FERNANDO ESTEVE MORA
En la Administración española, como en las de todos los estados de todos países, hay clases. Siempre las ha habido y siempre las habrá. Es algo consustancial a las burocracias administrativas. Pues bien, en la Administración española, el top, la clase más alta la ocupan unos funcionarios: los del Cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado. los TECOS. Están por encima de todos los demás sea cuál sea su relevancia mediática o su poder, ya sean jueces, embajadores, abogados del estado, etc., etc., da igual: ninguno de esos otros "cuerpos" de la administración pública tiene el status de los TECOS. Y la verdad es que es un status que se lo tienen muy bien ganado. Por diferentes razones, incluyendo el que algunos de mis antiguos alumnos son ahora TECOS, se de primera mano lo extremadamente difícil que es acceder a ese cuerpo. No hay oposición de dureza similar. Ni notarías, ni a la judicatura, ni a la abogacía del Estado. Es una auténtica tortura que echa atrás a la mayoría de aspirantes, que lo logran, por término medio tras varios o muchos años de preparación extenuante e infructuosos intentos. No, no me extraña que los TECOS se crean un cuerpo muy especial dentro de la administración. Se sienten superiores al resto y tienen un "esprit de corps" que les hace ser piña. Se sienten y son la élite de la administración...y no les falta algo o mucha razón.
Doña Nadia Calviño es TECO....y se la nota.
Se nota que lo es para lo bueno...y también para lo malo. Y es que, por lo que he comentado, he conocido el temario de las oposiciones a TECO, y sé por tanto lo que se les exige y han de saber quienes quieren ser TECOS. Como ya he dicho, se les exige saber mucho, muchísimo...pero sólo de uno de los paradigmas que componen la Economía o la Teoría Económica. Concretamente, a los TECOS se les exige que conozcan al dedillo y con total precisión la "forma de ver" el mundo económico que suministra el aparato conceptual de la Economía Neoclásica. Es decir, que tanto en los asuntos microeconómicos como macroeconómicos, los TECOS interpretan , o sea, entienden la realidad económica a través de los ojos, o del color de las gafas que les suministra UNA de las corrientes económicas que existen. La mayoritaria, sí. Pero no la única. Y el problema es que en Economía, a diferencia de la Física. el ser de la corriente mayoritaria no significa que se tenga razón, que aciertes en tus juicios y políticas acerca de los problemas económicos. Dicho con otra palabras: no hay TECOS marxistas, ni postkeynesianos, ni austriacos. Todos son neoclásicos. No les queda otra opción pues es lo que se les exige saber para serlo. Por ello son, por otro lado, tan predecibles. Uno sabe siempre qué van a proponer como políticas económicas ante cualquier tipo de problemas pues van a prescribir lo que les prescribe el modelo de la Economía Neoclásica. Y es una auténtica pena que no sepan de las "otras" aproximaciones a la Economía pues no es nada extraño, sino todo lo contrario, que la Economía Neoclásica no sólo falle a la hora de prescribir soluciones a los problemas económicos, sino -lo que es peor aún- los cause, los provoque.
Y por ello no me extrañó nada que, para atenuar los efectos de la inflación sobre los ciudadanos de las clases de menos renta, doña Nadia Calviño aceptase la instrumentación de una política tan tonta como la de rebajar el IVA de los alimentos de primera necesidad del 4 al 0%. De nuevo, y como ya ha ocurrido otras veces (hay que recordar por ejemplo, la rebaja del IVA a los cines y a otros productos culturales), la cosa no ha funcionado: no hay efectos perceptibles. Y a lo que parece la rebaja de precios es la excepción más que la regla.
Pero bueno, me imagino que se habrán preguntado los TECOS, pero ¿qué ha pasado? Pero si el "modelo" predice que una rebaja del IVA tiene que traducirse obligadamente en una caída en los precios. Me imagino que, incluso, recordando sus tiempos de preparación de la oposición, habrán tirado de pizarra y habrán dibujado unas curvas de demanda y de oferta, y unas curvas de costes marginales y habrán hecho un análisis de estática comparativa en que se demostraría a las claras que los precios tienen que caer al bajar el IVA, como ciertamente sucede en la realidad de la pizarra.
Y si me he imaginado así el desconcierto de los TECOS, lo he hecho tras leer la respuesta de doña Nadia Calviño, la TECO hoy MInistra de Economía ante la pregunta de un periodista castellonense en la XIII jornada PortCastelló-Mediterráneo a propósitio de la nula repercusión de la bajada del IVA en los precios de los bienes sobre la que se ha instrumentado. La transcribo al pie de la letra porque merece la pena leerla con detenimiento. Dice Calviño:
"El objetivo es precisamente que esa bajada de precios llegue a las familias. Y la responsabilidad, en primer lugar, es del propio sector, que es el primer interesado en que se mantenga el ritmo del consumo y, por tanto, debe trasmitir esa bajada del IVA en los precios de los alimentos".
(El Periódico de España, 14/1/2023)
¡Pero bueno! (me he dicho yo a mí mismo), pero ¿qué está diciendo doña Nadia Calviño? Porque está claro que está tan desconcertada que se le ha "ido la cabeza" de economista. Sólo así me puedo explicar que para explicar el que la rebaja del IVA no se haya repercutido en los precios eche la culpa, o ponga la responsabilidad "en el propio sector". Pero ¿qué hace una economista hablando de la "responsabilidad" de un sector como si fuese el párroco de una aldea recriminando a sus feligreses porque no son "responsables" con los mandamientos de la nuestra Santa Madre la Iglesia Neoclásica de Economía?
¿No es consciente la señora Calviño de lo que está diciendo? Veamos, si es el propio "sector" el responsable de los precios, de la política de fijación de precios, es que la señora Calviño piensa que el "sector" se comporta como un monopolio. Y si fuera así, la señora Calviño, como cualquier TECO, sabe que rebajarle los costes prácticamente no va a tener efectos sobre los precios.
Pero, obviamente, el "sector" alimenticio de primera necesidad NO esta monopolizado no existen acuerdos colusivos de la suficiente magnitud para consideralo "como" un monopolio. No digo que sea un sector perfectamente competitivo, como reza el modelo neoclásico que tuvo que aprenderse en su oposición (ella y los demás TECOS), pero puede presuponerse que hay la suficiente competencia (aunque no tiene que ser sólo vía precios) entre las empresas que lo componen.
Y ¿entonces?,. ¿a qué viene acudir a la "responsabilidad del sector"? Todos los economistas (de cualesquiera adscripción teórica, saben que en una economía de mercado, cada empresa va a la suya, cada empresario busca ganar, sacar beneficios, ésa es su responsabilidad y su tarea. Es la mano invisible del mercado y la mano visible del Estado las que buscan reconciliar esa persecución del interés personal por parte de los empresarios con el interés social o público. Dicho de otra manera, acudir a la "responsabilidad del sector" es una estupidez para un economista sólo digna de gente que no sabe nada de nada de Economía.
Pero el patente desconcierto de doña Nadia Calviño ante el escasísimo efecto de la rebaja del IVA se manifiesta todavía más en lo que dice a continuación. Porque lo que dice manifiesta un error elemental de primer curso de Economía que, si yo fuera su profesor, le habría garantizado un suspenso en el examen final de este semestre.
Y es que doña Nadia Calviño viene a decir que la rebaja del IVA y su traslado a una rebaja de precios es -para ella- una buena política para el "sector" si este quiere que se mantenga el "ritmo del consumo".
Pero -me voy a poner en plan profesoral-, pero vamos, señora Calviño. Estamos estudiando los efectos de una política de rebaja impositiva sobre alimentos básicos o de primera necesidad. Y usted sabe, o debiera saber a estas alturas del curso, que ese tipo de bienes tienen una demanda muy inelástica respecto a los precios. ¿O es que,acaso usted es partidaria de lo que se podría denominar el "efecto Maria Antonieta", ya sabe, el consejo que les dió la reina francesa a los parisinos cuando se enteró de sus quejas ante las subidas del precio del pan, aquello de que "si no podían comprar pan, que compraran pasteles" y que explica que luego ese mismo pueblo vira cómo le cortaban la cabeza disfrutando de unos croissants con chocolat?. Porque , sólo pensando (y pensando incorrectamente) que las demandas de los alimentos de primera necesidad son muy elásticos ante las modificaciones de los precios cabe deducir que las bajadas de los precios estimularán notablemente las compras, que es lo que supongo quiere decir con eso de mantener el "ritmo del consumo".
Y, por otro lado, señora Calviño, como usted debiera saber la elasticidad renta de los bienes de primera necesidad es positiva pero menor que la unidad por el mero hecho de ser unos bienes necesarios. Ello quiere decir que para mantener el "ritmo del consumo", sea lo que usted quiera decir con eso, las rebajas de precios no hacen mucho, y que más bien es el sostenimiento de las rentas lo que puede mantener ese "ritmo". Señora Calviño, le debería dar vergüenza decir estas cosas para justificar el que su política de rebaja del IVA no funcione.
Y llegamos así al centro de la cuestión, que es la de que porqué las empresas no están trasladando a precios la caída en los costes que les supone la rebaja en el IVA. Pues bien, existe un conjunto de razones y mecanismos, fuera del modelo standard de la Economía Neoclásica, que explican el porqué esa política es un fiasco.
En primer lugar, está claro que el sector no es como ya he perfectamente competitivo al estilo de lo que definen los libros de texto neoclásicos. Es decir que las empresas no compiten exclusiva ni siquiera principalmente via precios, a la vez que no persiguen "maximizar beneficios" como prescribe el modelo neoclásico sino el mantener sus cuota de mercado y la capacidad de financiar sus tasas de expansión. Ello significa que las empresas fijan sus precios mediante el establecimiento de márgenes que responden a distintos criterios, que normalmente se traducen en un comportamiento asimétrico o diferencial, de modo que las empresas no reaccionan igual ante las subidas o las bajadas de sus costes a la hora de fijar los precios de modo que en tanto repercuten rápidamente las subidas de costes no lo hacen (y no en la misma medida) las bajadas, como la del IVA.
Por otra parte, y a este mecanismo, se añade las consecuencias de algo similar a lo que se conoce como el "efecto dotación" en la Economía del Comportamiento. Y es que los empresarios consideran la recaudación del IVA como un expolio, un robo, como si el Estado les quitara algo que es suyo. Es decir, que los empresarios no se ven, en esto del IVA como lo que son, es decir, como meros recaudadores del impuesto, recaudadores -pues- de algo que no es suyo pues no se corresponde con ningún coste de producción en que hayan debido de incurrir; sino que se perciben por el contrario como expoliados pues creen (erróneamente) que todo lo que ingresan por ventas (incluido el IVA) es "suyo" fruto de sus costosos esfuerzos empresariales.
En consecuencia los empresarios estiman que la rebaja del IVA sólo es en último término la devolución por parte del Estado de lo que era suyo, por lo que no habría razón para repercutirla en los precios de sus productos. Por eso, los carniceros y los pescadores se sienten injustamente tratados por el Gobierno, pues en su opinión, la rebaja del IVA es discriminatoria porque a ellos al no aplicarseles no les posibilita aumentar sus beneficios. Por contra, una subida en el IVA la ven los empresarios como un incremento en el expolio que sufren a manos del estado, lo que les justificaría para trasladarla a precios.
En suma, que por ambos tipos de razones, era previsible para cualquier economista que no crea a pies juntillas en el modelo neoclásico en Economía, como se les exige a los TECOS, que la rebaja en el IVA de los alimentos no se iba trasladar a precios como predice el modelo.
NOTA: Cabe pensar, no obstante, que esta política de rebaja en el IVA fuese una política maquiavélica cuyo el objetivo último no fuese ayudar a las familias de niveles bajos de renta, sino a los empresarios del sector para agrandar todavía más en estos tiempos de inflación sus beneficios. Si así fuera, me callo y pido disculpas por todo lo escrito previamente
En la Administración española, como en las de todos los estados de todos países, hay clases. Siempre las ha habido y siempre las habrá. Es algo consustancial a las burocracias administrativas. Pues bien, en la Administración española, el top, la clase más alta la ocupan unos funcionarios: los del Cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado. los TECOS. Están por encima de todos los demás sea cuál sea su relevancia mediática o su poder, ya sean jueces, embajadores, abogados del estado, etc., etc., da igual: ninguno de esos otros "cuerpos" de la administración pública tiene el status de los TECOS. Y la verdad es que es un status que se lo tienen muy bien ganado. Por diferentes razones, incluyendo el que algunos de mis antiguos alumnos son ahora TECOS, se de primera mano lo extremadamente difícil que es acceder a ese cuerpo. No hay oposición de dureza similar. Ni notarías, ni a la judicatura, ni a la abogacía del Estado. Es una auténtica tortura que echa atrás a la mayoría de aspirantes, que lo logran, por término medio tras varios o muchos años de preparación extenuante e infructuosos intentos. No, no me extraña que los TECOS se crean un cuerpo muy especial dentro de la administración. Se sienten superiores al resto y tienen un "esprit de corps" que les hace ser piña. Se sienten y son la élite de la administración...y no les falta algo o mucha razón.
Doña Nadia Calviño es TECO....y se la nota.
Se nota que lo es para lo bueno...y también para lo malo. Y es que, por lo que he comentado, he conocido el temario de las oposiciones a TECO, y sé por tanto lo que se les exige y han de saber quienes quieren ser TECOS. Como ya he dicho, se les exige saber mucho, muchísimo...pero sólo de uno de los paradigmas que componen la Economía o la Teoría Económica. Concretamente, a los TECOS se les exige que conozcan al dedillo y con total precisión la "forma de ver" el mundo económico que suministra el aparato conceptual de la Economía Neoclásica. Es decir, que tanto en los asuntos microeconómicos como macroeconómicos, los TECOS interpretan , o sea, entienden la realidad económica a través de los ojos, o del color de las gafas que les suministra UNA de las corrientes económicas que existen. La mayoritaria, sí. Pero no la única. Y el problema es que en Economía, a diferencia de la Física. el ser de la corriente mayoritaria no significa que se tenga razón, que aciertes en tus juicios y políticas acerca de los problemas económicos. Dicho con otra palabras: no hay TECOS marxistas, ni postkeynesianos, ni austriacos. Todos son neoclásicos. No les queda otra opción pues es lo que se les exige saber para serlo. Por ello son, por otro lado, tan predecibles. Uno sabe siempre qué van a proponer como políticas económicas ante cualquier tipo de problemas pues van a prescribir lo que les prescribe el modelo de la Economía Neoclásica. Y es una auténtica pena que no sepan de las "otras" aproximaciones a la Economía pues no es nada extraño, sino todo lo contrario, que la Economía Neoclásica no sólo falle a la hora de prescribir soluciones a los problemas económicos, sino -lo que es peor aún- los cause, los provoque.
Y por ello no me extrañó nada que, para atenuar los efectos de la inflación sobre los ciudadanos de las clases de menos renta, doña Nadia Calviño aceptase la instrumentación de una política tan tonta como la de rebajar el IVA de los alimentos de primera necesidad del 4 al 0%. De nuevo, y como ya ha ocurrido otras veces (hay que recordar por ejemplo, la rebaja del IVA a los cines y a otros productos culturales), la cosa no ha funcionado: no hay efectos perceptibles. Y a lo que parece la rebaja de precios es la excepción más que la regla.
Pero bueno, me imagino que se habrán preguntado los TECOS, pero ¿qué ha pasado? Pero si el "modelo" predice que una rebaja del IVA tiene que traducirse obligadamente en una caída en los precios. Me imagino que, incluso, recordando sus tiempos de preparación de la oposición, habrán tirado de pizarra y habrán dibujado unas curvas de demanda y de oferta, y unas curvas de costes marginales y habrán hecho un análisis de estática comparativa en que se demostraría a las claras que los precios tienen que caer al bajar el IVA, como ciertamente sucede en la realidad de la pizarra.
Y si me he imaginado así el desconcierto de los TECOS, lo he hecho tras leer la respuesta de doña Nadia Calviño, la TECO hoy MInistra de Economía ante la pregunta de un periodista castellonense en la XIII jornada PortCastelló-Mediterráneo a propósitio de la nula repercusión de la bajada del IVA en los precios de los bienes sobre la que se ha instrumentado. La transcribo al pie de la letra porque merece la pena leerla con detenimiento. Dice Calviño:
"El objetivo es precisamente que esa bajada de precios llegue a las familias. Y la responsabilidad, en primer lugar, es del propio sector, que es el primer interesado en que se mantenga el ritmo del consumo y, por tanto, debe trasmitir esa bajada del IVA en los precios de los alimentos".
(El Periódico de España, 14/1/2023)
¡Pero bueno! (me he dicho yo a mí mismo), pero ¿qué está diciendo doña Nadia Calviño? Porque está claro que está tan desconcertada que se le ha "ido la cabeza" de economista. Sólo así me puedo explicar que para explicar el que la rebaja del IVA no se haya repercutido en los precios eche la culpa, o ponga la responsabilidad "en el propio sector". Pero ¿qué hace una economista hablando de la "responsabilidad" de un sector como si fuese el párroco de una aldea recriminando a sus feligreses porque no son "responsables" con los mandamientos de la nuestra Santa Madre la Iglesia Neoclásica de Economía?
¿No es consciente la señora Calviño de lo que está diciendo? Veamos, si es el propio "sector" el responsable de los precios, de la política de fijación de precios, es que la señora Calviño piensa que el "sector" se comporta como un monopolio. Y si fuera así, la señora Calviño, como cualquier TECO, sabe que rebajarle los costes prácticamente no va a tener efectos sobre los precios.
Pero, obviamente, el "sector" alimenticio de primera necesidad NO esta monopolizado no existen acuerdos colusivos de la suficiente magnitud para consideralo "como" un monopolio. No digo que sea un sector perfectamente competitivo, como reza el modelo neoclásico que tuvo que aprenderse en su oposición (ella y los demás TECOS), pero puede presuponerse que hay la suficiente competencia (aunque no tiene que ser sólo vía precios) entre las empresas que lo componen.
Y ¿entonces?,. ¿a qué viene acudir a la "responsabilidad del sector"? Todos los economistas (de cualesquiera adscripción teórica, saben que en una economía de mercado, cada empresa va a la suya, cada empresario busca ganar, sacar beneficios, ésa es su responsabilidad y su tarea. Es la mano invisible del mercado y la mano visible del Estado las que buscan reconciliar esa persecución del interés personal por parte de los empresarios con el interés social o público. Dicho de otra manera, acudir a la "responsabilidad del sector" es una estupidez para un economista sólo digna de gente que no sabe nada de nada de Economía.
Pero el patente desconcierto de doña Nadia Calviño ante el escasísimo efecto de la rebaja del IVA se manifiesta todavía más en lo que dice a continuación. Porque lo que dice manifiesta un error elemental de primer curso de Economía que, si yo fuera su profesor, le habría garantizado un suspenso en el examen final de este semestre.
Y es que doña Nadia Calviño viene a decir que la rebaja del IVA y su traslado a una rebaja de precios es -para ella- una buena política para el "sector" si este quiere que se mantenga el "ritmo del consumo".
Pero -me voy a poner en plan profesoral-, pero vamos, señora Calviño. Estamos estudiando los efectos de una política de rebaja impositiva sobre alimentos básicos o de primera necesidad. Y usted sabe, o debiera saber a estas alturas del curso, que ese tipo de bienes tienen una demanda muy inelástica respecto a los precios. ¿O es que,acaso usted es partidaria de lo que se podría denominar el "efecto Maria Antonieta", ya sabe, el consejo que les dió la reina francesa a los parisinos cuando se enteró de sus quejas ante las subidas del precio del pan, aquello de que "si no podían comprar pan, que compraran pasteles" y que explica que luego ese mismo pueblo vira cómo le cortaban la cabeza disfrutando de unos croissants con chocolat?. Porque , sólo pensando (y pensando incorrectamente) que las demandas de los alimentos de primera necesidad son muy elásticos ante las modificaciones de los precios cabe deducir que las bajadas de los precios estimularán notablemente las compras, que es lo que supongo quiere decir con eso de mantener el "ritmo del consumo".
Y, por otro lado, señora Calviño, como usted debiera saber la elasticidad renta de los bienes de primera necesidad es positiva pero menor que la unidad por el mero hecho de ser unos bienes necesarios. Ello quiere decir que para mantener el "ritmo del consumo", sea lo que usted quiera decir con eso, las rebajas de precios no hacen mucho, y que más bien es el sostenimiento de las rentas lo que puede mantener ese "ritmo". Señora Calviño, le debería dar vergüenza decir estas cosas para justificar el que su política de rebaja del IVA no funcione.
Y llegamos así al centro de la cuestión, que es la de que porqué las empresas no están trasladando a precios la caída en los costes que les supone la rebaja en el IVA. Pues bien, existe un conjunto de razones y mecanismos, fuera del modelo standard de la Economía Neoclásica, que explican el porqué esa política es un fiasco.
En primer lugar, está claro que el sector no es como ya he perfectamente competitivo al estilo de lo que definen los libros de texto neoclásicos. Es decir que las empresas no compiten exclusiva ni siquiera principalmente via precios, a la vez que no persiguen "maximizar beneficios" como prescribe el modelo neoclásico sino el mantener sus cuota de mercado y la capacidad de financiar sus tasas de expansión. Ello significa que las empresas fijan sus precios mediante el establecimiento de márgenes que responden a distintos criterios, que normalmente se traducen en un comportamiento asimétrico o diferencial, de modo que las empresas no reaccionan igual ante las subidas o las bajadas de sus costes a la hora de fijar los precios de modo que en tanto repercuten rápidamente las subidas de costes no lo hacen (y no en la misma medida) las bajadas, como la del IVA.
Por otra parte, y a este mecanismo, se añade las consecuencias de algo similar a lo que se conoce como el "efecto dotación" en la Economía del Comportamiento. Y es que los empresarios consideran la recaudación del IVA como un expolio, un robo, como si el Estado les quitara algo que es suyo. Es decir, que los empresarios no se ven, en esto del IVA como lo que son, es decir, como meros recaudadores del impuesto, recaudadores -pues- de algo que no es suyo pues no se corresponde con ningún coste de producción en que hayan debido de incurrir; sino que se perciben por el contrario como expoliados pues creen (erróneamente) que todo lo que ingresan por ventas (incluido el IVA) es "suyo" fruto de sus costosos esfuerzos empresariales.
En consecuencia los empresarios estiman que la rebaja del IVA sólo es en último término la devolución por parte del Estado de lo que era suyo, por lo que no habría razón para repercutirla en los precios de sus productos. Por eso, los carniceros y los pescadores se sienten injustamente tratados por el Gobierno, pues en su opinión, la rebaja del IVA es discriminatoria porque a ellos al no aplicarseles no les posibilita aumentar sus beneficios. Por contra, una subida en el IVA la ven los empresarios como un incremento en el expolio que sufren a manos del estado, lo que les justificaría para trasladarla a precios.
En suma, que por ambos tipos de razones, era previsible para cualquier economista que no crea a pies juntillas en el modelo neoclásico en Economía, como se les exige a los TECOS, que la rebaja en el IVA de los alimentos no se iba trasladar a precios como predice el modelo.
NOTA: Cabe pensar, no obstante, que esta política de rebaja en el IVA fuese una política maquiavélica cuyo el objetivo último no fuese ayudar a las familias de niveles bajos de renta, sino a los empresarios del sector para agrandar todavía más en estos tiempos de inflación sus beneficios. Si así fuera, me callo y pido disculpas por todo lo escrito previamente