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La perspectiva de que las tasas de interés estadounidenses se mantuvieran altas por más tiempo precipitó una liquidación en el mercado de valores en septiembre. Con este fin, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, reiteró que controlar la inflación hasta el 2% seguía siendo un objetivo clave para las autoridades monetarias estadounidenses. En respuesta, los mercados bursátiles retrocedieron mientras que los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense alcanzaron sus niveles más altos desde 2007. El segmento de energía fue el único sector que se ubicó en territorio positivo, ya que subió a la par de los precios del petróleo. Por el contrario, el repunte de FAANG se tomó un respiro cuando Apple (-9%) y NVIDIA (-12%) se vieron duramente afectadas. Además, persistió el sentimiento negativo sobre las acciones de servicios públicos, con NextEra Energy (-14%) cayendo tras los débiles resultados publicados por su filial, NextEra Energy Partners, que se especializa en energías renovables. Desde una perspectiva nacional, el mercado del Reino Unido se adelantó durante el período debido a su favorable combinación de sectores, ya que se vio impulsado por varios valores importantes en los segmentos de energía (BP y Shell) y bancario (HSBC). Mientras tanto, las acciones de valor superaron a sus pares de crecimiento en un 3%, ya que los bancos, los productores de petróleo y los proveedores de servicios de telecomunicaciones superaron a las empresas de tecnología e Internet.
