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¿Qué es la teoría del Pintalabios Rojo?

El endeudamiento de las familias y las empresas, el aumento de la prima de riesgo, burbujas especulativas de cualquier índole, catástrofes (naturales, políticas o sociales), fluctuaciones desordenadas de las materias primas o malas prácticas en las políticas económicas pueden dan lugar a crisis económicas, provocando una desestabilización del flujo del dinero con la consecuente recesión económica. Normalmente, esa recesión se hace palpable cuando empiezan a fluctuar los tipos de interés, cuando es necesario aplicar políticas económicas de reactivación de la economía o cuando se empieza a notar el aumento del desempleo. Son algunos de los síntomas más comunes con los que se puede identificar y calificar una crisis económica. Pero, además, hay otros que no dejan de ser llamativos y un tanto curiosos, me estoy refiriendo a la teoría del pintalabios rojo. Esta teoría dice que, en épocas de crisis, los consumidores gastan su dinero en productos de más bajo coste, pero con la premisa de que les sigan haciendo felices sin causar un gran impacto en sus finanzas personales. Y ahí está el pintalabios rojo, un producto fetiche de las crisis y que Winston Churchill lo convirtió en un producto de primera necesidad en plena Segunda Guerra Mundial.


Cuando nos reunimos, aunque no intercambiemos palabras, existe una comunicación no verbal que está relacionada con los movimientos corporales, con los gestos, con las actitudes, con la vestimenta, con la expresión emocional y hasta con el maquillaje. Todo ello, al unísono, hace que el cuerpo en sí se vuelva social y adquiera su propio sentido de identidad. En ese contexto, según los entendidos, el pintalabios y su color también tiene mucho que ver. Se cree que es originario de Egipto donde a la alta sociedad se enterraba con sus útiles de maquillaje. 2.500 años a. de C. se solía representar a la reina sumeria Puabi de Ur con los labios rojos, como símbolo de sensualidad femenina y de belleza. Por entonces, la pintura labial estaba hecha de carbonato de plomo, sustancia muy tóxica, lo que provocaba severas intoxicaciones tanto a quien la usaba como a los amantes. De ahí surgió, por lo evidente, el dicho del “beso de la muerte”. Culturas como la griega rechazaba el maquillaje por considerarlo un elemento de traición.

Pasado el tiempo, los franceses elogiaban al maquillaje como un signo de riqueza, considerando los labios pintados como algo básico para las mujeres de la alta sociedad. Llegando al punto de que el pintalabios rojo se relacionaba con la juventud, la sensualidad, la belleza y la sofisticación. Y, desde comienzos de siglo pasado, el “efecto lápiz de labios” (lipstick effect) se ha vinculado a la necesidad de expresar agrado y frescura en situaciones de crisis económicas.

Después de los desenfrenados años 20, donde el consumismo fluía a raudales, llegó una de las peores crisis económicas que se conocen. Y a continuación, la Segunda Guerra Mundial. En esa época, lo que más llamaba la atención eran los labios rojos, incrementándose las ventas de ese producto, muy asequible, siendo suficiente para mostrar una cara bella sin necesidad de llevar otro tipo de cosmético. Churchill lo consideró indispensable para levantar la moral de la población y fue considerado producto de primera necesidad en contraposición a otros productos y alimentos que fueron racionados. ¡La revista “Vogue” en 1941 su eslogan fue “Beauty is your duty(La belleza es tu deber)! convirtiéndose en un acto de compromiso patriótico en contraposición al odio que le tenía a la cosmética Adolf Hitler. Las mujeres, con sus labios pintados de rojo, eran las responsables, mediante sus fotografías, de dar una buena imagen hacia el exterior.

Leonard Lauder, presidente de la marca de lujo Estée Lauder, fue el que acuñó el término “efecto lápiz de labios” (lipstick effect) al observar el aumento de las ventas del lápiz de labios rojo durante la crisis económica derivada de los atentados de las Torres Gemelas. Y muchas teorías le han dado la razón al coincidir que en épocas de recesión se incremente el consumo de productos de cosmética a contracorriente del resto de productos: los consumidores compran artículos menos caros, dejando a los de más alto precio para épocas mejores y los sustituyen por otros más sencillos y asequibles. En el caso de las mujeres, compran productos de belleza que les hagan sentir más atractivas con el menor coste. Según el comparador de precios online Idealo, la venta de pintalabios se incrementó en un 234,54% en septiembre de 2020 con respecto al mes de febrero del mismo año, mes anterior al inicio del confinamiento.

Rachel Feldel, periodista y autora del libro “Red Lipstick: An Ode to a Beauty Icon” (“Lápiz de labios rojos: una oda a un icono de belleza”), argumenta que el lápiz de labios sube la moral, aportando a las mujeres un sentido de normalidad, escondiendo la inseguridad y dando sensación de control, aunque solo sea con la apariencia. Pintarse los labios da una cierta normalidad en medio del caos que provoca cualquier tipo de crisis.

En 2012, en Estados Unidos, los estudiantes de la Texas Christian University llevaron a cabo una investigación afirmando que, en épocas de incertidumbre, las mujeres tienen más deseo de comprar productos que les hagan sentir más atractivas, y el pintalabios rojo, tanto por su versatilidad como por su precio, demostraron que era el producto más idóneo.

La crisis provocada por la Covid-19, al llevar mascarilla, los ojos son los que han cobrado más protagonismo, haciendo que se disparen los productos cosméticos relacionados con ellos.

Como en todo, también hay detractores que piensan que no existe ninguna correlación entre esos comportamientos tan absurdos. Los lápices de labios, como cualquier otro producto de cosmética, pueden aumentar tanto en épocas de recesión como en épocas de prosperidad económica, argumentando que ese fenómeno no puede ser, de ningún modo, un indicador fiable para predecir un acontecimiento tan importante como es el comienzo de una crisis económica.
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