Aparece en el confidencial la noticia de que ha sido concedido el premio económico más importante, tras el nobel, a una idea de la revista Capital Economics, que nos cuenta la mejor forma para que algún país abandone, bien sea voluntariamente o forzado el euro, bajo el título de que “los mercados diseñan ya una eurozona sin Chipre y con dos monedas”.
Lo primero que me gustaría aclarar es que pocas veces un título de noticia ha estado tan atinado; en realidad todo el proceso, desde la elaboración hasta el premio del informe parecen responder a un diseño de un modelo nuevo, que sustituya el que está cayéndose ahora mismo. El aspecto negativo es que es el diseño más patético que nos podemos encontrar.
El primer punto que se olvidan mencionar es que en realidad el trabajo trata de responder a la pregunta siguiente:
Si algún miembro abandona el euro, ¿Cuál será el mejor procedimiento para el crecimiento y la prosperidad de los miembros actuales?.
Como vemos, la pregunta es de todo menos inocente, ya que se busca el diseño más conveniente, no para el país en problemas y para que solucione sus problemas, sino para el resto.
Otro punto que olvidan mencionar es que este trabajo, se usó en 2011 para el caso de Grecia, (y de hecho está referido específicamente al caso de Grecia), y luego se reeditó en 2012, para acabar siendo usado ahora. El punto parecería importante a tenor del texto de la página 8, (del modelo de 2012 que es el que usaré en todo momento), que nos aclara que un aspecto crítico de los procesos de salida es la naturaleza de los problemas que llevan a esta situación y lo que se buscaría fuera del euro. Dado que todos y cada uno son casos excepcionales, parecería que lo de Grecia no sirve para Chipre, ni para España, pero curiosamente, al final se pasa de esto y se diseña algo “para todos”, porque al final, recordemos, lo que importa es encontrar el mejor procedimiento para los que se queden.
Por supuesto, todo el documento habla de la famosa “devaluación interna” como opción a la devaluación externa, (asumiendo el error clamoroso de concepto en este punto), en la que aun admitiendo que podía presentar riesgos, nos encontramos con un caso de éxito clamoroso: Irlanda, que recordemos acabaría quebrando y que aun actualmente sigue siendo considerado un caso de éxito porque “se espera que”.
Pero lo más sorprendente lo encontramos en toda la exposición de procedimientos, donde coexisten aspectos muy lógicos, (que todo se desarrolle en un fin de semana, que el tipo de cambio sea 1:1), con graves errores en alguna medida y sobre todo con un absurdo que además se convierte en el “argumento de venta”, cuando tanto en la nota de prensa del premio, como en los artículos nos resumen los puntos importantes del procedimiento:
“mantenimiento de la paridad de salida (la nueva moneda se iría depreciando, con el tiempo), se mantuviera la relación uno a uno (como se hizo en la extinta RDA respecto del marco de la Alemania Occidental) para los salarios, los precios, los préstamos y los depósitos. Mientras que, en paralelo, el euro seguiría siendo utilizado en las pequeñas transacciones durante seis meses. Al mismo tiempo, el país saliente debería anunciar un objetivo de inflación y la adopción de metas fiscales estrictas controladas por expertos independientes. Igualmente, se prohibiría indexar los salarios a la inflación, aunque, por el contrario, los bonos del Gobierno estarían vinculados al coste de la vida para captar inversión extranjera”.
Y esto lo completaría con la reestructuración de la deuda, (es decir, impago de la deuda).
En primer lugar, hay un error evidente a la hora de hablar de la convivencia de las monedas, que se entiende mejor con el gazapo de meter en este esquema la reunificación alemana. Ese caso no es ni parecido al que nos ocupa;
En el caso de Alemania, convivían dos monedas para unirse, mientras que el otro convivirían dos monedas para separarse, y además no es lo mismo proponer un plan en el que todo se denomina en la moneda fuerte, dejando para gastos cotidianos la moneda débil, (caso que plantean), en lugar de lo que proponen ahora que es exactamente lo contrario y que es siempre imposible porque todo el mundo tenderá a gastar la moneda débil lo más rápido posible, atesorando la fuerte.
Pero lo más curioso del caso, es que si se sigue este plan, está clara una cosa; ¡nada cambiaría salvo el nombre!. Es decir; ¿Cuál de los problemas que está causando la moneda única que a su vez se traduce en muchas cosas se solucionaría?. ¿Tiene sentido que un país salga de la eurozona para no cambiar nada?. Tener una paridad, adoptar medidas deflacionistas, acabar de destrozar el poder adquisitivo, garantizar los rendimientos de quien se supone que debería correr un riesgo, (cambiando el concepto prima de riesgo por coste de la vida), y ponerse en manos de “expertos” extranjeros que tienen en mente otros intereses que no sean los de los ciudadanos, es seguir en el euro.
Evidentemente, ¿para que salir del euro en este plan?. Claro que lo absurdo es que este plan se entiende, (o así lo dicen), para cuando no sea posible aguantar más o para mejorar. ¿tiene sentido que siga todo igual con tal de que los bonistas no pierdan jamás?.