No, no voy a descubrir nada, ni tan solo pretendo indicar nada que no sea conocido por la mayoría de los lectores de mi blog (yo diría que todos lo conocéis, no hay excepciones). Hace 5 días que estoy de vacaciones, nada turismo interior en un apartamento familiar en la playa, la familia encantada, porque al parecer esto de viajar y que yo lleve la voz cantante no les acaba de convencer, más que nada porque a las ocho ya tocan diana … venga, venga que tenemos que visitar esto, lo otro y si nos queda tiempo aquello que mas allá (y al ritmo que se marca la corneta hay tiempo) … papá que esto no son vacaciones!!!!
Hace un par de días salimos a comer fuera con unos amigos … vamos que si consumimos esto se acabará de hundir!!!, tras el postre no tomamos café ya que la idea era hacer sobremesa en una terraza a primera línea de mar, total por unos céntimos que nos podríamos ahorrar, tampoco saldremos de pobres, mi sorpresa fue que EN PRIMERA LINEA DE MAR en una terraza perfectamente acondicionada EL CAFÉ A 1,20 €, cuando, al menos en buena parte de Catalunya, en cualquier bar está sobre 1,10 €, y cuando es en restaurante de menús le añaden 1,00 € al precio del mismo, si, en una terraza en primera línea de mar 1,20 €, en plena Costa Brava , hace 4 años no te tomabas un café a este precio ni de coña, es mas paseando prácticamente todos los bares y restaurantes de primera línea con menús a 10 – 12 €, y los especiales a 15 – 18 €, y con una calidad adecuada a dicho precio. Retomando de lo hace 4 – 5 años por 18 €, con suerte, una pizza congelada o una paella del mismo estilo, y si te gusta bien, y sino también. No pretendo hacer “una contra” contra algunos productos pre congelados, que los hay de mucha calidad, pero convendremos que uno no se gasta unos 25 €, contando con la bebida y el café, si quiere un helado de postre, estaríamos en los 30 € fácil, fácil, para que le presenten, a veces incluso con malas maneras, o poca profesionalidad de algunos camareros, una jodida pizza fabricada en plan industrial, por este precio, que si bien no es nada del otro mundo, uno espera algo de… digamos… “artesanía”.
La verdad es que este “reajuste” de precios con toda seguridad ha provocado una cierta pérdida de poder adquisitivo de los empleados, los camareros, cocineros, etc., probablemente disfruten de salarios que nada tienen que ver con los que pagaban hace 4-5 años, al mismo tiempo los propietarios de los locales se habrán visto obligados a “reajustar” los alquileres … ya se sabe, cosas de la crisis, pero en esta ocasión entiendo que para bien, y no me refiero a favor de los clientes a costa del personal asalariado, entre otros “actores” necesarios en esto del turismo, sino que en mi opinión es un sano ajuste para nuestra industria turística, al paso que íbamos, habríamos llegado a un punto que hasta en eso corríamos riesgo de perder el liderazgo, porque a nuestra escalada de precios, no siempre compensados con un incremento en la calidad, se le sumaban otros destinos con oferta similar como la costa adriática o en norte de África, si bien en esta parte del mediterráneo, la competencia ya no es la de antaño, lamentablemente por los acontecimientos sociales más o menos recientes.
En todo caso, a mi entender, bienvenida de nuevo la cordura en cuanto a precios, a la relación calidad precio de la nuestra industria turística.