Esta semana hemos recibido abundante información sobre la situación de la economía española. El INE publicó ayer el avance del Producto Interior Bruto (PIB) del cuarto trimestre del año y la inflación adelantada del mes de enero. Además, el Banco de España dio a conocer la balanza de pagos del mes de noviembre. Por su parte la revista The Economist publicó la actualización de su Índice Big Mac. Todos estos datos confirman que la economía española evoluciona favorablemente gracias a que aumenta el consumo y la competitividad de las exportaciones.
El INE confirmó lo que ya habían adelantado los indicadores de coyuntura: en el cuarto trimestre de 2014 la economía española aceleró su ritmo de crecimiento con una tasa intertrimestral del 0,7% frente al 0,5% del tercer trimestre. De confirmarse, sería el mayor avance del PIB en siete años. En tasa trimestral anualizada el crecimiento fue del 2,8% lo que sitúa la velocidad de crucero de nuestra economía muy cerca del 3% gracias al consumo, la inversión y las exportaciones. Por lo que hace referencia al consumo, en 2014 las ventas minoristas crecieron al ritmo espectacular del 5,4%: el más intenso desde el año 2003. Habrá que esperar, sin embargo, al 28 de febrero para conocer con más detalle la evolución de los componentes del PIB.
barco 3
Aumentan las exportaciones
Sin embargo, los indicadores de coyuntura muestran que también las exportaciones han contribuido al crecimiento del PIB. Los datos que se publicaron ayer de la balanza de pagos de noviembre del año pasado confirman el crecimiento de las exportaciones durante el cuarto trimestre. Lo que facilitó que el saldo de la cuenta corriente de noviembre alcanzase los 1.700 millones de euros, cinco veces más que en octubre y superando con creces el dato de noviembre de 2013.
En cuanto a la balanza comercial, la caída de los precios del petróleo ha permitido que la velocidad del aumento de las importaciones se reduzca, al disminuir su valor en euros, y prácticamente se iguale al ritmo de crecimiento de las exportaciones. Un factor que ha continuado mejorando la balanza comercial y corrigiendo su saldo que, al igual que en octubre, en noviembre vuelve a tener superávit.
Este comportamiento favorable de las exportaciones parece que continuará a lo largo de 2015 gracias a la mejora de la competitividad de la economía española. Así, la Secretaría de Estado de Comercio, publicó esta semana el Indicador Sintético de Actividad Exportadora (ISAE) que muestra el buen comportamiento futuro de las exportaciones españolas. En el cuarto trimestre del año pasado este índice se situó en los 18,2 puntos, un cambio considerable respecto al trimestre anterior en el que sólo llegó hasta los 7,6 puntos. El ISAE puede tomar valores entre -100 y +100, y, por tanto, valores positivos señalan una mejora en las expectativas exportadoras.
Por su parte, la actividad exportadora del sector servicios ha mejorado considerablemente, incluyendo las actividades relacionadas con el turismo. El año pasado llegaron a España 65 millones de turistas extranjeros, es decir, 4,3 millones más que en 2013 lo que supone un aumento del 7%. Proceden principalmente de Reino Unido (23%), Francia (16%) y Alemania (16%) y se dirigen en su mayoría a Cataluña, Canarias y Baleares.
Índice Big Mac: el euro está depreciado
Para 2015 las perspectivas de las exportaciones españolas seguirán siendo muy favorables debido al esfuerzo que hacen los empresarios en reducir costes y precios y a la depreciación del euro. En cuanto al tipo de cambio esta semana The Economist ha publicado el Índice Big Mac. Este Índice nos muestra el precio en dólares de una hamburguesa Big Mac en más de cincuenta países del mundo lo que permite observar si los tipos de cambio están sobrevalorados o infravalorados.
En enero del año pasado, un Big Mac en la zona de euro costaba 4,96 dólares (en España 4,95 dólares) mientras que en Estados Unidos era más barato: 4,62 dólares. Es decir, según este Índice, hace un año el euro estaba apreciado un 7% frente al dólar. Por el contrario, en enero de este año un Big Mac cuesta en Estados Unidos 4,79 dólares mientras que en la zona del euro vale algo menos: 4,26 dólares (en España 4,23 dólares). O lo que es lo mismo, una depreciación del 11% del euro frente al dólar. Esta tendencia a la depreciación es muy positiva. En sólo doce meses la moneda única se ha depreciado, según este indicador, un 18% y ahora los bienes y servicios producidos en la zona del euro son mucho más competitivos que hace un año.
Esta variación es muy parecida a la que ofrecen los mercados de divisas, que esta semana mostraban una depreciación del euro, en el último año, de alrededor del 17%, lo que corrobora la capacidad del Índice Big Mac como mecanismo para conocer si las monedas están apreciadas o depreciadas.
Los datos de The Economist también permiten comprobar que el Big Mac es más barato en España que en la media de la zona del euro por lo que parece que nuestra economía tiene un nivel de costes más reducido que el de la zona, lo que explica el mejor comportamiento relativo de las exportaciones españolas.
Mejora la competitividad
A la depreciación del euro se une la caída de los precios. Ayer, el INE publicó la tasa de inflación adelantada de este mes de enero. Los precios de los bienes de consumo en España se han reducido un 1,4% en los doce últimos meses. Si se confirma el dato, la contracción del IPC de enero igualará a la de julio del año 2009: serían las mayores caídas anuales de precios de la serie histórica que se inició en 1962.
Además, nuestros precios caen más que los de los países con los que competimos. Ayer, Eurostat informó que la inflación media en la zona del euro ha descendido en enero (-0,6%) en menor medida, por tanto, que en España (-1,4%). El resultado se puede interpretar como un nuevo aumento de la competitividad en precios de nuestra economía frente a la de la zona del euro.
El Índice de Precios Industriales españoles, publicado esta semana por el INE, muestra también un comportamiento similar: en 2014, los precios industriales disminuyeron un 3,7%.
En definitiva, tanto el tipo de cambio como los indicadores de precios de los bienes de consumo y de los productos industriales muestran una mejora sustancial de la competitividad de los bienes y servicios que se producen en la economía española.
Así las cosas, España es cada vez más competitiva y el crecimiento económico sigue acelerándose gracias a la caída de la inflación, el bajo precio del petróleo, el crecimiento del empleo, la reducción de impuestos y la depreciación del euro frente al dólar. Los datos de balanza de pagos publicados ayer muestran, una vez más, que se puede seguir creciendo a través de las exportaciones, sin necesidad de generar un déficit con el exterior y, por tanto sin necesidad de pedir más préstamos al resto del Mundo. No obstante, no debemos olvidar que es necesario contar con una estructura económica no sólo competitiva en precios sino también en calidad, por lo que es importante seguir aumentando la productividad a través de la mejora del capital humano y del progreso tecnológico.
En conclusión, la economía española creció en el último trimestre de 2014 a un ritmo anualizado próximo al 3% (0,7% trimestral). Si a esta velocidad de crucero unimos el crecimiento de la demanda interna (gracias también a la creación de empleo) y los efectos positivos que sobre las exportaciones está teniendo la mejora de la competitividad España podría crecer en 2015 a ritmos más cercanos al 3% que al 2,5%. Un extraordinario crecimiento del PIB que estaría señalando una fase álgida del ciclo económico con aumentos espectaculares en el nivel de empleo.