De entrada el título puede parecer llamativo, porque mezclar a Carlo Ponzi con el cómico José Mota y ambos con el temas de las pensiones en España, es como poco “un coctel” extravagante, no obstante estoy convencido de que los que lean esta reflexión, al final, observan que algo tiene que ver entre si, salvo que en el caso de José Mota. Solo utilizaré una frase suya, que se hizo bastante famosa “las gallinas que entran por las que van saliendo”.
Hace algo menos de 100 años, Carlo Ponzi tuvo una idea digna de una mente privilegiada, tanto es así que 100 años después hay quien utiliza esta misma idea para estafas diversas, de alto calado también algunas han funcionado.
El esquema Ponzi es un sistema para captar dinero, ofreciendo elevados rendimientos, la forma de pago de dichas rentabilidades es muy simple, se pagan con los fondos de los nuevos “clientes” que han sido también atraídos por dichas altas rentas, con lo que se organiza una pirámide, en la que los de abajo (los nuevos) van nutriendo a los de arriba. Al final en realidad no hay ninguna inversión o poca, simplemente hay un trasvase del dinero de los entran a los que cobran las supuestas rentabilidades. La pirámide se cae en el momento en que no hay suficientes entradas para cubrir los pagos.
Y la mención al cómico José Mota, no es casual:
Las gallinas que entran por las que van saliendo
El sistema se cae, cuando entran menos gallinas, así de fácil.
¿Y esto es comparable con la Seguridad Social?
Considerando al menos dos matices importantes, absolutamente si. Vamos a ver nuestro sistema de pensiones es de los llamados “de reparto”, lo que en realidad significa es que “los que entran” que en este caso son los trabajadores o cotizantes en activo, pagan por su cuenta (autónomos) o a través de la empresa (trabajadores por cuenta ajena) una cotizaciones sociales que por una parte utilizaran ellos mismos (sanidad, desempleo, si es el caso, retribuciones por baja laboral, etc.) y para terceros, nuestros pensionistas (los que salen).
Hasta ahí, poca diferencia técnica con una pirámide de Ponzi, no obstante mucha en otros aspectos, la primera diferencia es “de intenciones”, un Ponzi está pensado para una estafa, obviamente la Seguridad Social no, todo lo contrario, está pensado para un reequilibrio social, , en segundo lugar en un esquema de Ponzi, a los nuevos “inversores” hay que convencerlos, y entrarán en el esquema si quieren, y es precisamente por ahí donde se cae la pirámide, en las cotizaciones sociales entras por el mero hecho de trabajar, por tanto “entrada de nuevos” está garantizada, y se evita la caída del esquema.
Hasta hace 3, 4 años, esto ha funcionado a la perfección, el sistema era sostenible e incluso existió sobrante
No voy a entrar en consideraciones políticas del porque, intentaré limitarme a los efectos. En plena crisis se efectuó una reforma laboral relevante, de hecho ya venía precedida de otra promovida por el gobierno anterior, al mismo tiempo la crisis de 2008, combinada con la entrada de España en el entorno euro, sería otro factor a considerar. Al no tener el control sobre nuestra divisa, no existe posibilidad de devaluación monetaria, con lo que la competitividad de nuestros productos, se ha centrado en lo que se ha llamado “devaluación interna”, que es el abaratamiento de costes de producción a los efectos de ser competitivos en un mundo extremadamente globalizado. Esta reducción de costes también, o mejor dicho, en buena parte, ha venido por una “devaluación salarial”.
Esto a efectos de gasto público y concretamente de pensiones, crea “la tormenta perfecta”
Por una parte la esperanza de vida ha mejorado considerablemente, y el tiempo que una persona percibe pensión ha variado radicalmente, con lo cual “las gallinas que entran, empiezan a ser pocas, por las que van saliendo” .
Se supone que para nuestros políticos, que en teoría están al servicio público, y de manera voluntaria, la mayor esperanza de vida debería ser un reto, no un problema como parece a menudo !!!!!
Además por las sucesivas reformas laborales, la calidad de los contratos nuevos, no es la suficiente para que los ingresos por cotizaciones, puedan cubrir los pagos sanitarios y de pensiones. No olvidemos que las cotizaciones sociales suponen un porcentual del salario, por tanto a mayor salario mayor aporte a la seguridad social. Si los salarios son bajos, su aporte a las cotizaciones será el que corresponda por los mismos.
Con todo aquel equilibro existente entre aportaciones y pagos, se está quebrando a marchas forzadas, y se establecen reformas, que en realidad no son más que rebajas en dichas pensiones, de forma que con mas jubilados se acabe repartiendo el mismo dinero, porque al final “el saldo” para pagos es el que es.
Para el 2019 se va a considerar un nuevo elemento, llamado el “factor de sostenibilidad”, que según BBVA se define: https://www.jubilaciondefuturo.es/es/blog/como-te-afecta-el-factor-de-sostenibilidad-para-2019.html
El factor de sostenibilidad es uno de los ejes fundamentales de la reforma de las pensiones en España. Se aplicará a partir del año 2019 y viene a añadir dos nuevas variables al cálculo de la pensión a las ya existentes actualmente, como son la edad de jubilación, los años cotizados, la cuantía cotizada, etc. Desde su entrada en vigor, se tendrá en cuenta al calcular la primera pensión de jubilación de los nuevos jubilados su esperanza de vida en dicho momento. A esto se le conoce como factor de equidad intergeneracional y es la primera variable.
El FEI se revisará cada 5 años en función de la evolución de la esperanza de vida.
¿Por qué se introduce esta nueva variable?
El objetivo fundamental es que, dado que la esperanza de vida ha aumentado considerablemente y se estima que lo siga haciendo tanto en España como en países de nuestro entorno, los jubilados perciban a igual contribución durante la etapa como cotizantes, el mismo importe vía pensión pública de jubilación como jubilados.
Sea ello algo justo, injusto, explicable, entendible, comprensible o incompresible, la realidad es que se buscan fórmulas para que los pagos del estado puedan mantenerse con la misma idea, los cotizantes actuales deben suponer ingresos suficientes para cubrir los pagos.
Si bien a efectos de las macro cuentas de un estado parece de una sensatez fuera de duda, la realidad de un pensionista cualquiera es que su pensión es baja, y no solo tenderá a seguir de dicho modo, sino que muy posiblemente vaya perdiendo poder adquisitivo cada cierto tiempo y que la pensión de cada nuevo jubilado suponga un empeoramiento sobre los anteriores.
Al final, se intenta evitar con ideas imaginativas el derrumbamiento de la Pirámide de Ponzi, simplemente porque “entran menos gallinas de las que salen”.
Evidentemente que existen soluciones para evitar la situación en la que nos encontramos y las perspectivas futuras, y existen siempre y cuando se empiece a aceptar la realidad, que es que con las cotizaciones sociales de los trabajadores y autónomos en activo no es suficiente (ni lo será) para atender a los pensionistas. Lo siento “las gallinas que entran son las que son, no hay más”.
Por tanto “las mentes pensantes” del estado tarde o temprano, y cuanto más tarde peor, tendrán que destinar recursos de otras partidas de impuestos, para cubrir las diferencias, se trata solo de determinar contra que otros gastos o inversiones del estado actuamos, porque también es evidente que si se destinan recursos distintos a la recaudación de la Seguridad Social, va a ser en detrimento de otros servicios o inversiones que tenemos ahora y deberá renunciarse a ellas o, la posibilidad de que las cargas de impuestos se nos incrementen.
Como antes indicaba, nuestros representantes públicos, siguen a fecha de hoy considerando que estamos ante un problema, aunque abiertamente no lo reconozcan, en lugar de trabajar para resolver un reto, un marvilloso reto, que es la mejora de nuestra esperanza de vida !!!!!!