Mire, el problema de su argumento es que mezcla hechos con excusas. Que haya corrupción en otros partidos nadie lo discute, pero aquí estamos hablando del Gobierno actual y de su entorno inmediato, no de buscar “y tú más” para desviar la atención. Lo que está pasando ahora no es un invento ni una conspiración: hay imputaciones, investigaciones y detenciones dentro del círculo del presidente. Negarlo es absurdo.
Habla de “tribunales benevolentes”. Precisamente eso es lo que preocupa: que mientras a unos se les exige el máximo rigor, en estos casos ya hemos visto maniobras, retrasos y decisiones que huelen demasiado a protección política. Ahí es donde está la doble vara de medir.
Dice que “nadie ha demostrado que el presidente se haya enriquecido”. Perfecto, tampoco nadie está hablando solo de dinero. La cuestión es la corrupción política y el uso del poder para favorecer a los que están cerca. Que el presidente no esté imputado no borra el hecho de que su entorno más cercano esté plagado de casos. Y cuando todo tu círculo huele mal, no puedes poner cara de sorpresa y decir que no sabías nada.
Sobre el fiscal: la revelación de secretos es un delito gravísimo, no una anécdota. Y no, no es comparable a los casos que usted menciona porque aquí hablamos de la persona que debe garantizar imparcialidad actuando como parte del engranaje político. Ese es el núcleo del problema: el órgano que debe proteger la legalidad está al servicio del poder que debería vigilar.
Y lo de la “víctima” ya es de traca. En cualquier otro contexto, filtración de documentos internos y exposición de datos reservados acabarían con una inhabilitación fulminante. Pero aquí no: aquí se justifican y se minimizan porque políticamente interesa.
En cuanto a la comparación entre partidos, seamos serios: no se trata de contar casos como si fuesen cromos, sino de ver dónde están ocurriendo ahora mismo, quién gobierna y quién está usando las instituciones en su beneficio. La balanza no se inclina sola: la inclinan quienes están en el poder mientras señalan a otros para no asumir responsabilidades.