Pero el problema de las reformas económicas y estructurales es que muchas veces son antipopulares y, puesto que lo que importa al político son los votos y no la situación del país, se posponen hasta ser inevitables y, una vez aplicadas, dado que se ha esperado mucho tiempo, al final resultan ser insuficientes...
Para mi un ejemplo actual de esto ha sido la bajada de salarios a funcionarios; si en vez de tanto plan E (apoyandose en ideas keynesianas que para mi son bastantes discutibles y de resultados indiscutiblemente desastrosos) se hubiera cogido esos fondos y guardado para los problemas venideros seguro que no habría sido el recorte (si es que hubiera sido necesario) tan drástico.
Pero claro, el miopismo electoralista hace que los políticos, ante elecciones cercanas, se gasten más de la cuenta para intentar lavar su imagen, aunque luego el país quede sumido en una situación muy complicada.
Aparte, otra medida que nos proponen desde fuera (concretamente el FMI) es recentralizar ciertas competencias delegadas en las CCAA donde el gasto está descontrolado (Sanidad es el mejor ejemplo de ello), pero cómo van a dejar los pobres políticos a sus amiguetes en la calle... ¿Qué el servicio descentralizado cuesta más que centralizado?, ¡Qué más da si lo paga el contribuyente!