Estamos viviendo una nueva época, bueno siempre son nuevas épocas. Los que nos dedicamos al mundo financiero observamos como el asesoramiento ha ido evolucionando a la misma velocidad que cambian los clientes a los que nos dirigimos. (menuda obviedad).
Tras 9 años he podido ver la evolución de los clientes a la vez que la mía, obviamente la mía siempre ha estado sesgada por los inputs que recibo de formación y lo que siempre me enseñan mis clientes, pero es verdad que quizás con la IA, el conocimiento y las nuevas maneras de entender la vida (como dice mi padre siempre a mejor) producen que los “ideales” nada tienen que ver con los vistos hace 5 o 6 años.
¿Pero que está sucediendo con la gestión patrimonial?
Un futuro aumento inesperado del patrimonio familiar.
Cuando realizas un asesoramiento patrimonial, siempre hay muchas teorías, hay muchas opiniones, muchos modelos diferentes, y ninguno de ellos está bien ni mal, ni es mejor uno que otro, solo son formas o modelos diferentes para afrontar la conservación del patrimonio en el largo plazo con el menor riesgo y la mayor rentabilidad.
Pero la evolución no son los nuevos activos que existen, sino como la tendencia de patrimonio por unidad familiar no sufre un incremento lineal en el tiempo sino más bien exponencial.
Hemos vivido la época de nuestros abuelos los cuales crearon una sociedad ahorradora que invirtió su patrimonio de la manera que mejor sabía y actualmente X, Millennials y Z están viendo como todo este ahorro poco a poco se les está canalizando hacia ellos.
Es por ello por lo que el mantra de muchos asesores financieros o más bien comerciales financieros cada día funciona menos. Cada vez se venden menos planes de pensiones, menos “PIAS”, menos productos objetivo jubilación. Y la sociedad siendo siempre evolutiva y teniendo razón, sabe que muy probablemente mucha parte de ellos vea como de aquí a pocos años, su patrimonio se verá positivamente incrementado por aquello que dejaron de vivir sus mayores.
A nivel personal y profesional me he dado cuenta de que la pregunta individualista que hacía a un cliente hace 5 años (que objetivos tienes, cual es tu patrimonio actual y en que puede cambiar) se ha tenido que reinventar a (cuál es tu patrimonio familiar esperado y que quieres hacer tu a nivel individual).
La reflexión puede ser la siguiente:
Persona de 35 años, con un inmueble hipotecado y un posible hijo en los próximos años. Ahorro medio de 20.000€. Tiene como objetivo jubilarse con una furgo a los 55 para vivir la vida. Pero si en dicho asesoramiento podemos analizar su patrimonio familiar de media vemos que de aquí a 10 años probablemente se encuentre con otro inmueble por su parte y otro por parte de su pareja y sus saldos se hayan visto incrementados en más o menos 100.000€. Su futuro hij@ generación Alpha con 45 años no necesitará trabajar para mantenerse, tendrá 3 inmuebles por su parte y posiblemente por parte de su pareja pongamos 1 más con los que generar rentas para mantenerse, posiblemente fuera de la ciudad común, trabajando las horas que necesite para desarrollarse profesionalmente, teniendo libertad financiera, viajando y siendo gestionados por la IA en al menos, la manera de informarse para afrontar su futuro.
La señal que anticipa la viabilidad de esta teoría es la falta de talento dispuesto. Y es dispuesto porque talento hay mucho pero no hay tantas personas dispuestas a dar su vida por una empresa o por una retribución superior. Pero esto no ha hecho nada más que empezar, teniendo en cuenta que actualmente este talento es Millennial y generación Z, ¿ qué pasará cuando estos, con perfiles senior, con el aprendizaje adquirido por la vida y con incrementos patrimoniales “inesperados” luchen por libertad, conciliación o quizás jubilaciones anticipadas gracias a los esfuerzos de los baby BOOMERS ¿?
Una buena planificación y gestión de este incremento patrimonial unido a la gestión de los objetivos individuales aportará ese punto diferenciador tan importante.