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La venta o salida a bolsa de Tech se acerca, casi inminente... junta en abril.
Movimiento de relevancia en el seno de Telefónica Tech, una de las grandes apuestas clave de su presidente, José María Álvarez-Pallete y la que está llamada a ser una de las ‘joyas’ entre los activos de la operadora. El organigrama de la flamante compañía ha sufrido una profunda reestructuración. Se ha completado la incorporación de un responsable financiero, el cambio de uno de sus directivos clave para supervisar la fase final de la escisión de esta filial tras meses de retrasos y la salida de hasta 30 trabajadores. Todo ello mientras se analizan las posibles desinversiones parciales, ya sea con la entrada de un fondo o con la salida a bolsa.
El primer gran cambio en la división tiene que ver con el equipo financiero. Se ha incorporado a Pablo Eguirón, que desde hace más de una década ha ocupado el puesto de responsable de relaciones con inversores y analistas. En el nuevo esquema de la organización, él asume la dirección financiera y de desarrollo corporativo. El directivo, con larga experiencia en el mundo inversor, reportará a José Cerdán, persona de confianza de Álvarez-Pallete que seguirá ostentando el cargo de consejero delegado.
El refuerzo del perfil financiero de la compañía se completa con más cambios en el nivel directivo intermedio. Desde el principio se creó el puesto de responsable de operaciones (COO con sus siglas en inglés), ocupado por Antonio Martí, un experimentado ejecutivo que procedía de la dirección de desarrollo corporativo en el equipo de estrategia del grupo. A partir de esta reestructuración, será el que coordine todos los trabajos de lo que se conoce como ‘carve out’, es decir, la escisión operativa, legal y financiera de la división respecto del grupo. Estos trabajos se han alargado más de lo esperado durante casi año y medio desde su anuncio a finales del mes de diciembre. En la última presentación de resultados se confirmó que los trabajos están “casi terminados”, aunque aún quedan flecos por completar en la transferencia de todos los activos. El consejero delegado, Ángel Vilá, apuntó ante analistas que ya se habían transferido el 50% de los ingresos.
El refuerzo del perfil financiero de la compañía se completa con más cambios en el nivel directivo intermedio. Desde el principio se creó el puesto de responsable de operaciones (COO con sus siglas en inglés), ocupado por Antonio Martí, un experimentado ejecutivo que procedía de la dirección de desarrollo corporativo en el equipo de estrategia del grupo. A partir de esta reestructuración, será el que coordine todos los trabajos de lo que se conoce como ‘carve out’, es decir, la escisión operativa, legal y financiera de la división respecto del grupo. Estos trabajos se han alargado más de lo esperado durante casi año y medio desde su anuncio a finales del mes de diciembre. En la última presentación de resultados se confirmó que los trabajos están “casi terminados”, aunque aún quedan flecos por completar en la transferencia de todos los activos. El consejero delegado, Ángel Vilá, apuntó ante analistas que ya se habían transferido el 50% de los ingresos.
En las diferentes filiales de la división se han ido completando diversos movimientos. El más destacado es el de la fusión de Ciberseguridad y Nube (Cloud) en una sola entidad, al frente de la cual se ha colocado a María Jesús Almazor, hasta ahora consejera delegada de todo el negocio español. “Es una de las personas de más prestigio interno y externo y la incorporamos para mandar el mensaje de la importancia que le damos a Tech”, aseguraba el presidente del grupo. Hugo De los Santos, 'jefe' de Cloud, será reubicado, mientras que se apunta a la salida de Pedro Pablo Pérez, consejero delegado de Eleven Paths, responsable de ciberseguridad y persona de confianza de Chema Alonso, actualmente Chief Digital Consumer Officer del grupo. Por su parte, Gonzalo Martín-Villa seguirá al frente del negocio de Internet de las Cosas (IoT) y ‘Big data’.
Todos estos cambios han venido acompañados también por diferentes salidas en los equipos de Tech. En concreto, según apuntan fuentes conocedoras, se acercarían a la cifra de las 30. Estas se suman a las que se han venido produciendo en otros departamentos de lo que se conoce como ‘Corporativo’ en la compañía, a través del plan de bajas para empleados. En estos movimientos han influido las diferentes escisiones tanto de Tech, como de Latinoamérica, y de Infra (Telxius).
La venta, aún pendiente
En el horizonte continúa la desinversión parcial de la división. Ese fue el objetivo con el que nació la escisión de los negocios, incluida en el plan estratégico presentado en noviembre de 2019. La tesis: estos activos valen más fuera de la estructura de la operadora, como sucede con otros como las torres de telefonía. Sin embargo, el retraso en los ‘carve outs’ han ido posponiendo los planes de una venta de un porcentaje de las acciones a un fondo de inversión especializado en tecnología o de una potencial salida a bolsa. La compañía, tal y como adelantó La Información, retrasó una transacción corporativa hasta tener listo todo el organigrama y la estructura financiera. “Mantenemos la opcionalidad”, se limitaba a asegurar el equipo directivo ante los analistas.
Durante el pasado año 2020, los ingresos de las tres filiales de Tech (nube, ciberseguridad e Internet de las Cosas y 'Big data') crecieron más de un 13% hasta alcanzar los 1.500 millones de euros. En el último trimestre del año, el crecimiento fue sensiblemente inferior, de casi un 9%. La de la nube es la que aglutina un mayor volumen de ventas. Entre los parámetros que destacaban en el informe anual se encuentra la superación del millón de licencias vendidas de Microsoft Office 365 -cobra comisión por cada una de las redistribuidas-. “Hay que capturar la fuerte demanda de servicios digitales y el compromiso es seguir jugando un papel fundamental en la digitalización”, apuntó Álvarez-Pallete, tras la presentación de resultados.
Junta de accionistas muy temprana
Al margen de Tech, la operadora tiene previsto celebrar un consejo de administración esta misma semana con el objetivo de aprobar la celebración de la Junta General de Accionistas de este año durante el próximo mes de abril. Desde el cúpula se inclinan por hacerla exclusivamente por vía telemática, como sucediera en 2020, evitando la asistencia física de los inversores. La última regulación de esta modalidad es del pasado mes de noviembre y no queda del todo claro si es posible celebrarla, por lo que desde el Ministerio de Economía se trabaja 'in extremis' en la aprobación de una norma para permitirlas a las cotizadas españolas.
Esta Junta General de Accionistas tendrá un asunto clave:
La aprobación del recorte de dividendo a 0,30 euros por acción con un scrip (pago en acciones) voluntario. Esta medida, que fue aprobada por el consejo de administración del pasado mes de febrero, tendrá que ser refrendada en la asamblea. También se tendrá que dar luz verde a la amortización del 1,5% de las acciones de autocartera para compensar el efecto dilutivo del scrip. Además previsiblemente se abordará la renovación de varios puestos del máximo órgano de decisión, que cumplen con el periodo de cuatro años.
La aprobación del recorte de dividendo a 0,30 euros por acción con un scrip (pago en acciones) voluntario. Esta medida, que fue aprobada por el consejo de administración del pasado mes de febrero, tendrá que ser refrendada en la asamblea. También se tendrá que dar luz verde a la amortización del 1,5% de las acciones de autocartera para compensar el efecto dilutivo del scrip. Además previsiblemente se abordará la renovación de varios puestos del máximo órgano de decisión, que cumplen con el periodo de cuatro años.
No importa lo fuerte que pegues, lo importante es mantenerse en pie.