A los pocos días de repartir el dividendo los inversores ya están haciendo números del próximo dividendo y la cotización de la acción refleja las esperanzas de beneficio futuro.
Cuando compras una acción en realidad estás comprando una parte de una empresa y no un papelito e intentas averiguar cuál será el beneficio futuro y obras en consecuencia.
Más importante que el dividendo repartido es la capacidad de la empresa de generar beneficios futuros, si es capaz de generarlos la cotización lo refleja.
Si el dividendo se ha repartido solo porque la empresa ha vendido activos la capacidad futura se verá resentida porque al vender activos en el futuro puede generar menos beneficio. Si el dividendo se ha repartido porque la empresa es capaz de generar cada vez más beneficios y está creciendo el precio seguirá subiendo a pesar de que se haya descapitalizado en parte por el dividendo repartido.
En empresas que reparten poco porcentaje de sus beneficios en dividendos el precio se recupera en poco tiempo, en empresas como TEF que reparten un importante porcentaje de sus beneficios en el dividendo pueden tardar algo más en recuperarse.