Yo tuve una experiencia muy mala con Seadrill, que estaba superendeudada creciendo con la flota más moderna y acabó en restructuración, y no quiero volver a tocar este sector.
Les está matando la resiliencia y la imaginación de los productores de shale en EE.UU, con la que no contaban los que están invirtiendo en el offshore. No consiguen eliminarlos.
He leído esta semana que les han cortado las fuentes de inversión tradicionales (ampliaciones de capital y emisión de bonos, bien están en mínimos, bien llevan tiempo sin hacerlas), pero siguen encontrando formas de financiarse: están captando dinero con un sistema lejanamente parecido a los royalties de oro: el prestamista se lleva la producción inicial de un pozo, para cobrar su deuda y sus intereses, y así las petroleras pueden seguir con los planes de inversión en otras zonas. El problema es que para pagar con petróleo a esos prestamistas están poniendo en marcha pozos en zonas que tenían reservadas para el futuro, lo cual no hace sino acrecentar la oferta de petróleo.