La falacia de la demanda máxima de petróleo.
En las últimas semanas existe un debate por los datos sobre la prevista demanda máxima de petróleo, entre la AIE (Agencia Internacional de la Energía) y la Opep.
AIE.
La primera cree que se alcanzará en 2028, con 105,7 millones de b/d.
"El informe de mercado a mediano plazo Oil 2023 pronostica que, según las políticas gubernamentales actuales y las tendencias del mercado, la demanda mundial de petróleo aumentará un 6 % entre 2022 y 2028 para alcanzar los 105,7 millones de barriles por día (mb/d), respaldada por la sólida demanda del sectores petroquímico y aeronáutico. A pesar de este aumento acumulado, se espera que el crecimiento de la demanda anual se reduzca de 2,4 mb/d este año a solo 0,4 mb/d en 2028, lo que pone a la vista un pico en la demanda."
Opep.
La Opep pone la vista en 2045 y los 110 millones de b/d.
"Aunque la demanda de otras fuentes de energía aumentará, la de petróleo también lo hará. Así lo dijo el secretario general de la OPEP, Haitham Al Ghais, desde Kuala Lumpur, Malasia, este lunes. Según cálculos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, la demanda de petróleo aumentará a 110 millones de barriles diarios en 2045.
De acuerdo con Al Ghais, habrá un aumento del 23 % de la demanda de energía en el mundo para ese año. Y aseguró que “no veo una forma creíble en que atendamos eso, sin utilizar todas las fuentes de energía disponibles”."
Tenemos debates recurrentes sobre la demanda máxima de petróleo,, ignorando el hecho de que una parte muy importante de la población mundial, apenas tiene acceso al petróleo.
Los discursos de demanda máxima se deben circunscribir a la demanda de Occidente, porque el resto del mundo tiene décadas por delante de incremento en la demanda de petróleo. Ni siquiera voy a comentar que la parte importante de esta historia no debería ser la demanda máxima, sino la producción máxima, porque las cifras que doy a continuación, lo dejan muy claro.
¿Demanda máxima?
Vamos con unos sencillos datos.
EE.UU. consumió 20,280 millones de b/d en 2022.
La población de USA alcanza los 332 millones de personas.
No es el país con mayor consumo per cápita del planeta, pero es bastante alto. Lo tomaré como potencial demanda máxima de petróleo, si su consumo, se extrapola al resto del mundo.
China tiene una población de 1.412 millones de personas.
Si consumieran el mismo petróleo per cápita, la demanda total de China ascendería a 86 millones de b/d, como muestra una sencilla regla de tres.
India tiene 1.408 millones de habitantes. La extrapolación americana nos da otros 86 millones de b/d.
El mundo cuenta con una población de alrededor de 8.000 millones de personas.
Extrapolando el consumo norteamericano, la demanda potencial de petróleo asciende hasta 489 millones de b/d.
Las autoridades, los organismos oficiales pueden decir lo que quieran sobre demanda máxima, pero se refieren exclusivamente a la demanda occidental.
Veámoslo por el lado contrario.
India consume 5,28 millones de b/d para una población de 1.408 millones. Si todo el planeta consumiera como ellos, la demanda mundial total de petróleo sería 30 millones de b/d.
Datos reales de incremento del consumo de petróleo.
Ahora un repaso a las estadísticas oficiales.
En 2022 el crecimiento de la demanda de petróleo fue 3 millones de b/d (incluso con la fuerte caída en China).
Los países con mayor incremento de consumo petróleo en 2022/2021 (y con demanda superior a 250.000 b/d para evitar naciones muy pequeñas). Sorprende el extraordinario empuje del consumo en 2022, teniendo en cuenta el parón en China, Japón, Europa y EE.UU.
Kazajistán 28,7%.
México 19,9%
Bangladesh 19%
Venezuela 18,4%
Egipto 16,5%
Malasia 14,6%
EAU 13,8%
Colombia 11,3%
Qatar 10,6%
Irak 10,3%
Irán 10,2%
Filipinas 10,2%
Por otro lado, en un periodo más largo, 2012-2022, el incremento de los países No-OCDE ha sido del 1,9% anual, mientras en los países OCDE ha sido del 0,1%, con la Unión Europea sufriendo un decrecimiento del 0,3%. Todo esto, a pesar de la pandemia (sabemos que hundió el consumo, se perdieron tres años de crecimiento y algún sector como la aviación, , todavía no se ha recuperado por completo).
Es decir, todo el incremento de los últimos diez años viene de países No OCDE. A un 2% anual, el incremento del consumo de petróleo alcanza más de un millón de b/d cada año. Y la transición energética en estos países tardará en llegar. China redujo su consumo de petróleo en 600.000 b/d en 2022.
La demanda prevista para 2023 subirá otros 2,3-2,4 millones de b/d, casi toda asociada a los países No-OCDE.
"La demanda mundial de petróleo crecerá en 2,4 mb/d en 2023 a 102,3 mb/d, un nuevo récord. La recuperación de China continúa sin cesar, con su demanda de petróleo alcanzando un máximo histórico de 16,3 mb/d en abril. Los no pertenecientes a la OCDE representan el 90% de las ganancias este año, ya que la demanda de la OCDE sigue siendo mediocre en medio de la actual caída de la fabricación."
La transición energética es una expansión energética.
Como se puede apreciar en cualquier informe sobre el tema, las infraestructuras, el transporte, el nivel de vida en general, está muy deprimido en casi todo el mundo (si nos referimos exclusivamente a la población). Durante décadas existirá una demanda potencial elevadísima de energía (no solo petróleo). Por eso hablar de transición energética es una broma. Necesitamos grandes cantidades de energía venga de donde venga.
Lo que estamos viviendo es una expansión energética, donde casi todos los combustibles y energías, siguen creciendo. Necesitamos las renovables, los combustibles fósiles, el hidrógeno (verde o no), metanol, biocombustibles, biomasa, fisión y fusión nuclear y todo lo que podamos , para mejorar la calidad de vida del planeta.
Se sigue confundiendo electricidad con el total de la energía primaria, dando a entender que conseguir el 100% de electricidad renovable, supone todo el trabajo de la transición energética.
https://www.weforum.org/agenda/2023/02/renewables-world-top-electricity-source-data/
OCDE cada vez tiene menos presencia en el total de energía (por ejemplo, electricidad).
Se sigue confundiendo electricidad con el total de la energía primaria, dando a entender que conseguir el 100% de electricidad renovable, supone todo el trabajo de la transición energética.
https://www.weforum.org/agenda/2023/02/renewables-world-top-electricity-source-data/
OCDE cada vez tiene menos presencia en el total de energía (por ejemplo, electricidad).
Llevar paneles eléctricos o molinos a lo más profundo de África es un adelanto impresionante. Pero lejos de ahorrar petróleo, vertebra la creación de infraestructuras y medios de transporte, que consumen mucho más petróleo que antes.
Mientras para 1.000 millones de personas podemos considerar una verdadera transición energética, para el resto (7.000 millones) solo podemos hablar de una expansión energética gigantesca, que además requiere ingentes cantidades de materias primas por extraer.
Todo este proceso tiene un coste, no sale gratis. En algún momento deberemos decidir si queremos expansión o no. Mucho antes de llegar a esa disyuntiva, la producción de petróleo habrá tocado techo y por lo tanto decidido por nosotros. Y si no lo hace el petróleo, lo hará el resto de materiales igualmente escasos, como el cobre, la plata, el agua potable o los fosfatos.
El problema no es la demanda máxima de petróleo, sino que vivimos en un planeta finito y ya no admite más crecimiento. Intentar reorganizar el sistema para consumir menos choca con la dinámica humana de mejorar la calidad de vida de toda la población.
El sistema está cambiando.
La reciente revuelta de los países africanos (o del tercer mundo), explicando que ya no se conforman con las migajas que el sistema occidental les otorga en forma de dólares, pone punto y final al sistema occidental.
No es la desdolarización lo que debería importarnos, sino lo que realmente plantean los países del tercer mundo. Quieren igualdad y desde un punto de vista ético y moral, no estamos en condiciones de negarnos.
Esta revolución se está aglutinando en torno a los BRICS, porque supone un cambio importante, donde las transacciones comerciales se plantean en términos de monedas nacionales y no del sistema SWIFT, donde se necesita primero proveerse de dólares para comprar. La ventaja de la sociedad occidental es inmensa con una capacidad de la impresora que permite soslayar y superar con facilidad, todas las crisis económicas, mientras en el tercer mundo son incapaces de pagar para comer o tener acceso a la energía.
Por supuesto, en el momento en que la "revolución" triunfe, la demanda se disparará en todo el mundo y empezarán los problemas de verdad con las materias primas.
También es conveniente recordar que el proceso del cambio comenzó hace un par de décadas y va cogiendo velocidad de crucero, hasta el punto de reconocer que Occidente hace tiempo que dejó de ser el máximo consumidor de energía.
Por lo tanto, ya no hablamos de una revolución total, un cambio muy brusco, sino de acelerar una transición que ya está en marcha.
Esta vez tenemos un problema realmente serio. Se enfrentan potencias nucleares como China y Rusia, frente a las potencias occidentales. Es complicado llegar a un acuerdo, si para ello, una parte tiene que reducir su consumo a una décima parte, para que la otra pueda doblar su propio consumo. Recuerden la primera parte del post y el consumo mundial de energía.
Saludos.
PD. La capitalización de Apple superó los 3 billones de dólares. Esta cantidad es superior al PIB conjunto de toda África.
PD 2.
Si en lugar de preocuparnos por la demanda máxima, analizamos las consecuencias de la llegada del peak oil (a lo largo de los próximos años-décadas), podemos apreciar con claridad , frente a que problema global nos enfrentamos. La meseta en la producción de petróleo enmascara una cierta abundancia de petróleo. El descenso abrupto pendiente (en torno a 2030) desencadenará la crisis.
Tengo que recordar una vez más, este artículo de David Korowitz, donde explica qué sucede cuando los flujos de energía empiezan a descender .
Implicaciones sistémicas a corto plazo de un pico en la producción mundial de petróleo
Resumen
La crisis crediticia ejemplifica las dificultades de la sociedad en el manejo oportuno de riesgos ajenos a nuestra experiencia o preocupaciones inmediatas, aun cuando dichos riesgos estén bien señalizados. Hemos pasado o estamos cerca de pasar el pico de la producción mundial de petróleo. Nuestra civilización es estructuralmente inestable a una retirada de energía. Existe una alta probabilidad de que nuestra civilización integrada y globalizada esté al borde de un colapso rápido ya corto plazo.
Como individuos y como especie social, ponemos enormes defensas psicológicas para proteger el statu quo. Hemos escuchado este destino profetizado durante décadas, ¡todavía está bien! ¿Qué pasa con la tecnología? ¡El aumento de los precios de la energía traerá más petróleo! ¡Necesitamos un New Deal Verde! ¡Todavía tenemos tiempo! ¡Estamos ocupados con una crisis financiera! ¡Esto es deprimente! ¡Si esto fuera importante, todo el mundo estaría hablando de ello! Sin embargo, la evidencia para tal escenario es tan cercana al hierro fundido como cualquiera sobre la cual se construye la política: la producción de petróleo debe alcanzar su punto máximo; hay una probabilidad creciente de que haya alcanzado o alcance pronto su punto máximo; los flujos de energía y una economía en funcionamiento están necesariamente altamente correlacionados; nuestras necesidades locales básicas se han vuelto dependientes de un tejido de intercambio global hipercomplejo, integrado y estrechamente acoplado; nuestra infraestructura principal depende del funcionamiento de este tejido y de las economías de escala globales; el crédito es parte integral del tejido de nuestros sistemas monetario, económico y comercial; un mercado de crédito debe colapsar en una economía en contracción, y así sucesivamente.
Estamos viviendo dentro de procesos dinámicos. Poco importa qué tecnologías están en proceso, el potencial de la energía eólica en algún lugar elegido, o que la Comisión Europea tenga un objetivo; si se produce un grave colapso económico y estructural antes de su promulgación, es posible que nunca se promulguen.
Nuestra pregunta principal es ¿qué sucede si hay una disminución neta en el flujo de energía a través de nuestra civilización? Porque depende absolutamente de flujos crecientes de energía concentrada para evolucionar y crecer, y para formar y mantener sus estructuras complejas. Las reglas que gobiernan la energía y su transformación, las leyes de la termodinámica, son el marco inviolable a través del cual suceden todas las cosas: la evolución del universo, la dirección del tiempo, la vida en la tierra, el desarrollo humano, la evolución de la civilización y los procesos económicos. Este punto no es retórico, el acceso a flujos crecientes de energía concentrada, que puede transformarse en trabajo y energía dispersa, es la base sobre la que se asienta nuestra civilización. Sin embargo, estamos en un punto en el que estos flujos están, con alta probabilidad, a punto de comenzar a disminuir.
La clave para comprender las implicaciones del pico del petróleo es verlo no solo directamente a través de su efecto sobre el transporte, los productos petroquímicos o los alimentos, sino también sus efectos sistémicos. Una economía globalizadora, integrada y codependiente ha evolucionado con dinámicas particulares y estructuras incrustadas que han hecho que nuestro bienestar básico dependa de economías 'locales' deslocalizadas. Nos ha encerrado en procesos económicos y sociales hipercomplejos que aumentan nuestra vulnerabilidad, pero que no podemos modificar sin correr el riesgo de un colapso en esas mismas estructuras de apoyo al bienestar. Y sin aumentar los flujos de energía, esas estructuras integradas, que incluyen nuestras expectativas, instituciones e infraestructura que evolucionaron y se adaptaron a la expectativa de un mayor crecimiento económico, no podrán mantenerse.
Para abordar estas preguntas, el siguiente artículo considera la naturaleza y la evolución de esta civilización globalizada integrada compleja de la cual se está extrayendo energía. Se revisan algunos temas generales de la termodinámica, la relación energía-economía, el pico del petróleo y los límites de la mitigación. Se argumenta que las suposiciones sobre la producción futura de petróleo, tal como las sostienen algunos comentaristas conscientes del pico del petróleo, son engañosas. Nos basamos en algunos conceptos de dinámica de sistemas y transiciones críticas para enmarcar nuestra discusión.
La economía del pico del petróleo se explica utilizando tres modelos indicativos: declive lineal; descenso oscilante; y colapso sistémico. Si bien estos modelos no deben considerarse mutuamente excluyentes, se argumenta que nuestra civilización está cerca de una transición crítica o colapso. Se describen una serie de mecanismos integrados de colapso y se argumenta que son necesarios. Los principales mecanismos impulsores son retroalimentaciones de refuerzo (positivas):
1) Una disminución en los flujos de energía reducirá la producción económica global; la reducción de la producción mundial socavará nuestra capacidad para producir, comercializar y usar energía; lo que disminuirá aún más la producción económica.
2) El crédito forma la base de nuestro sistema monetario y es la estructura integrada unificadora de la economía global. En una economía en crecimiento, la deuda y los intereses se pueden pagar, en una economía en declive, ni siquiera se puede devolver el capital. En otras palabras, los flujos de energía reducidos no pueden mantener la producción económica para pagar la deuda. La deuda real pendiente en el mundo no es reembolsable, el nuevo crédito casi desaparecerá.
3) Nuestras necesidades y bienestar localizados se han vuelto cada vez más dependientes de cadenas de suministro globalizadas hiperintegradas. Un pilar de su funcionamiento en todo el sistema es la confianza monetaria y la intermediación bancaria. El dinero en nuestras economías está respaldado por deuda y no tiene valor intrínseco; los riesgos de deflación e hiperinflación harán imposible mantener la estabilidad monetaria. Además, el sistema bancario en su conjunto debe declararse insolvente ya que sus activos (préstamos) no se pueden realizar, también corren el riesgo de fallas en la infraestructura.
4) La falla de este pilar colapsará el comercio mundial. Nuestras economías globalizadas 'locales' se fracturarán porque prácticamente no hay nada producido en los países desarrollados que pueda considerarse verdaderamente autóctono. Cuanto más complejos sean los sistemas y los insumos en los que confiamos, más globalizados estarán y mayor será el riesgo de un colapso sistémico completo.
5) Otro pilar es la operación de infraestructura crítica (TI-telecomunicaciones/generación de electricidad/sistema financiero/transporte/agua y alcantarillado) que se ha vuelto cada vez más codependiente donde una falla sistémica en una puede causar una falla en cascada en las otras. Esta infraestructura depende del reabastecimiento continuo; incorpora componentes de vida útil corta; cadenas de suministro complejas, altamente intensivas en recursos y especializadas; y grandes economías de escala. También dependen del funcionamiento del sistema monetario y financiero. Es probable que estas dependencias induzcan un rápido crecimiento del riesgo de falla sistémica.
6) La alta dependencia de los alimentos de los insumos de combustibles fósiles, la deslocalización del abastecimiento de alimentos y los inventarios ajustados justo a tiempo podrían conducir a riesgos de inseguridad alimentaria que evolucionan rápidamente incluso en los países más desarrollados. Lo que está en juego no es solo la producción de alimentos, sino la capacidad de vincular los excedentes con los déficits, el colapso del poder adquisitivo y la capacidad de monetizar las transacciones.
7) Es probable que el pico del petróleo fuerce el pico de energía en general. Es probable que la capacidad de generar nueva producción de energía y mantener la infraestructura energética existente se vea gravemente comprometida. Es posible que veamos colapsos masivos de la demanda y la oferta con una capacidad limitada para reiniciar.
8) Los mecanismos anteriores no son lineales, se refuerzan mutuamente y no son excluyentes.
9) Argumentamos que uno de los principales impulsores iniciales del proceso de colapso será la creciente acción visible sobre el pico del petróleo. Se espera que los inversores intenten extraerse de los 'activos virtuales' como bonos, acciones y efectivo y convertirlos en 'reales'. activos antes de que el sistema colapse. Pero el valor nominal de los activos virtuales supera con creces los activos reales que probablemente estén disponibles. La confirmación de la idea del pico del petróleo (por acción oficial), el miedo y la caída del mercado generarán una respuesta positiva en los mercados financieros.
10) Describimos las implicaciones para el cambio climático. Se espera un gran colapso de los gases de efecto invernadero, aunque puede ser imposible modelarlo cuantitativamente. Esto puede reducir los riesgos de impactos severos del cambio climático. Sin embargo, la capacidad relativa para hacer frente a los impactos del cambio climático se verá muy reducida, ya que seremos mucho más pobres y con una resiliencia mucho menor.
Esto evolucionará como una crisis sistémica; a medida que se desmorona la infraestructura integrada de nuestra civilización. Dará lugar a una situación de múltiples frentes que inundará a los gobiernos. capacidad de administrar. Es probable que conduzca a una desorientación generalizada, ansiedad, graves riesgos para el bienestar y una posible ruptura social. El informe argumenta que un de-crecimiento controlado es imposible.
Estamos en la cúspide de cambios rápidos y severamente disruptivos. A partir de ahora el riesgo de entrar en colapso debe considerarse significativo y creciente. El desafío no es cómo introducimos la infraestructura energética para mantener la viabilidad de los sistemas de los que dependemos, sino cómo lidiamos con las consecuencias de no tener la energía y otros recursos para mantener esos mismos sistemas. Los llamamientos al localismo, las iniciativas de transición, los alimentos orgánicos y la producción de energía renovable, por loables y necesarios que sean, están totalmente fuera de escala para lo que se avecina.
No hay solución, aunque hay caminos que son mejores y más sabios que otros. Este es un problema social, no hay otro. la culpa, pero la responsabilidad es de todos. Lo que necesitamos es una planificación de emergencia rápida junto con un plan de adaptación a más largo plazo.