No podía dormir por las noches, mi vida era un desespero, no existía pues no tenía foto con el pequeño Nicolás. Así que decidí ir a la Corte del Rey para que me lo presentarán. Llegué tarde, se ha esfumado, oh desgraciado de mí .Menos mal que un amigo me contó la historia que transcribo. Él tuvo más suerte, así que transcribo su relato para que juzguen a este Lazarillo de Tormes.
Dos personajes muy conocidos, poseedores de tarjetas opacas, mejor dicho negras, se lo presentaron en una reunión con ¿destacados?miembros del sector financiero y economico, en el que también estaban conocidos miembros del gobierno en sentido amplio.
Primera pregunta: Familiaridad o cortesía... Respuesta de mi amigo: Familiaridad.
El pequeño Nicolás le pidió el movil y días despues mi amigo recibió un email proponiendole una reunión en su hoy archiconocida mansión .Mi amigo se excusó de buenas maneras, pero el pequeño insistió y le propuso un negocio por email: La transformacion de dinero A en B. Si aceptaba, altos dirigentes políticos le estarían, segun el pequeño Nicolas, eternamente agradecido.
Llamada telefonica al cabo de varios días. Contestacion: no hago ese tipo de negocio. Ante la respuesta, el pequeño Nicolas alegó que estaba en una comida con dirigentes de una famosa fundación conocida por su sintonía con el poder.
Nunca más se supo de él, ni de como se filtró en la audiencia real, ni de por qué no se descubrieron antes sus andanzas y por qué todos sus estafados han callado. Regeneración democrática, dos tazas.
Que cada uno saque sus consecuencias