. A veces creo en la luz. A veces dudo de todo. A veces me siento más ateo. Otras, más agnóstico. Y otras tantas, me sorprende sentirme espiritual sin saber por qué.
No quiero dogmas. No quiero que nadie me diga en qué creer. Solo quiero que lo que crea me resuene en el pecho, aunque no lo pueda explicar.
Tal vez no estoy perdido. Tal vez simplemente estoy caminando sin mapa, en un mundo que tampoco tiene muchas señales claras.
Y aunque duela, aunque canse, aunque a veces me sienta roto, sigo teniendo el valor de preguntar.
Y eso, aunque no lo sepa del todo, también es parte de mi verdad.