El objetivo de la política de inversión del Subfondo consiste en obtener una rentabilidad superior a la media. El patrimonio del subfondo podrá ser invertido de forma global en bonos corporativos emitidos por empresas de países desarrollados o mercados emergentes con o sin estatus de grado de inversión en el momento de la adquisición, cédulas hipotecarias, bonos convertibles, bonos subordinados y bonos de titulización de activos. La proporción de bonos subordinados en el subfondo estará limitada a un 30% del patrimonio neto del subfondo y de bonos de titulización de activos en el subfondo a un 20%. La duración media del total de la cartera no debe ser superior a tres años.