Al calor de la represión financiera en la que estamos inmersos, los fondos de inversión han adquirido una mayor relevancia en el patrimonio de los inversores ante la escasa remuneración del pasivo de las entidades financieras. Con datos a cierre de 2014, los fondos de inversión fueron el activo financiero con mayor tirón, con un incremento del 24% a lo largo del año anterior.
Con lo anterior, más de 30 entidades extranjeras han puesto el foco en nuestro país en lo que va de año. Estas entidades ya suman casi un tercio del total de patrimonio gestionado por las Instituciones de Inversión colectiva (IIC) divididos entre: fondos mobiliarios, SICAV, IIC inmobiliarias e IICs extranjeras.
Muchos analistas se plantean si habrá cabida para todos. Bajo mi punto de vista, hay tres factores que pone de manifiesto la necesidad de continuar con el crecimiento de nuevas sociedades de inversión que nos aporten un servicio de asesoramiento de mayor calidad.
- El primero de ellos, es la cantidad de efectivo y depósitos que cuenta el sistema financiero español. Con datos del Banco de España a Julio de 2015, la suma ascendía a 1.14 billones de euros que si lo comparamos con el patrimonio gestionado por los fondos de inversión en la misma fecha ascendía a 218 mil millones. Díganme ustedes mismos si hay margen o no para un mayor número de actores en la industria.
Fuente: Inverco
- La segunda de la razones se debe a la pérdida de valor de los activos inmobiliarios de las familias españolas que en el año 2007 ascendía al 590% del PIB y en septiembre de 2014 era del 402%. Esto ha causado en los ahorradores un mayor apetito inversor hacia activos financieros destacando sobremanera la suscripción fondos de inversión por delante de seguros, acciones cotizadas e instrumentos de renta fija.
Dentro de la propia tipología de fondos ha habido un movimiento significativo desde activos muy conservadores como garantizados o monetarios hacia los mixtos (aquellos que invierten tanto en renta fija como variable existiendo diferentes categorías en función del perfil inversor: defensivo, moderado, agresivo y flexible).
- El tercero sería una consecuencia a los años de crisis financiera que hemos vivido. La gente ahora se plantea dónde invertir su dinero, el interés por formarse en temas relacionados con las finanzas se ha incrementado notablemente desde 2008 aunque todavía lejos de la media de los países de la OCDE. Es indudable que la falta de cultura financiera ha beneficiado a las entidades financieras pero los últimos escándalos acaecidos han producido una desafección hacia los estas últimas.
El problema en España del negocio de asesoramiento y gestión de activos es que es un negocio de distribución bancaria, donde el interés comercial se superpone al interés particular del inversor. De algún modo existe un oligopolio bancario, más del 50% de los activos bajo gestión se concentran en las cuatro mayores entidades financieras, lo anterior unido a que 2/3 de las comisiones se las lleva el vendedor y no la entidad que aporta valor gestionando esos fondos, dejan en clara desventaja competitiva a las entidades independientes.
De aquí surge otro debate en torno a la evolución de la industria, la proliferación de nuevas gestoras no dependientes de los bancos. El mercado español tiene una elevada necesidad de ahorro financiero ya que las familias españolas presentan uno de los porcentajes más bajos de este tipo de activos de la OCDE, debido a su elevado ratio de vivienda en propiedad. Los países con menores porcentajes de vivienda en propiedad presentan mayores tasas de ahorro bruto familiar como Suiza y Alemania.
Esta tendencia parece consolidarse penalizando los depósitos, ya que por primera vez desde 2008 el porcentaje total se sitúa por debajo del 40% del total de activos en cartera de las familias españolas.
Las perspectivas de futuro para la industria de asesoramiento son inmejorables. En el futuro veremos la llegada de nuevas entidades tanto independientes como extranjeras que tratarán de entrar en nichos de mercado todavía muy poco maduros como fondos relacionados con megatendencias, global cuantitativa, crédito de corta duración, etc…
En definitiva, existe una clara tendencia en el ahorro de los españoles hacia los activos con un mayor riesgo, el contexto macroeconómico y la necesidad de un ahorro a largo plazo de calidad pueden ser el empujón definitivo para equipararnos al resto de los países avanzados con una estructura financiera del ahorro más equilibrada entre activos financieros y no financieros.