El salario mínimo interprofesional fija la cuantía retributiva mínima que los trabajadores deben percibir por la jornada legal de trabajo, sin distinción de sexo, edad ni procedencia, ya sean fijos, eventuales o temporeros. Actualmente está fijado en 645,30 euros, da igual si se pagan por recoger fresas que por pasear por la calle con un cartel de "compro oro".
Y últimamente se está hablando mucho de él porque el gobernador del Banco de España ha propuesto suprimirlo para los colectivos con mayores dificultades. El objetivo: fomentar los contratos de larga duración, aunque con salarios inferiores al mínimo legal. Como no podía ser de otra manera, la respuesta de los sindicatos ha sido fulminante. Al menos esta vez no le han dicho que "se vaya a su puta casa" como le dijo aquél animal de bellota al anterior gobernador del BdE.
El caso es que no son pocos los economistas que opinan como que Luis Linde y de hecho hay países que no tienen salario mínimo. Alemania, Suiza, Austria, Noruega, Finlandia y Dinamarca, sin ir más lejos. Todos con tasas de paro inferiores a la española y con salarios "reales" muy superiores.
En fin, que hay opiniones para todos los gustos, aunque no todas sean políticamente correctas. Por ejemplo hace unos días leí que los conflictos étnicos con la población emigrante se producen por el empecinamiento sindical de que...
bajo la retórica de una política salarial solidaria, se le imposibilita al inmigrante competir en el mercado laboral de la única manera que podría hacerlo, es decir, cobrando menos para poder lucir atractivo a pesar de las desventajas ligadas a las dificultades idiomáticas, la educación no homologable, (...)
Si comparamos las tasas de desempleo entre la población extranjera con las de la población autóctona, las diferencias son notorias, mientras que en mercados laborales menos regulados, como el americano, simplemente no existen diferencias entre las tasas de paro de ambos grupos. Allí cada cual cobra lo que puede en función de su capacidad y formación y santas pascuas.
¿Y qué tiene que ver todo esto con el cine español?
Pues muy sencillo, al cine español, le ocurre lo mismo que les está pasando a los inmigrantes iraquíes o somalíes, que es demasiado caro para lo malo que resulta. Es decir, que cuesta los mismos nueve euros ir a ver "Argo" o "Iron Man" que el último bodrio de José Luis Cuerda. Da igual que la ley obligue a las salas a exhibir un determinado porcentaje de cine patrio, las películas se exhibirán pero las salas seguirán vacías porque a ese precio es un timo. ¿Alguien comería jamón de york a precio de Cinco Jotas? Pues con el cine pasa lo mismo.
Que pongan las pelis españolas a dos euros y verán como se llenan las salas. Y no solo se verá más cine nacional, sino que sus películas recaudarán más que ahora y no serán necesarios los subsidios que tanto reclaman. ¿No hay que defender la cultura española? Pues la mejor manera de hacerlo no es dándole un valor que no tiene, sino dejando que sea el público quien marque ese valor y seguro que así las salas se llenan.
O sea, que con el cine poco cualificado igual que con el salario mínimo, cada cual con su valor "real", y seguro que así aumentan tanto las tasas de empleo como la recaudación del cine español.