Es el BCE quien mira para otro lado: el Banco Central Europeo ha creado un burbujón inmobiliario a base de imprimir dinero y regalarlo, con precios en Madrid como en 2007 o superiores, según la zona.
Es culpa de Lagarde, pero cuando se propuso incluir el precio de la vivienda y el alquiler en el dato de inflación, ella se apresuró a practicar su postura favorita:
Pedro Sánchez debe estar acojonado para lanzar todos los días en prensa, y especialmente en medios del grupo PRISA, publicidad sobre las letras del tesoro.
La pura realidad es que los particulares no podrán sustituir al BCE si éste deja de recomprar deuda o inicia el QT.
Los bancos centrales no sólo tienen que drenar la liquidez en el mercado, sino que tienen que reducir el balance, y eso todavía está por llegar. La FED por ejemplo apenas ha hecho nada en ese sentido y entiendo que no ha cumplido con lo que prometió.