Poder es un concepto que en idioma español se refiere a fuerza, facilidad, facultad o potencia para hacer. Pero para el subnormal angosto de entendimiento, el poder existe para abusar y maltratar, sintiendo una superioridad moral inexistente al hacerlo. Y de esos hay muchos hoy en posiciones de poder.
Según McClelland y su modelo de motivación (que ya está un poco viejo, pero sirve) hay 3 cosas que motivan a las personas en distinto grado: Afiliación, logro y poder. Poder aquí se entiende como "influir" en otros. Lo que pasa es que la palabra poder se ha conceptualizado en distintas vertientes:
- Yo puedo (lograr)
- Yo tengo el poder (para mandar, abusar y para joder a otros).
Para efectos semánticos aclaro que la palabra "joder" (que en un mundo hispanoparlante lleno de inconsistencia semántica entre países, tiene muchos significados) nos remite al vocabulario local de la geografía del autor (que no es España), un significado de "fastidiar, molestar" y quizás también un poco de "hundir" y "hacer daño". Y es bajo este significado que se seguirá usando esta palabra.
Cuando existe escasez, hay quienes piensan en dipolos. Escasez mala, exceso bueno. Y es así como vienen los excesos de aquellos que sintiendo un vacío emocional, tratan de llenar la escasez con exceso de poder. El poder es prestado por algo superior que gobierna el universo, y eso lo dicen todas las filosofías desde la antigüedad. Pero hay quienes creen que las leyes del universo se anulan al negar su existencia, porque en su afán de poder (para mandar, abusar y para joder a otros) no les gusta la idea de saber que hay alguien más poderoso e inalcanzable. Les gusta sentirse los amos del universo, los dioses. Y de allí va la necesidad de negar que Dios existe y de menospreciar y atacar la religión.
Vemos a los superhéroes que lo arreglan todo a golpes o con pistolas, como si el bien fuera a prevalecer al joder a los villanos. Claro, nos hacen odiar a los villanos y así sentimos la aparente superioridad moral del superheroe que jode al villano. Pero joder es joder, y si aprendemos a joder, sólo necesitamos pensar que el que jodemos es malo, para sentirnos sin cargo de conciencia. Pero entonces estamos haciendo un mal uso del poder porque lo usamos para joder a alguien. Hoy vemos que incluso los superheroes también matan o dejan morir, ya hemos visto a Superman matar en Doomsday. Es la ideología anglosajona, que considera que las atrocidades y sacrificios humanos (que tanto le critican a los caníbales, nazis y tribus y etnias como los Aztecas) son aceptables bajo ciertas condiciones muy justificadas a puro discurso orweliano. Es su cultura... Pero al final la característica del villano es que jode a otros. Y si jodemos a otro, aunque sea villano, somos villanos.
Gandhi no necesitó joder a otros. Decía Gandhi en relación con la no-violencia (donde el no-violento no se permite a sí mismo ser un instrumento de los que joden), que "primero te ignorarán, luego se burlarán de tí, luego pelearán contra tí, y luego habrás ganado".
Hay quienes se sienten con poder con la información, el dinero, la fuerza de lo militar, un puesto público o el mando de un monopolio. Y se sienten con el derecho a exigir a los demás todo a cambio de nada, a arrebatar sin permiso (usando la ley como excusa, siendo que la ley es un juego de palabras creado por la ideología del burócrata), y a violentar todos los parámetros de la moralidad, mediante el uso de la dominación omnipotente divina, que a veces combinan con el deseo de omnipresencia totalitaria llena de su propia imperfección humana, y de un sentido excluyente de superioridad propia. Se busca muchas maneras de justificar esta ideología de dominatriz mundial, legitimada mediante el miedo o la desmoralización.
Esto ya fue denunciado hace muchos años por Erich Fromm, discípulo de Sigmund Freud, quien hablaba de que en un mundo donde se visualiza dos roles (dominante y dominado) no se puede lograr igualdad ni libertad. Es que si pensamos en dominante y dominado, cuando el dominado al que jodieron llega al poder, empieza a dominar (y joder) a los demás.
Pero el poder no tiene sustancia. No se puede "tener", no se puede aferrar con las manos. El poder es prestado por ese ente que los poderosos niegan que exista, porque no les gusta la idea de servir a un Dios que pide que hagas a tu prójimo lo que te harías a tí mismo, sino que prefieren servirse a costa de todos los demás, mientras buscan argumentos para justificar una superioridad moral que no tienen. Eso hace que el uso de poder se pase al abuso, al exceso, donde el poder se vuelve un instrumento para joder a los demás, y donde el que jode se siente con pleno derecho a hacerlo.
Es muy desafortunado que así sea, porque pensar que lo que uno hace no se devuelve, es hacer una apuesta peligrosa, porque es apostar el resto de la vida a que al negar la existencia de las leyes del universo, esas leyes dejarán de existir. Es como imaginar que estás en la cima del edificio y niegas la existencia de la gravedad y te lanzas... Por supuesto la caída está llena de velocidad, adrenalina, la sensación de poder... hasta que llega al suelo. Entre el salto y la caída, entre la causa y el efecto, transcurre un tiempo.
Todos tenemos fuerza, facilidad, facultad o potencia para hacer unas cosas u otras, y claramente esa capacidad no nos fue dada para jodernos los unos a los otros. Pero para un buen uso del poder hay que empezar a entender que debemos liberarnos del disfuncional concepto de dominantes y dominados que hace que el poder sirva para joder a otros.
En la ideología del exceso, la escasez es mala y el exceso es bueno, pero como muchos no piensan en crear abundancia, al final los que usan el poder de la manera excesiva y disfuncional, el abuso de poder, terminan repartiendo la escasez, viviendo ellos en abundancia a costa de todos los demás.
De alguna manera la crisis puede ser algo bueno o podría serlo, porque al irse los empleos y generarse escasez, la única manera de sobrevivir es unirse contra la adversidad, porque separados y divididos, estamos fritos.
Hay quienes usan el poder para lo bueno, y otros para lo malo. Si dejamos a los que lo usan bien y detenemos a los que los usan mal, el efecto resultante será positivo. Pero no debemos olvidar que nunca hay que acudir a la violencia, porque la violencia es el arma de los ricos contra los indefensos.
Poder no es destruir. Eso cualquiera lo hace. Muestra más poder el que construye algo bueno, que el que destruye y daña. Tiene más poder el pintor que crea una obra maestra, que el vándalo que destruye la obra.
Esto es válido incluso si pensamos en "destruir el mal", porque para destruir el mal hay que joder al villano, volverse peor que el mal que se trata de combatir. Lo mejor es construir lo bueno, y dejar que lo malo se muera de hambre. Todos tenemos fuerza, facilidad, facultad o potencia para hacer algo. ¿Cómo podemos usar el poder para construir un futuro para los que nos rodean?
Cuando el ego sin límites no entra en conflicto con la conciencia, se crea la ILUSIÓN de poder. Mejor no vivir de ilusiones.