Hoy en la versión digital de La Vanguardia, tenemos este articulo, ¿Miles de euros en unos minutos? Alerta con los préstamos fáciles
Esto no va de micro préstamos, tema que desarrollé parcialmente en mi post 284, se trata de las cartas que recibimos de vez en cuanto (de forma física o virtual) por la cual nuestro banco ha decidido concedernos un préstamo por un determinado importe y que con pocos requisitos o ninguno, está a nuestra disposición en unos minutos, los que tardemos en aceptarlo.
De la noticia, pretendo centrarme en los párrafos siguientes:
Le ofrecen hasta 30.000 euros con un TAE del 3%. Es dinero rápido, sin trámites engorrosos y un buen interés. Con un par de clics ya se tienen en la cuenta.
“Suele haber poca reflexión con estas ofertas, y en nuestra financiación siempre hay que reflexionar”, valora Suárez. Porque el resultado puede ser un endeudamiento innecesario: “Algunos los cogen por si acaso o por impulso y realmente no les hacía falta”. Y es que al final siempre habrá que pagar algo.
También hay que examinar si ofrecen un pago con cuotas bajas a largo plazo, opción que puede tener más intereses. “Debe haber total transparencia en las condiciones, como en cualquier otro producto”, advierte Maudos, que los asemeja a las ofertas que hacen eléctricas o telefónicas para captar clientes, en las que el usuario sí suele poner algo más de reparo en las condiciones.
Sobre el párrafo del 3,00% TAE, me temo que muy poco habitual, normalmente son tipos más caros y en algunos casos muchísimo más caros, con tasas de interés de 8, 9% e incluso superiores, de dos dígitos, lo que ocurre es que esto “se vende” por la cuota mensual, y si existiera alguna estadística de cuanta gente que contrató revisó detenidamente todo el contrato, mucho me temo que llegaríamos a la conclusión que el porcentaje es realmente bajo.
Sobre lo de “la poca reflexión…”, el/la primer/a interesado/a en analizar si le conviene, le interesa, podrá devolverlo, etc., el/la propio/a cliente/a, no nos engañemos en eso. Recuerdo a un auditor de la empresa donde trabajo, que ante comentarios sobre auditoria en las comidas de trabajo, y en general sobre los trabajos de auditoria, indicaba que ellos revisan las cuentas, y si existe alguna inexactitud en ellas, obviamente en función de la gravedad en términos contables, deberá indicarlo en el informe interno o en su caso, en el informe público, pero que cualquier práctica poco ortodoxa, lo primero que supone es engañarse a uno mismo, y ello tiene consecuencias directas en una empresa, aquí es exactamente lo mismo, hay que huir de voluntarismos, la asunción de deuda no es ni buena ni mala, depende siempre de la situación, una deuda controlada, cabal, asumida con las debidas precauciones, nos va a permitir disponer de nuestra propia casa, vivir de una forma más cómoda, porque no permitirnos algunas ilusiones o incluso caprichos, sin embargo una desproporción, nos supondrá verdaderos quebraderos de cabeza, cuando no problemas más serios.
No me refiero a lo imprevisible, si en estos momentos por la Covid19 no se puede pagar las cuotas hipotecarias, por más previsión que hubiera realizado la persona que tiene ahora el problema, esta posibilidad no la habría contemplado, no hay precedentes y no se podía ir a la época de la mal llamada fiebre española o a la peste del medievo, lo que digo, es que hay que tener un respeto absoluto a la deuda, que no significa no asumirla, simplemente un respeto a la misma y contemplar antes de aceptarla los previsibles problemas futuros, en un ejercicio de pensar algo más de tiempo del que precisaremos para aceptar el préstamo, huyendo del voluntarismo o incluso del convencimiento por reflexiones del estilo:
“Si el banco me lo concede tan fácilmente, han analizado mi caso, y saben que podré devolverlo”
Si, claro que el banco lo ha analizado previamente, y conoce muchas cosas de nuestra vida económica, lo que tiene registrado por los movimientos de cuenta, nuestros ingresos, el nivel de gasto, en parte nuestro patrimonio si tenemos la hipoteca o el seguro con ellos, nuestra supuesta capacidad de ahorro, nuestros comportamientos en deudas anteriores o existentes en el momento. Sin embargo, saber mucho, no es saberlo todo de nuestra vida !!!
En cuanto a “las cuotas bajas”, vuelvo a lo mismo ¿realmente nos leemos todas las condiciones y pactos a los que nos obligamos? Me temo que esto es como lo de aceptar las cookies o los contratos en internet, se aceptan directamente y si se obliga a descargar el documento, se va directamente al final, para que el aplicativo detecte que se llegó ahí. ¿Leer toda la jerga legal, es tedioso? Sin lugar a dudas, pero hacerlo nos puede evitar mas de una sorpresa.
En cuanto a “las cuotas bajas”, vuelvo a lo mismo ¿realmente nos leemos todas las condiciones y pactos a los que nos obligamos? Me temo que esto es como lo de aceptar las cookies o los contratos en internet, se aceptan directamente y si se obliga a descargar el documento, se va directamente al final, para que el aplicativo detecte que se llegó ahí. ¿Leer toda la jerga legal, es tedioso? Sin lugar a dudas, pero hacerlo nos puede evitar mas de una sorpresa.