Impacto de la transición energética. Caso Noruega (III).
Después de los últimos post donde se adivina una fuerte reducción de la producción de petróleo hacia 2030, es importante analizar hasta donde nos puede llevar la transición energética.
En primer lugar, AIE dice que alcanzaremos el pico de la demanda de petróleo en 2028, debido a la mejora de la eficiencia y la venta de coches eléctricos sobre todo.
La transición energética va muy despacio, pero la mejora de la eficiencia (reducción del consumo de los vehículos fósiles, tanto por carretera como por mar o aire) avanza con seguridad. La eliminación del uso del petróleo en los sistemas de generación y calefacción, también es notable.
El resto, sobre todo los vehículos eléctricos, va mucho más despacio.
El crecimiento en el sector fotovoltaico es tremendo.
"Las previsiones son halagüeñas: en 2023 se instalarán entre 341 y 402 GW de energía solar en todo el mundo. A partir de un parque solar de TW en la actualidad, el mundo podría instalar 1 TW de energía solar al año a finales de la década, alcanzando los 800 GW anuales ya en 2027."
El mercado de las baterías está empezando a crecer con fuerza. Asia a la cabeza de las previsiones de crecimiento.
El hidrógeno verde está en la fase inicial todavía.
Otro problema que no podemos pasar por alto, es el cuello de botella de los materiales críticos para el desarrollo de la transición energética.
La transición energética implica pasar de una economía basada en los combustibles fósiles a una economía que se apoya en la electrificación global. Si el elemento fundamental de la economía mundial ha sido el petróleo durante los últimos cien años, la transición no ha ce sino ceder el testigo al cobre, como elemento básico para todo el sistema.
Pasamos de un elemento escaso a otro también escaso, como se puede ver en este artículo.
"Un informe de BloombergNEF titulado ‘Global Copper Outlook 2022-2040′ (Perspectiva mundial del cobre 2022- 2040) revela que, en su mejor escenario de producción, donde las minas pueden entregar los proyectos anunciados a tiempo, aún podría haber una escasez de cobre de hasta 6 millones de toneladas.
La ley promedio del mineral para las minas de cobre ha disminuido, lo que ha llevado a un aumento en el costo operativo. Algunos países, donde se extrae cobre, están experimentando presiones sociales y políticas para frenar o nacionalizar la minería. Con la demanda a punto de crecer, es importante que las mineras inviertan en la oferta y trabajen para resolver estos desafíos, señala el reporte.
La aceleración hacia la energía limpia será un impulsor clave del crecimiento de la demanda de cobre durante las próximas dos décadas, particularmente en energía y transporte. El cobre es un metal crucial para la transición energética debido a su conductividad eléctrica y térmica.
Sin embargo, en medio de un aumento comparativamente lento en la producción global, será necesario que nuevas minas entren en funcionamiento, así como una mayor capacidad de reciclaje, para evitar un déficit de suministro en el camino hacia las emisiones netas cero.
BloombergNEF espera que la demanda anual de cobre refinado crezca un 53% desde el 2022 al 2040, a 39 millones de toneladas métricas. Este crecimiento será impulsado principalmente por la electrificación del transporte y el sector de infraestructura.
Si bien China consumió el 53% del cobre refinado en el 2021, se prevé que su participación en la demanda mundial de cobre disminuya al 44% para el 2040. Esto refleja una mayor demanda de Estados Unidos y Europa, economías que históricamente han registrado un bajo crecimiento.
Según el escenario de caso base de BNEF, se estima que el suministro global de cobre refinado aumentará un 16% entre el 2022 y 2040, alcanzando los 25 millones de toneladas. Esto está por debajo de la demanda prevista.
Dado que se espera que la oferta minera se estanque ya que no habrá nuevos descubrimientos operativos en los próximos tres años, se proyecta que la producción secundaria de cobre a partir del reciclaje aumente sustancialmente para llenar el vacío.
Habrá una escasez significativa de producción primaria de cobre para el 2040 si no se ponen en marcha nuevos descubrimientos, según BNEF. Una crisis de suministro prolongada podría elevar los precios durante un período prolongado, lo que provocaría una desaceleración en el despliegue y la adopción de tecnologías limpias debido a los mayores costos de infraestructura y la escasez de materias primas.
Invertir en tecnologías relacionadas con el reciclaje, reducir los costos y mejorar las tasas de recuperación de los depósitos de baja ley podría ayudar a poner en línea un nuevo suministro de cobre para satisfacer la creciente demanda.
Los regímenes de políticas estables, los procesos de permisos simplificados y la buena gobernanza social también ayudarán a garantizar que los nuevos proyectos se completen a tiempo para evitar una escasez futura.
Una posible recesión se cierne sobre las principales economías del mundo. Si bien es probable que una recesión económica retrase el crecimiento de la demanda de cobre, tiene el potencial de aumentar la inversión en el suministro después de la recesión.
Fuente: GESTIÓN."
Si los descubrimientos de petróleo son muy bajos, lo mismo podemos decir del cobre. Y el desarrollo de nuevas minas es muy lento, al mismo tiempo que los mejores depósitos ya han sido extraídos. Los problemas del petróleo se reproducen al estudiar el desarrollo de la minería del cobre. No parece una solución, sino un parche.
"Desde el comienzo de nuestra serie de investigación de descubrimientos, hemos documentado un número decreciente de nuevos descubrimientos importantes de cobre anuales, y 2021 no fue una excepción. Solo 12 de los 228 depósitos incluidos en este análisis se descubrieron durante la última década y contienen solo 60,5 Mt, o el 5,2 %, de todo el cobre descubierto desde 1990. Si bien creemos que esto refleja la situación actual, los nuevos activos naturalmente requieren más tiempo para desarrollarse. , y varios ciertamente superarán nuestro umbral para registrarse como descubrimientos importantes.
Para dar cuenta del retraso, estimamos la cantidad de cobre en los descubrimientos que se espera cumplan con nuestros criterios en el futuro. Proyectamos que la cantidad de cobre descubierto en los últimos 15 años aumente en menos de 143 Mt. En comparación, casi esta cantidad de cobre se descubrió solo en 1991. Incluso cuando se completen más esfuerzos de exploración en los próximos años, nuestra opinión sigue siendo que la década actual será la más pobre para los descubrimientos de cobre que hemos registrado desde que comenzó nuestro conjunto de datos en 1990."
Los "expertos" dan por finalizada la era fósil.
"El progreso mundial, aunque alentador, no revela la disparidad en la adopción de energías renovables; esta se inclina desproporcionadamente a favor de los países desarrollados y las economías emergentes de Asia": Damilola Ogunbiyi, representante de la ONU, Energía Sostenible para Todos.
Los expertos dan por finalizada la era fósil. Este anuncio se produce debido a un nuevo análisis, que revela que la energía eólica y la solar produjeron una cantidad récord de la electricidad mundial el año pasado."
Repasemos las cifras. El total de energía primaria sigue asignando a los combustibles fósiles un porcentaje superior al 80% todavía.
No parece que nos estemos desprendiendo de los fósiles, sino que seguimos aumentando su consumo.
Petróleo.
¿Por qué el mundo sigue necesitando petróleo? En 2023 se batirá el récord de demanda pese a la 'revolución verde'
Carbón.
"El consumo mundial de carbón aumentó un 1,2% en 2022, superando por primera vez los 8.000 millones de toneladas en un solo año y eclipsando el récord anterior establecido en 2013, según Coal 2022, el último informe anual de mercado de la AIE sobre el sector."
Gas.
El consumo mundial de gas sufrió una bajada histórica de 1.6% en 2022, a raíz de la guerra en Ucrania y la ruptura de parte del suministro del gas ruso hacia Europa, según datos preliminares de una asociación especializada.
En 2023, se recupera la senda de crecimiento.
Confundir la generación de electricidad con el conjunto del sistema energético es habitual. Pero los usos del petróleo, gas y carbón no se limitan a la generación eléctrica. Se olvida con facilidad el resto de aplicaciones tan extendidas de los combustibles fósiles.
No queda ninguna duda que si eliminamos o prohibimos la venta de coches fósiles, el consumo debe descender con fuerza. Pero la creación de una infraestructura nueva de renovables, la minería asociada a la extracción, las obras públicas de mantenimiento y desarrollo, los viajes aéreos, el transporte marítimo, la agricultura, la industria petroquímica, todos estos sectores siguen creciendo con fuerza, y la demanda de petróleo sigue con su incremento.
Todavía no hemos empezado a transformar el sistema vigente en los países sub-desarrollados, que necesitan crear prácticamente todo y seguir creciendo a tasas enormes para el listón occidental. Todo eso naturalmente consume recursos y petróleo.
La generación eléctrica es la más afectada y el crecimiento de la fotovoltaica es gigantesco. Pero de momento solo afecta a la propia generación, mientras el empuje no se traslade a los vehículos eléctricos de todo tipo.
Noruega.
Al ser Noruega el país más adelantado del mundo en la introducción del coche eléctrico, le he dedicado un seguimiento especial.
2021.
2022.
Y ahora la versión 2023.
Intentando estudiar la transición, pongo el caso de Noruega como ejemplo paradigmático de la transición, por sus especiales características, todas favorables.
Me adelanto un par de décadas y supongo que las ventas de eléctricos han llegado al nivel extraordinario de Noruega. Es decir el 90% de las ventas de coches son eléctricos desde hace unos años.
Naturalmente, la "gran esperanza blanca", el país idílico por excelencia, debe forzosamente reflejar en sus cifras, la enorme caída del consumo de petróleo que se espera.
Veamos algunos gráficos, para analizar el impacto de la revolución eléctrica.
En el primero, las ventas de coches fósiles se ha desplomado. Desde 2020, las ventas son ridículas (marrón claro y oscuro) y llevamos tres años ya.
Ahora vamos a ver si los coches eléctricos se guardan en el garaje y siguen conduciendo coches fósiles, estudiando las cifras de kilómetros recorridos por cada clase.
Desde 2008 los coches de gasolina se conducen menos (inicialmente debido al traspaso a diésel) y desde 2018- 2019, los diésel se conducen mucho menos, al mismo tiempo que la distancia recorrida por los eléctricos aumenta notablemente. El descenso acumulado por la suma de coches de gasolina y diésel es brutal desde esa fecha (2018).
Lo que podemos esperar del consumo de petróleo es un descenso desde 2019, con un desplome acelerado en 2020 (pandemia) y mucho más en 2021 y 2022, por razones evidentes.
Cansado de la discusión sobre las fuentes, me he ido a la propia oficina de estadísticas oficiales noruega, para obtener las fuentes de consumo.
Copio y pego la tabla del consumo desde 1990.
Pico del consumo de productos petrolíferos en 1999 (283,5 PJ), con repeticiones en 2006 y 2010.
Desde entonces hasta 2017, suave descenso hasta 248,9 PJ (petajulios). Y desde 2017 a 2022, altibajos con una meseta mantenida, sobre todo en los últimos años 2019-2020-2021-2022 en torno a 244 PJ , precisamente los que deberían ser clave para demostrar el hundimiento del consumo asociado al menor número de kilómetros recorridos por coches fósiles.
No lo entiendo. No se reduce el consumo. No puede ser.
¿No ha dicho AIE que el coche eléctrico va a hundir el consumo de petróleo?.
"Los vehículos eléctricos ahorran el resto hasta 7,8 millones de b/d, es decir 2,3 millones de b/d de gasolina y 630.000 b/d de diésel."
Si en Noruega con una venta del 90% de eléctricos no han reducido el consumo de petróleo, ¿cómo lo van a hacer aquellos países con todo por desarrollar todavía?.
Empieza a ser sangrante la defensa a ultranza de los seguidores acérrimos de la transición. El argumento de una aceleración espectacular de la instalación de eólica y fotovoltaica, siendo cierto, no hace vislumbrar un descenso del consumo de petróleo, como se puede ver a nivel mundial y más claro en el caso de Noruega.
Es hora de hablar claro. La pequeña reducción debido al menor uso de coches fósiles se compensa ampliamente con todos los sectores que todavía hacen uso masivo del petróleo y el resultado final es un crecimiento del consumo total de petróleo. Por eso, las cifras desde 2015 siguen creciendo con fuerza a pesar de la transición energética acelerada. Nos encantaría conseguir una transición 100% renovable (o 90% o incluso 50%), pero no solo es difícil, es también esperable tardar un largo plazo en llegar a un 20-30%, si es que llegamos antes de que el petróleo nos de un disgusto.
Sí, la demanda de petróleo va a descender, pero porque el peak oil está aquí.
El sistema de la deuda perpetua.
Ahora viene la segunda derivada. Si tenemos menos petróleo y más demanda, ¿sobreviviremos solo con la impresora de los BC?.
De momento, la deuda va bien, muy bien.
No solo no estamos dejando de usar petróleo, también nos hemos vuelto adictos a una deuda impagable.
No somos conscientes, pero hemos entrado en una fase de aceleración destructiva de la deuda. Incluso creciendo, los déficit son enormes, como se puede ver en el caso americano. Desde 2008 se ha perdido el control de la deuda.
Hemos institucionalizado la crisis permanente. Si no incrementamos la deuda a una velocidad cada vez más rápida, el sistema colapsa.
La sociedad del bienestar tiene los pies de barro. Hemos apostado todo a una transición energética que es más bien una expansión energética. Si no racionalizamos y controlamos tanto el consumo energético como el aumento de deuda, no tendremos ni crecimiento económico ni bienestar social. En su lugar, el decrecimiento desordenado sazonado por crisis continuas, será el futuro que legaremos a nuestros hijos y ya es hora de hacer algo de verdad, que no sea más de lo mismo.
Todos sabemos las medidas que debíamos haber tomado hace muchos años, pero no ha sido posible. Una economía local, sin importaciones onerosas allende los mares, un turismo frugal y muy reducido, un transporte eléctrico vía tren sustituyendo al transporte por carretera, una austeridad en las cuentas necesaria para gastar solo los ingresos asociados, en lugar de la permanente recurrencia a la deuda para vivir por encima de nuestras posibilidades y una planificación energética con tiempo (en lugar de los faraónicos planes de la industria renovables), hubiera permitido un ajuste distinto al que nos espera en los próximos años. Al menos, hemos llegado al teletrabajo...
Todavía tenemos la sensación de que nunca pasa nada, porque estamos consumiendo la mayor cantidad de petróleo de la historia. Tenemos solo unos años por delante, antes de empezar a recorrer la senda descendente ( y con muchas probabilidades de ser un acantilado, en lugar de una suave caída) y en cuanto sea evidente el menor aporte del crudo, la confianza en el sistema saltará por lo aires.
Dejen de vender el crecimiento perpetuo (esta vez sostenido por una transición energética que no es tal), porque lo único que nos queda es la esperanza. "Algo encontrarán" dicen, pero por favor, que lo encuentren pronto.
Si lo que "encuentran" es el mensaje típico del WEF, nos podemos preparar.
Debemos reducir el parque móvil un 75%, de 2,100 millones de vehículos a solo 500 millones, para disminuir las emisiones de CO2.
Entonces lo del coche eléctrico, ¿no es para todos, verdad?.
Saludos.