Otra mentira que hay que desterrar es que Duro se estaba recuperando. Los resultados de Duro hay que verlos a nivel de resultado de explotación, sin los financieros que derivan de la ampliación de capital y reestructuración de la deuda. Si se mira esto, en 2018 Orihuela cuando llego realizo un gran número de provisiones (había que cubrirse y dejar mal a los anteriores), el resultado de explotación (del negocio) fueron -132. Aprovechando esas provisiones, el año siguiente se empató casi con -2 de resultado, en 2020 se volvió a sacar mierda (pero no por el COVID, sino por la basura de cartera que tiene Duro), con un resultado de explotación de -144. Es decir, que el agregado de los 3 años asciende a unos -280 millones de euros. Lo que se hizo, ni más ni menos, fue repartir la pérdida entre los 3 años manejando las provisiones según interesó. Esto se ve más claro si vemos el flujo de caja negativo. Duro ha venido teniendo flujo de caja negativo durante todos los meses de este periodo (no ha habido por tanto recuperación. Se comió los 126 millones de la ampliación y los 180 del litigio que se ganó en Australia. Es decir, 300 millones, que fueron básicamente a compensar pérdidas del periodo 2018-2020. Pérdidas que no se deben al COVID sino a la cartera de proyectos de Duro, que da pérdidas y a la inexistencia de nuevos contratos relevantes (la plantilla está en su mayor parte desocupada). Y la situación sigue igual. Del nuevo rescate ya se ha consumido una parte, y queda caja para este año 2022. Ya sabemos lo que pasará en diciembre. Si Lara cualquier inversor Duronse estuviera recuperando hubiera habido alguna oferta, o bien la empresa hubiera planteado una ampliación de capital, como en 2018 (esa que salió adelante por los Bancos), pero la empresa y los Bancos saben que una ampliación no se cubriría porque la empresa está muerta y no genera interés