Este hilo es reflejo de la Bolsa y cómo somos los que nos acercamos a ella. Esta historia se repite mil veces (y se repetirá, porque no tenemos remedio) y estaba yo pensando que, independientemente de análisis de todo tipo, de conocimiento más profundo o superficial de la empresa, de recomendaciones de amigos y compañeros... ¿acaso no lo vemos o más probablemente no queremos ver? ¿Invertimos con los ojos cerrados por pura fe o abiertos como platos, sin creer del todo ni lo que vemos?
Muchas veces se nos ocurre una apuesta de inversión y, como esto es algo personal, solitario y casi religioso, buscamos la palmada en la espalda, unos ánimos, alguien que nos de la razón y el aplomo de seguir con la apuesta. Pero si algunos no nos la dan, sino todo lo contrario e incluso nos lo argumentan, aguantamos y esperamos a otros que lo hagan y entonces ya nos lanzamos. Porque la decisión la teníamos tomada de todos modos.
Qué manía tenemos de entrar en compañías que están por los suelos pensando que por ciencia infusa un día estarán por las nubes... Porque una cosa es una análisis profundo que nos avance datos realistas -cosa por cierto muy complicada de lograr- y otra darle un voto de confianza a la empresa "X" por ser vos quien sois o peor aún, quien fuisteis una vez.
¿No es más simple subirse al carro que rueda, rápido o lento, pero que rueda, en vez de a uno parado en espera de que un día ruede muy deprisa y sea el más veloz de los carros?
Supongo que no tenemos remedio...
El mundo de la Bolsa es apasionante, porque como un animal salvaje, nunca se puede domesticar y jamás deja de sorprenderte...