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                                         FERNANDO ESTEVE MORA

Recuerdo con delicia las lecturas de Gilbert K. Chesterton, del que casi todo el mundo al menos conoce las aventuras detectivescas de su Padre Brown. Pues bien, además de la serie de novelas sobre este personaje, Chesterton fue un prolífico autor de otras muchas novelas, cuentos y ensayos del que Borges decía que no había página suya que no encerrara una grata sorpresa, una felicidad.

Chesterton gustaba sobre todo de la paradoja, de llevar la lógica hasta que se daba la vuelta sobre sí misma. Recuerdo cuando en uno de sus novelas más conocidas, sorprendía al lector señalando que uno de sus personajes, el más conservador, era en el fondo un anarquista radical, como lo eran todos los conservadores; en tanto que otro de ellos, un anarquista era, también en el fondo, como lo eran todos los anarquistas, un conservador equiparable a un viejo párroco de aldea. ¿La razón?  Muy simple. Los conservadores, los reaccionarios, lo son porque sienten en lo más profundo que fuerza que ordena las cosas de este mundo es debilísima. Son conservadores porque temen que en cualquier momento, o por cualquiera razón (un mero atentado), el mundo se desordene, entre en la anarquía. Y, entonces, por ello mismo, son unos auténticos anarquistas en la medida que sienten que el desorden es la norma, que sólo con el mayor de los esfuerzos es posible contenerlo. Dicho de otra manera, el orden y su supuesta fuerza  es una ilusión.

Por contra, los anarquistas lo son porque  estiman que el orden del mundo es tan fuerte, tan potente, tan inamovible, tan monolítico que nada que se haga en el terreno de la política y de la racionalidad puede alterarlo, de modo que nada efectivo puede hacerse frente a él. El terrorismo anarquista, la acción directa,  no es sino la desesperanzada forma de actuación de quienes saben que nada sensato puede hacerse, de que nada puede alterar el monolítico orden de la realidad. Un anarquista es aquel que tiene la más profunda consciencia y el mayor convencimiento de que nada puede efectivamente hacerse para alterar esencialmente las cosas, de que el orden siempre es más fuerte que el caos que sólo rasguños puede hacer en su hipopotámica piel. Es decir, que en el fondo, no hay nadie tan conservador como un anarquista.

Me he acordado de esta paradoja chestertoniana conforme he ido leyendo acerca del "price-cap" , el tope sobre el precio del petróleo y sus derivados que los países del G7 quieren imponer sobre las ventas de petróleo y gas ruso a partir del 5 de diciembre próximo.  Me ha sorprendido y mucho leer que muchos economistas neoliberales  consideran esa política como inteligente en el sentido de que será efectiva o sea, que  tendrá los efectos buscados. Que son, por un lado,   el mantenimiento cuantitativo de las ventas rusas de petróleo, pero a precios más bajos, lo que supondrá, por el otro lado, que  el Kremlin dispondrá de menos recursos para financiar la guerra de Ucrania.

Técnicamente, para que ese tope de precios funciona es necesario que se cumplan dos cosas: a) que los países que imponen el tope se comporten colectivamente como un monopsonio, o sea, que ninguno decida saltarse el tope y pagarle a Rusia un precio más elevado, y (b) que el precio sea inferior al coste marginal de extraer y producir el petróleo, pues caso contrario, si el precio topado de 1000 barriles de petróleo es inferior al coste de extraerlos y producirlos y llevarlos a su punto de venta, a Rusia no le interesaría seguir exportando la misma cantidad de petróleo.

Ni qué decir tiene que ambas restricciones son difíciles de satisfacer. Me centraré aquí en la primera, que -repito- consiste en que TODOS los países apliquen el "price-cap", no por convencimiento antirruso, sino por miedo al "guardia de la porra" imperial: los EE.UU.  Y es que, como siempre ocurre, lo importante está en los  detalles.

Y aquí lo importante no es el que un grupo de países, los del G7 por muy importantes que sean económicamente  decidan que no van a pagar a Rusia más de lo que ellos decidan por ese petróleo, sino que dado que hay muchos más países, lo importante es obligar que los demás del Sur Global se sumen a esa política monopsonística, pues si no, Rusia podría frenar las exportaciones a los países del G7 y compensarlas en cierta medida siguiendo con sus ventas a los demás, por ejemplo y, como ya hace con India o China, vendiéndoles su petróleo rebajado. A nadie debería de ocultársele cuál sería la respuesta de los demás países de la OPEP: restringir sus producciones, lo que llevaría a la inestabilidad en los mercados de crudo, el alza en sus precios, y el mantenimiento de los ingresos por petróleo de Rusia vendiendo menos crudo a un precio más elevado. Y por demás, más leña a la inflación de costes y la recesión a nivel mundial.

Pues bien, dado que los países del G7 saben positivamente que los demás países no se van a sumar voluntariamente a su política, no les queda otra que obligar a los demás países a que se sumen, quieránlo o no, estén de acuerdo o no, con esta "inteligente" política, los "inteligentes" economistas del G7 han diseñado no sólo el "price-cap" sino una serie de medidas para forzar indirectamente a los demás países a que también se sumen activamente al frente antiruso. Y para ello, una vez más, han convertido en arma económica el dólar, el sistema de pagos basado en él (el SWIFT) y el mercado de seguros internacionales de Londres y Nueva York para el transporte marítimo.

Sin lugar a dudas, esta política representa un salto cualitativo en la guerra económica contra Rusia tras las sanciones directas y la congelación/apropiación de sus activos. Y demuestra a las claras que la llamada globalización no es otra cosa sino la forma que ha adoptado el imperialismo norteamericano desde la caída de la Unión Soviética. En eso se resume el famoso "orden liberal internacional" por el que "todos" debiéramos luchar.

La "idea" es que cualquier empresa de cualquier país que desafíe el "price-cap" que quieren imponer los del G7 y pague un precio mayor que el estipulado por el G7 para el petróleo ruso, será objeto de sanciones por parte del "liberal" estado norteamericano,  no podrá ni usar desde entonces el sistema SWIF ni asegurar sus fletes. Aunque una empresa quisiera arriesgarse a ser excluida del sistema SWIFT y comprar petroleo a Rusia al margen del "price.cap" podrá hacerlo pues  pues no encontrará "tanker" que se atreva a desafiar a USA ni empresa que asegure la carga. Es decir, que los países occidentales en su guerra económica contra Rusia, han decidido involucrar a los demás en su pelea aunque no quieran hacerlo voluntariamente y, ara ello, no dudan en usar los mecanismos que articulan e intermedian los intercambios internacionales. A eso ha quedado reducido el famoso "libre mercado".

Ciertamente hay países que ya están al margen. China e India obtiene su petróleo de Rusia directamente. y sus empresas petrolíferas pueden usar de petroleros y aseguradoras fuera del control de los EE.UU. y  operar al margen del sistema SWIFT (lo están haciendo) . Pero para el resto de empresas dedicadas al cargo de petróleo países, la cosa se ve más complicada. Y más aún si Rusia cumple su advertencia de no plegarse a ese price-cap y de no vender a nadie que sólo le  pague ese precio. Las consecuencias pueden ser desastrosas para todo el mundo.

¿Por qué? Veamos. Una vez que el "price-cap" esté establecido y si Rusia cumpla su advertencia y responda no vendiendo su petroleo a los países que lo adopten, se prevé que la cantidad de petróleo en los mercados caiga en 2,4 millones de barriles por día, lo cual -a menos que los países de la OPEP lo compensen, cosa que ni pueden técnicamente hacer en el medio plazo ni pueden querer hacerlo, supondrá que el precio del petroleo se disparará (los "expertos" prevén una horquilla entre los 180$  y 300$ el barril), o sea, un gigantesco negocio para los que les compren a los rusos a precios descontados y lo revendan por ahí.  Digamos que un beneficio de entre los 100 y 200$ el barril. Ya veo a los carteles de la cocaína y de la heroína de Colombia o de Afganistán cambiando de línea de negocio.

Y es aquí  donde entra Chesterton. Y es que me resulta paradójico que economistas como los del G7 que se pasan la vida  ensalzando las virtudes adaptativas de los mercados ante cualesquiera perturbaciones frente a economistas como yo, más estatalistas o keynesianos, tengan tan poca fe en que el Mercado encontrará la forma de darle vuelta a esta situación, y saltarse a la torera todo esa política del "price-cap". Por contra, y paradójicamente, yo que dudo de la eficiencia de los mercados,  creo a pies juntillas que los mercados de petróleo, de divisas y de seguros encontrarán rápidamente soluciones para sortear todas esas sanciones si pueden ganar mucho en ello, como es lo previsible, de modo que, al final, el "price-cup"  y acabará perjudicando una vez más a los sancionadores, o sea, a los más tontos del globo terrestre: a las élites europeas.

Rusia posiblemente sufrirá financieramente, dependerá de en qué medida la subida de precios del petróleo compense la disminución en sus exportaciones, pero ni mucho menos lo que pronostican. Pero el sistema SWIFT, la antes "definitiva"  arma financiera de los EE.UU., sufrirá un nuevo golpe a su credibilidad, en tanto que en Europa, la inflación se dispará y entrará definitivamente en una recesión. Previsiblemente el malestar social consiguiente se traducirá en un ascenso todavía mayor de la extrema derecha. Las izquierdas y derechas de confesionario, las de los Macron, Sánchez, y los ecologistas militaristas de Scholtz (a los que parece interesarles mucho más el futuro de especies como el dragón de Tasmania o de las carpas que el de la propia especie humana) acelerarán su marcha hacia el basurero histórico. Así de simple y así de claro. Y así de triste para la socialdemocracia.

Aunque  cabe una "alternativa" mucho más triste . Y es que la política del "price-cap" sea efectiva y afecte de modo radical a la supervivencia económica de Rusia, de modo que ésta ante un problema de supervivencia existencial decida ir a mayores en Ucrania...y todos debiéramos saber qué es lo que eso implica. Que las sanciones, que la guerra económica en vez de disuadir de la guerra violenta militar la estimule es una de las cosas que ya ha pasado antes, y en las que incide la obra definitiva sobre la guerra económica, la de Nicholas Mulder, The Economic Weapon. The Rise of Sanctions as a Tool of Modern War, recién publicada este mismo año, y que hubiera estado muy bien -por la cuenta que a todos nos trae- que se la hubieran leído los economistas del G7 que tan alegremente han diseñado este "price-cap".
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  1. en respuesta a Fernando esteve
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    Top 100
    #6
    28/09/22 13:46
    Por ello..a Europa no le  interesa que Rusia pierda esa guerra...por desgracia...la desgracia de una federación rusa fragmentada...ofrecería a no solo Chinos ..una capacidad expansiva difícil de contener...a mi modo de ver .. a China le interesa que Putin pierda la guerra ..claro que estos análisis ...como las primeras reflexiones que te hice sobre el tema y que se van escrupulosamente cumpliendo salvo que aún Putin está vivo...seran en los próximos meses ...después de la más que probable hibernación del conflicto...y su resurgir en primavera ..cuando los rusos se encuentren preparados ..y no el paseo militar que creyeron...parte de las argumentaciones para dejar de apoyar a Ucrania y forzarla ...igual que a Rusia a un tratado...un abrazo.
  2. en respuesta a 8........s
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    #5
    28/09/22 13:05
    En cuanto a lo del "terrorismo anarquista", lo que hago es seguir la opinión generalizada a primeros de siglo pasado para la que existía una ligazón directa entre terrorismo, nihilismo y anarquista. Nada que ver con la teoría anarquista de un Kropotkin.  Y en cuanto a Putin, pues  me extrañaría que al final se desencadenara una guerra civil en Rusia, dada la aceptación de su partido como se ha revelado en las recientes elecciones municipales, aceptación que se disparará si al final consigue sus objetivos en Ucrania sin demasiados costes. Lo que está claro es su autoritarismo, típico de los nacionalistas extremos, y claro está, pisoteará a cualquier ruso si cree que se opone a los intereses de la Santa Madre Rusia. Enfin, ya veremos. Un abrazo 
  3. en respuesta a Kpiferry
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    Top 100
    #4
    28/09/22 11:50
    También que...estamos en pleno proceso de desglobalizacion ...kpiferry....fase mega superior del imperio norteamericano...un abrazo
  4. Top 100
    #3
    28/09/22 11:48
    Interesante post Fernando...a mí entender varias inexactitudes..si hay terrorismo es imposible añadir anarquista ..es agua y aceite ..sobre la escalada ...pues ...Putin es capaz de todo ...pero de lo que no se librará es de pasar a los libros de historia ruso como el que consiguió ...o aplastar a una parte de lo que ellos consideran rusia...o de una guerra civil ...un abrazo.
  5. Top 100
    #2
    20/09/22 22:52
    Espectacular post...muchas gracias...
  6. #1
    20/09/22 12:12
    …simplemente añadir a tu buen artículo el papel que van a jugar los BRICS y la OCS en todo este ridículo price-cap y es que este va a ser un driver más para la caída de $ como reserva de valor y la consiguiente perdida del US-monopolio del sistema unipolar SWIFT hacia la imparable multipolaridad. 
    A todo esto y tristemente, los mediocres burócratas de la  UE, como siempre, no saben por dónde le sopla el viento.