Los partidos políticos piden préstamos a las entidades financieras para comprar autobombo.
Las cajas están dirigidas por políticos preocupados por sus intereses y los de su partido.
Las entidades financieras condonan dichos créditos a los partidos políticos.
Los partidos en el poder nombran a los ejecutivos de los organismos reguladores.
Los organismos reguladores tienen que vigilar a las entidades financieras. Pero las entidades financieras son las que conceden y condonan préstamos a los partidos que han puesto a los ejecutivos en los organismos reguladores.
Las entidades financieras que conceden préstamos a los partidos son miembros del AIAF. Y tienen que ser reguladas y controladas por sus deudores (así nos va).
El estado avala e inyecta dinero en las entidades financieras. No puede dejar caer entidades dirigidas por los políticos de su partido: quedaría feo. Además, tiene que proteger a sus prestamistas y a los de sus amigos. Ver este post CCM amortiza todas sus preferentes a la par
Aparte, el estado exige a las entidades que compren deuda pública española, que para eso les ha financiado (en algunos casos, comprado, cuando el préstamo es incobrable,) con el dinero de todos.
Las entidades financieras españolas compran deuda pública a pesar del riesgo de pérdidas por la probable bajada del precio de los bonos. También lo hacen para evitar el descalabro de sus resultados al valorar su cartera de bonos del estado. Si una subasta de bonos quedara desierta, caerían los precios de los bonos y acabaría de hundir su cuenta de resultados.
Las cajas se inventan los SIP y el banco de España los autoriza (casi los obliga) para trincar dinero fresco y continuar con todos los despropósitos anteriores.
El estado utiliza la hucha de las pensiones y se gasta todo el dinero en deuda pública española. Esto es ilegal, porque la deuda ya no tiene triple A, pero, ¿quién lo va a denunciar? Si alguien propone gestionar bien el dinero de los pensionistas, nadie le hace caso.
Dicen que hoy sube el Ibex porque la subasta de bonos a 5 años ha sido un éxito. Que digan quién ha comprado esos bonos y con qué dinero lo ha hecho.
Mientras, el estado español sigue en Defcon 2 con la complacencia de todos sus súbditos.
Conclusión: hay que constituir un partido político nuevo, cuyo único punto en su programa electoral sea ganar las elecciones para devolverle el poder al pueblo. En otras palabras, devolverle su significado a la palabra “democracia” con la que algunos listillos les gusta llenarse la boca.
En breve pondré aquí una propuesta descabellada, radical y utópica como la mayoría de las que hago, para fundar una sociedad democrática. Romper la baraja y escoger nuevas reglas para el juego. Cuando un árbol tiene las raíces podridas, la única solución es cortarlo y plantar otro. La sociedad actual no admite remiendos, hay que desmontarla y empezar desde cero con unas normas que beneficien, protejan y faciliten la vida del 98% de la población.
La propuesta será utópica, porque los que ahora chupan del bote le tienen el coco comido a los paganos, y eso es muy difícil de devolver a su estado original. El punto fundamental del lavado de sesos es haber convencido a la población de que los que lleven la contraria a los poderes establecidos son unos peligrosos antisistema que quieren derrocar el estado de bienestar e imponer una dictadura salvaje. Este estribillo, junto con el miedo al cambio que tiene cualquier ser vivo, protegen infaliblemente los intereses de los cuatro gatos que dominan al grueso del dócil rebaño.
A algunos lectores les puede parecer que estoy proponiendo una revolución. Yo lo llamaría evolución. Se puede evolucionar de dos formas:
1) Adaptándose a los cambios medioambientales para sobrevivir.
2) Por la puesta en práctica de una técnica, un método o una treta con la que una especie se proteja del ataque de sus depredadores naturales. En este caso, todos sabemos muy bien quiénes son los lobos y quiénes han asumido el papel de corderos en la función. Hay un millón de corderos por cada lobo. Sólo conocer este dato debería ser suficiente para erradicar de un plumazo el poder de los escasos lobos. En realidad, este poder no lo pueden mantener ni por la fuerza (porque no la tienen), ni por la ley (la constitución no ampara lo que está ocurriendo), ni por ética (las élites son corruptas hasta la médula), ni por los más elementales derechos humanos para una convivencia justa y pacífica.
Espero que termine de una vez el silencio de los corderos y que nos hagamos oír con algún eslogan machacón que penetre en el subconsciente de la población. Espero vuestras propuestas para dicho eslogan.
Mi propuesta es: corderos unidos, por un mundo sin pastores ni sanguijuelas.