Es posible que los servicios diplomáticos estén funcionado en parte como un servicio de colocación de ex - políticos, así tenemos últimamente a D. Josep Ignacio Wert, D. Pedro Morenés, hace algunos años a ex alcalde de Barcelona D. Joan Clos, y algunos más, que ninguno de ellos es diplomático.
En estos últimos días “nos levantamos” con que el que ha sido alcalde de Lleida desde 2004, ha sido nombrado Embajador de España en Andorra. Por cierto el Sr. Ros, salvo error por mi parte es licenciado en Ciencias Físicas y Doctor en Informática, por tanto de carrera diplomática no.
Lo primero que se ocurre, al margen de “la agencia de colocación de ex”, es que ¿Porqué precisamos tener una embajada en Andorra? Que por cierto Francia también dispone de una.
El principado de Andorra tiene como jefes de Estado a dos co-príncipes, cargos que recaen en el Presidente de la República Francesa y el Obispo de La Seu d’Urgell, localidad lleidatana que es frontera con Andorra, aunque son meros cargos institucionales, porque Andorra es una democracia y tiene un presidente de gobierno que es quien, conjuntamente con su ejecutivo dirigen los designios del principado.
Debo indicar, de entrada que de leyes de este calado no tengo ni idea, por tanto puedo errar, con lo cual me limitaré una reflexión en voz alta, recordando que el mismo asunto afecta a Francia, que dispone igualmente de Embajada en Andorra.
De la localidad de La Seu d’Urgell a Andorra hay 20 Km., desde Lleida hay 148 o a Barcelona 200 km., con lo cual en estos momentos no parece que en términos de comunicaciones se pueda decir que Andorra está aislada o lejana de cualquier parte.
Luego buscando por la red, observo que Alemania no tiene embajada en Vaduz (Liechtenstein), aunque a diferencia de Andorra, cuyos jefes de estado son el Presidente de la República Francesa y el Obispo de La Seu d’Urgell, Liechtenstein en dicho sentido es un estado soberano bajo una monarquía constitucional. Tampoco tienen embajada en dicho estado Francia o España, cuyos servicios diplomáticos competentes son los de Berna en Suiza.
Por sentido común, y no sé por legalidad, en estos momentos con las comunicaciones existentes, y no hablo solo de telecomunicaciones, sino incluyendo carreteras, no parece tener mucho sentido tener una estructura de este calado en un pequeño estado, vecino, más cuando los servicios a ciudadanos españoles residentes en Andorra o viajeros, se podrían ofrecer perfectamente desde La Seu d’Urgell, por ejemplo en tema de los pasaportes, si es por temas de la Agencia Tributaria Española, debemos recordar que en la Aduana de la Farga de Moles, hay una delegación de la misma, si es por asistencia a detenidos, un convenio con un bufete de La Seu d’Urgell o de Lleida. Igualmente para temas comerciales, si es que hay plaza de agregado comercial en dicha embajada, cosa que desconozco.
Por cierto la población de Andorra es unos 80.000 habitantes.
Su frontera, existiendo físicamente, porque no es territorio de la Unión Europea, no es de control de pasaportes, la entrada es muy simple y solo hay controles a efectos de contrabando, blanqueo de capitales, y obviamente importación y exportación de mercancías.
Esto y salvando las distancias, me recuerda, según mi difunto padre, cuando los bancos abrían en una oficina en una localidad, que era bastante habitual no solo comprar el local donde abrían sede, sino todo el edificio, incluso podemos ver en antiguas oficinas de Banesto, del Banco Central o Caixa Bank, que el edificio fue en algún momento todo de su propiedad, este “dispendio” hoy carecería de sentido, de hecho salvo sedes sociales, no disponen ya de ellos, han vendido el sobrante, alquilado, o vendido toda la finca, quedándose como inquilinos del espacio que precisan. Con ello quiero indicar que estas cosas si algún momento tuvieron sentido, hoy no tienen ninguno, y me temo que mantener una embajada en Andorra es “un dispendio” evitable en estos momentos. Porque es más, en la mayoría de estados un ciudadano desplazado o residente, tiene un mayor trayecto a su embajada, a la deberá acudir regularmente para gestiones diversas, que el que tendría uno en Andorra hasta La Seu d’Urgell o Lleida.
Tampoco sé hasta que punto, por el hecho de ser un ciudadano español (el obispo de La Seu d’Urgell) co-principe, obliga a tener abierta una sede diplomática o bastaría con nombrar a un relevante ciudadano andorrano como cónsul honorario, para que defienda los intereses españoles ?????