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España país de pandereta y genocidio

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España país de pandereta y genocidio
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España país de pandereta y genocidio
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#3062

Re: España país de pandereta y genocidio

No te has fijado bien. La primera bestia es tu líder, las otras son sus hermanas.

#3063

Re: España país de pandereta y genocidio

Un partido político decide presentarse a gobernar un país, en campaña apela al patriotismo, al nacionalismo, a recuperar la identidad como nación que el resto de países les habían robado, culpa también a determinados colectivos de los problemas que arrastra el país, propone leyes no muy gordas para controlar las fronteras, militarizar el país, una efectiva autocracia, a medida que avanza la campaña, los que no piensan como él y sus acólitos son tildados de traidores, extremistas, antipatriotas y promete crear leyes que acaben con toda esta lacra social que es la que realmente impide la evolución del país, mientras, sigue reforzando la idea del buen patriota, que lo nuestro es nuestro y de nadie más, que hay que impedir que nos quiten lo que siempre ha sido nuestro y recuperar lo que ya nos han quitado por culpa de un gobierno traidor demasiado laxo con nuestros enemigos y demasiado permisivo con esos colectivos antipatriotas...

Y cómo son las cosas, esto no es España en 2018, es Alemania en 1932, el resto es Historia.

#3065

Re: España país de pandereta y genocidio

Un laboratorio multiplicó sus ingresos retirando cinco anticancerígenos

La decisión de Aspen Pharmacare, investigado por la Comisión Europea, obliga a los hospitales españoles a comprarle los fármacos en el extranjero hasta 30 veces más caros

https://elpais.com/sociedad/2018/12/04/actualidad/1543956295_803332.html

Eso pasa cuando abandonas la investigación y te dedicas a exportar pepinos, recibir turistas Saloufest, Magallug, y hacer coches a bajo precio..... Pero no os preocupeis que con la banderola se arregla todo,.....jajajaja....

#3068

Re: España país de pandereta y genocidio

Navío de línea «San Telmo»: El descubrimiento español de la Antártida que fue silenciado por Inglaterra

Víctima de una tempestad en el Cabo de Hornos, el navío de línea y sus 644 tripulantes fueron a parar a la isla de Livingston meses antes de que Gran Bretaña tomase posesión de la zona

Rodrigo Alonso Rodrigo Alonso
@RodAlonsooSeguir

 

La Historia de España no se puede entender sin prestar atención al mar. A todo lo bueno, y también todo lo malo, que se ha logrado surcándolo, conociéndolo y, en algunos casos, sufriendo su cólera; como le ocurrió al  navío de línea «San Telmo». Enviado en 1819 a América con el objetivo de combatir los levantamientos independentistas, el buque acabó varado sin remedio en el, hasta entonces inexplorado, continente helado de la  Antártida a causa de una tempestad.

Allí su tripulación, compuesta por  644 marinos, probablemente murió rodeada por gélidas aguas y cascotes de hielo. Dada por perdida la embarcación desde la Península, poco tiempo después, los ingleses llegaron y se anotaron el tanto, pasando a los libros de Historia como los primeros en llegar a este remoto e inclemente territorio. Mientras tanto, la acción española quedaba silenciada.  Caía en el olvido más remoto.

Hacia el fin del mundo

Igual que en el caso del descubrimiento de América, la llegada española a la Antártida fue  fruto del azar. Ninguno de los hombres que iban a bordo del San Telmo el día que zarpó de Cádiz rumbo hacia el oeste, el 11 de mayo de 1819, podía imaginar que unos meses después se encontrarían atrapados en uno de los territorios más inhóspitos del planeta. Por el contrario, lo más normal es que para entonces se encontrasen en  El Callao (Perú), donde se unirían a las menguantes tropas realistas que combatían a favor de los intereses de la metrópoli, regida por entonces por Fernando VII.

 

En la misión, el navío de línea, que ejercía como nave capitana, iba acompañado por el « Alejandro», un buque de construcción rusa que tuvo que retornar a España pocas semanas después del inicio de la travesía, y dos fragatas, una de guerra y otra mercante, llamadas respectivamente « Prueba» y « Primorosa Mariana». Al mando de la expedición se encontraba un almirante criollo veterano de  Trafalgarllamado Porlier, que según se dice, comentó antes de zarpar, como si de una premonición se tratase, que se dirigía a una misión de la que no esperaba retornar con vida.

Para llegar a su destino, los cuatro buques tendrían que doblar el Cabo de Hornos. Bajo las embravecidas aguas que lo recortan yacen los restos de cientos de navíos que, a lo largo de los siglos, han naufragado en esa punta de flecha en la que se encuentran el Atlántico y el Pacífico. Surcarlo supone un reto apto únicamente para los mejores marinos y las naves mejor preparadas, como era el caso del «San Telmo». Botado el 20 de junio de 1788, el buque contaba con 54 metros de eslora y 74 cañones. Antes de tomar parte en la travesía hacia El Callao, había participado en la  Guerra de la Independencia española, donde combatió junto a buques ingleses.

«El Cabo de Hornos», por Alf Tutt Madsen

«El Cabo de Hornos», por Alf Tutt Madsen

Durante el viaje, los tres navíos que quedaban después de la retirada del «Alejandro», fondearon en Río de Janeiro y Montevideo con el fin de aprovisionarse en su camino hacia Perú. Después de más de tres meses desde el inicio de la travesía, el 2 de septiembre, el convoy se encontró de sopetón con un temporal en el  Mar de Hoces, también conocido como Paso de Drake en honor al  pirata británico, que es la grieta marítima que separa las  islas Shetland (en la Antártida) de la punta en la que culmina Sudamérica. La nave capitana desapareció para siempre entre olas embravecidas y fuertes y fríos vientos. «Hemos dejado de ver al «San Telmo» en latitud 62º sur y longitud 70º oeste con averías graves en el timón, tajamar y verga mayor», según aparece recogido en el cuaderno de bitácora del Primorosa Mariana.

De este modo, con grandes daños, el «San Telmo» acaba siendo arrastrado hacia el sur por la corriente, hasta que acaba encallado en la que más tarde fue llamada  isla de Livingston, la segunda más grande en superficie entre las Shetland. En esa tierra, probablemente, sus tripulantes perdieron la vida víctimas del frío antártico, aunque  no se sabe con exactitud lo que ocurrió con ellos. Otras teorías señalan que los supervivientes pudieron haber construido una balsa con la que intentaron huir de la isla.

El silencio británico

Tan solo un mes después de que tuviese lugar el naufragio, un bergantín inglés capitaneado por el británico  William Smith llegaba a la zona. Según parece, la  Royal Navy llevaba tiempo buscando un paso que permitiese sortear los peligros de navegar en las proximidades del Cabo de Hornos. De este modo, Smith habría divisado las Shetland en febrero de 1819, pero en lugar de poner pie en tierra se dirigió hacia Valparaiso, donde informó sobre su hallazgo. Cuando dirigió sus pasos hacia la zona con el fin de explorarla y de reclamar su posesión para el Imperio Británico, se topó con los restos de un buque de pabellón español. A su alrededor pudo observar restos de animales que, posiblemente, fueron cazados por los náufragos del «San Telmo».

El San Telmo

El San Telmo

A pesar de que Smith informó debidamente de que no había sido el primero en arribar a la Antártida, recibió órdenes de sus superiores de guardar silencio; cosa que aceptó. Mientras en los confines del mundo ocurría esto, en la Península Ibérica la desaparición del navío y de sus 644 navegantes  importaba poco o nada. De este modo, en mayo de 1822 la Armada señala lo siguiente en el  Boletín Oficial del Reino:

«En consideración al mucho tiempo que ha transcurrido desde la salida del navío San Telmo del puerto de Cádiz el 11 de mayo de 1819 para el Mar Pacífico y a las pocas esperanzas de que se hubiera salvado este buque, cuyo paradero se ignora, resolvió el Rey, que según propuesta del Capitán General de la Armada fuera dado de baja el referido navío y sus individuos».

A pesar del silencio sepulcral de los hombres de Smith, en 1821 el marino  James Weddel, que fue enviado desde Gran Bretaña con el fin de cartografiar las tierras descubiertas, recogió en sus mapas los retos del buque español. Incluso llegó a dejar por escrito lo siguiente en su obra « A voyage towards the South Pole»:

«Varios restos de un naufragio fueron hallados en las islas del Oeste, aparentemente pertenecientes al escantillón de un buque de 74 cañones, que es probable sean los restos de un buque de guerra español de esa categoría perdido desde 1819, cuando hacía el tránsito hacia Lima».

La base Juan Carlos I, ubicada en la isla de Livingston

La base Juan Carlos I, ubicada en la isla de Livingston

Estudio

En los últimos años se han llevado a cabo varios trabajos arqueológicos en la isla de Livingston con el fin de estudiar los restos del «San Telmo». En 1993 una misión dirigida por el profesor de la Universidad de Zaragoza Manuel Martín Bueno trataba de rearmar la historia del naufragio del buque y arrojar algo de luz sobre la suerte de sus tripulantes. Durante los trabajos, se han hallado restos como suelas y sandalias, que no corresponden con la vestimenta empleada por los nativos de la zona. La Misión Polar Española también lleva a cabo labores en la zona mediante el «  Proyecto San Telmo 1819-2019», que trata de localizar los restos del navío.

#3069

Curriculum de abascal

 

*SANTIAGO ABASCAL (VOX)*

_(Breve biografía de un patriota de moda)_

 

-Vive del dinero público desde 1999 (o desde los 23 años; ahora tiene 42).

-Afiliado desde los 18 años al PP, abandonó este partido en 2013.

-Concejal de Llodio por el PP desde 1999 a 2007.

-Procurador de las Juntas Generales de Álava 2003-2004.

-VOX aboga por la eliminación de las autonomías, pero Santiago Abascal tuvo escaño en el Parlamento Vasco desde 2004 a 2009.

-Esperanza Aguirre lo hizo Director de la Agencia de Protección de Datos de la Comunidad de Madrid (2010/2012).

-Entretanto recibe dinero de la Gurtel.

-A continuación, en 2013, otra vez Esperanza Aguirre lo hace Director de la Fundación para el Mecenazgo y Patrocinio Social (con sólo 1 trabajador más el propio Abascal). Este mismo año 2013 recibe de la Comunidad de Madrid (ahora es Cristina Cifuentes) 183.000 euros para la Fundación, de los cuales 82.000 euros son para el sueldo de Abascal.

-Cuando El País y UPyD destapan el escándalo, la Comunidad decide poner fin al chiringuito.

-Sin embargo, Santiago Abascal seguirá cobrando de DANAES (Asociación para la Defensa de la Nación Española), de la que es fundador.

- A continuación, el Gobierno del PP le regala 33.000 euros y un piso como oficinas.

-Cuando El País destapa este nuevo escándalo, la Comunidad anuncia que cerrará esta última Fundación, y es entonces cuando Santiago Abascal abandona el PP en 2013 y meses después funda VOX.

 

-Todo un currante por "cuenta propia" y que nació un 14 de abril, día de la República.

 

Es de hace un tiempo, pero nada es mentira....

#3070

Re: Curriculum de abascal

Sencillamente genial, dice estar en contra de las autonomías pero ha estado cobrando de ellas toda su vida.

#3071

Re: España país de pandereta y genocidio

#3072

Re: España país de pandereta y genocidio

por los comentarios que leo veo que el señor abascal no es malo es EL DEMONIO y yo me pregunto un tio tan malo sin estructura organizativa ninguna con la centesima parte del presupuesto que el psoe y con el pasado turbulento que tiene....como es posible que saque un 11% (400.000) de los votos de andalucia la region mas de izquierdas y mas controlada por el psoe y mas aun cuanto sacara en un madrid, o en las castillas.....jjj

no somos los ultimos del ayer somos los primeros del mañana

PD son solo pensamientos que me vienen

#3073

Re: España país de pandereta y genocidio

Verdades y mentiras sobre la expulsión de los judíos de 1492 por parte de los Reyes Católicos

El caso español no fue el único, ni el primero en Europa, ni por supuesto el último, pero si el que más controversia histórica sigue generando por razones vinculadas a la Leyenda Negra

César Cervera César Cervera
@C_Cervera_MSeguir

Actualizado:06/12/2018 02:05h

El primer resultado que arroja Google al término  «Expulsion de los judíos» es una entrada a la Wikipedia dedicada al episodio que se produjo en España en 1492. Lo mismo ocurre si se realiza la búsqueda en inglés, «Expulsion of Jews», con otras tantas  referencias a los Reyes Católicos. Resultados difíciles de comprender si se tiene en cuenta que lo ocurrido en España no fue la expulsión más masiva, ni la última, ni por supuesto la más violenta.  Francia expulsó a esta minoría religiosa hasta cuatro veces en su historia, sin que su persistente antisemitismo resulte tan interesante para el imaginario popular.

Al igual que ocurre con la Guerra de Flandes, la Conquista de América o la Inquisición española, la propaganda contra el Imperio español intoxicó y exageró lo que realmente supuso la  expulsión de los judíos de la España de los Reyes Católicos en 1492. Con el tiempo, la propaganda se convirtió en historiografía... de ahí la  imagen deformada de Isabel y Fernando como unos fanáticos irracionales, capaces de causar la ruina económica y demográfica a sus reinos antes que convivir más tiempo con los judíos. Nada más lejos de la realidad.

Los aplausos de la Europa «moderna»

La expulsión de los judíos de España fue firmada  por los Reyes Católicos el 31 de marzo de 1492 en Granada. Lejos de las críticas que siglos después ha recibido en la historiografía extranjera,  la decisión fue vista como un síntoma de modernidad y atrajo las felicitaciones de media Europa. Incluso la Universidad de la Sorbona de París transmitió a los Reyes Católicos su satisfacción por una medida de aquella índole. La mayoría de los afectados por el edicto eran, de hecho, descendientes de los expulsados siglos antes en Francia e Inglaterra.

 

 

Salvo en España, los grandes reinos europeos habían acometido varias ráfagas de deportaciones desde el siglo XII. Sin ir más lejos, el Rey Felipe Augusto de Francia ordenó la confiscación de bienes y la expulsión de la población hebrea de su reino en 1182. Una medida que en el siglo XIV fue imitada otras tres veces (1306, 1321 y 1394) por distintos monarcas galos. No en vano,  la primera expulsión realmente masiva la dictó Eduardo I de Inglaterra en 1290.

Retrato de la Reina Isabel la Católica

Retrato de la Reina Isabel la Católica

Como el historiador Sánchez Albornoz recuerda en una de sus obras, « los españoles no fueron más crueles con los hebreos que los otros pueblos de Europa, pero contra ninguno otro de ellos han sido tan sañudos los historiadores hebreos».

¿Qué tuvo entonces de diferente esta expulsión? Lo más llamativo del caso español está en lo tardío respecto a otros países y en la importancia social de la que gozaban los judíos en nuestro país. La razón que se escondía tras la decisión, además del recelo histórico de los cristianos contra los hebreos, era la necesidad de acabar con un grupo de poder que algunos historiadores, como Wiliam Thomas Walsh, han calificado como  «un Estado dentro del Estado».

Aunque no estuvieron exentos de episodios de violencia religiosa, los judíos españoles habían vivido con menos sobresaltos la Edad Media que en otros lugares de Europa. En la corte de Castilla –no así en la de Aragón- los judíos ocupaban puestos administrativos y financieros importantes, como Abraham Seneor, desde 1488 tesorero mayor de la Santa Hermandad, un organismo clave en la financiación de la guerra de Granada. Su predominio en la economía y en la banca convertía a los hebreos en los principales prestamistas de los reinos hispánicos, a pesar de que su peso económico estaba ya en declive.

En este sentido, Joseph Pérez desmonta en «Historia de una tragedia: la expulsión de los judíos de España» (Barcelona, Crítica) la premisa de que la economía de España se resintió de gravedad con la aplicación de este edicto al considerar que «en vista de la documentación publicada sobre fiscalidad y actividades económicas no cabe la menor duda de que  los judíos no constituían ya una fuente de riqueza relevante [en Castilla y en Aragón], ni como banqueros ni como arrendatarios de rentas ni como mercaderes que desarrollasen negocios a nivel internacional».

Las verdaderas cifras

El edicto español de 1492 establecía que los judíos tenían un plazo de  cuatro meses para abandonar el país o convertirse al cristianismo. Como en el resto de países de Europa, la medida perseguía en última instancia unificar todo el reino bajo una misma religión, en un tiempo donde política y credo eran la misma cosa.

Aparte de que en España se hiciera de forma más tardía en otros países, muchos europeos creían que la medida se quedaba corta porque buscaba más la conversión forzosa que la eliminación de esta minoría religiosa. De ahí que el insulto más recurrente contra los españoles en el siglo XVI fue llamarlos  «malos cristianos» por su convivencia durante siglos con musulmanes y judíos, así como a su disposición de mezclar su sangre con conversos. El Papa Paulo IV detestaba a los españoles, de los que decía ser «malditos de Dios, simiente de judíos, moros y herejes». En la misma línea, Lutero escribió en 1537 que los españoles «sunt plerunque Marani, Mamelucken» (la mayoría son marranos, mamelucos).

El edicto de 1492 permitió a los judíos que rechazaran la conversión llevarse bienes muebles del país, pero  les prohibía sacar oro, plata, monedas, armas y caballos, lo cual complicaba mucho que los judíos españoles pudieran iniciar nuevos negocios en otros territorios. El elevado volumen de refugiados tampoco ayudaba a que alguien quisiera recibirlo con los brazos abiertos.

«No había cristiano que no tuviese dolor de ellos. Iban por los caminos de campos con muchos trabajos y fortunas, unos cayendo, otros levantando, unos muriendo, otros naciendo, otros enfermando»

En tiempos de los Reyes Católicos, siempre según datos aproximados, los judíos representaban el 5% de la población de sus reinos con cerca de 200.000 personas. De todos estos afectados por el edicto,  50.000 nunca llegaron a salir de la Península, pues se convirtieron al Cristianismo, y una tercera parte regresó a los pocos meses alegando haber sido bautizados en el extranjero. Algunos historiadores han llegado a afirmar que solo se marcharon definitivamente 20.000 habitantes (el hispanista británico John Lynch lo eleva a entre 40.000 y 50.000).

Las consecuencias de un éxodo moderno

En previsión de posibles agresiones por parte de la población cristiana, los Reyes Católicos facilitaron a este grupo de españoles expulsados de su tierra  un documento de seguridad donde se reclamaba respeto hacia ellos a las autoridades y al pueblo. Una medida que no evitó la trágica estampa de miles de hombres, mujeres y niños cargando con sus escasas pertenencias por los maltrechos caminos del periodo. «No había cristiano que no tuviese dolor de ellos. Iban por los caminos de campos por donde iban con muchos trabajos y fortunas, unos cayendo, otros levantando, unos muriendo, otros naciendo, otros enfermando», describió en sus crónicas Andrés Bernáldez.

La mayoría tomó la desafortunada decisión de dirigirse a los reinos cercanos de Portugal y Navarra, donde sufrieron otra vez el oprobio de nuevas expulsiones en 1497 y en 1498, respectivamente. Desde Portugal, un gran porcentaje se dirigió al Norte de Europa, evitando la matanza de Lisboa en 1506 o las deportaciones masivas a Santo Tomé y Príncipe (en el golfo de Guinea) reservadas para los judíos que omitieron las órdenes de la Corona portuguesa. Los refugiados de Navarra se instalaron en Bayona en su mayoría, donde también fueron expulsados poco después. Y los que decidieron dirigirse a Italia gozaron de suerte dispar según el lugar elegido.

En Nápoles, a punto de integrarse completamente a la Corona de Aragón, su permiso de residencia fue limitado y, en 1541, fueron desplazados definitivamente del territorio. Génova, que ya había prohibido el acceso a este grupo en el pasado, procedió a  vender como esclavos a los que accedieron sin permiso a su república. Paradójicamente, los Estados Pontificios –donde se encontraba la sede de la Iglesia católica– no tomaron el camino de la expulsión hasta finales del siglo XVI.

Quema de judíos acusados de ser los causantes de la Peste Negra de 1348

Quema de judíos acusados de ser los causantes de la Peste Negra de 1348

La fortuna de los europeos fue mejor que la de los que viajaron al norte de África. «En el Magreb, en particular Marruecos,  muchos de ellos encontraron la muerte en la travesía, o la esclavitud en los barcos de los moros, que les habían hecho creer que tendrían un viaje sin problemas», explica la historiadora Béatrice Leroy. Solo los que se refugiaron en el Imperio otomano,acostumbrado a sacar rédito de sus tratos con esta comunidad, pudieron gozar de cierta estabilidad. El sultán Bayaceto II permitió el establecimiento de los judíos en todos los dominios de su imperio, enviando navíos de la flota otomana a los puertos españoles y recibiendo a las figuras más ilustres personalmente. «Aquellos que les mandan pierden, yo gano», afirmó el sultán, según recoge la tradición, como reproche al error cometido por los Reyes Católicos.

Todavía hoy, España es sinónimo de nostalgia para la comunidad sefardí, que ha mantenido vivos sus lazos con la cultura ibérica a través de sus costumbres y su lengua

El odio inicial hacia España de los sefardíes (llamados así en referencia al territorio de Sefarad, el nombre que recibe la Península ibérica en lengua hebrea) dejó paso con el transcurso de los siglos a una especie de añoranza por la amada tierra de sus ancestros. Todavía hoy, España es sinónimo de nostalgia para la comunidad sefardí, que ha mantenido vivos sus lazos con la cultura ibérica a través de sus costumbres y su lengua. A modo de ejemplo, se pueden encontrar lugares, como algunas zonas de Bulgaria, donde aún se habla el ladino, un idioma procedente del castellano medieval.

En la actualidad, la comunidad sefardí alcanza más de dos millones de integrantes, la mayor parte de ellos residentes en Israel, Francia, Argentina, Estados Unidos y Canadá. Su presencia también es reseñable en los antiguos territorios pertenecientes al Imperio español, donde se refugiaron tras la persecución sufrida a manos de los nazis durante la II Guerra Mundial en busca precisamente de una cultura y una lengua que aún les resultaban familiares.

#3074

Re: Curriculum de abascal

Quisiera saber por qué algunos se empeñan en reciclar los residuos políticos de Álava y de Francia. Cuando a un político se le da la patada en su lugar de origen será por algo.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.