Cuando miras la política actual crees que se trata de un juego de ideologías, pero no es así. Es un juego de poder, y es bueno que sepas las reglas para que tomes buenas decisiones en un mundo politiquero.
Politica vs politiquería
La política nos habla de estadistas y gobernanza, el proceso de evolución para acercarse al bienestar humano, mediante debido proceso y democracia y valores y derechos para garantizar una vida feliz de los ciudadanos.
La polítiquería en cambio es maldad pura. Es mentiras y juego de tronos, donde el bien y el mal se borran en el relativismo, donde las palabras significan lo que el politiquero quiere que signifiquen. Allí las gentes se compran y se venden y el poder se alquila al mejor postor.
Dicen que el precio de la libertad es la eterna vigilancia. Lo que olvidaron decir es que es la vigilancia por parte de los políticos. Y los políticos no están vigilando, sino que se han vuelto servidumbre de quien pague el precio. Y eso hace que el día de hoy la política sea un lugar especialmente sombrío.
La polítiquería en cambio es maldad pura. Es mentiras y juego de tronos, donde el bien y el mal se borran en el relativismo, donde las palabras significan lo que el politiquero quiere que signifiquen. Allí las gentes se compran y se venden y el poder se alquila al mejor postor.
Dicen que el precio de la libertad es la eterna vigilancia. Lo que olvidaron decir es que es la vigilancia por parte de los políticos. Y los políticos no están vigilando, sino que se han vuelto servidumbre de quien pague el precio. Y eso hace que el día de hoy la política sea un lugar especialmente sombrío.
Las reglas del juego de la politiquería
A la polítiquería a menudo se le llama "política sucia", pero los que juegan ese juego lo ven todo de manera relativista, sin arriba ni abajo, ni existe el bien ni existe el mal. Lejos de las consideraciones morales, que no existen en ese juego, hay ciertas reglas que debes conocer para entender por qué suceden las cosas.
Las reglas estándar del juego son las siguientes:
Las reglas estándar del juego son las siguientes:
- En un juego de suma cero, lo que uno gana, lo pierde otro. No existe ganar-ganar
- El juego de poder es un juego de suma cero. No hay segundo ganador, sino el primero de los perdedores.
- El juego del dinero es un juego de suma cero.
- Obtener poder, cuesta dinero.
- Si controlas el dinero, no importa quién haga las leyes. Un principio que ya fue dicho por los Medici en Italia, los primeros banqueros de la historia.
- El bienestar humano, la lealtad y todo eso, son irrelevantes para los ludópatas del dinero o del poder.
- Los únicos aliados son enemigos
- La evidencia en un juicio politiquero, es irrelevante para emitir un dictámen. El juicio politiquero es arbitrario, incluido el diccionario que se usa para santificar o demonizar.
- El que se vende y traiciona a otro, puede hacer lo mismo contigo.
- Recientemente la polítiquería está criminalizando el pluralismo en la política.
- La politiquería convierte la ley en un juego de palabras, y a veces simplemente ignora la ley, para jugar juegos mediáticos politiqueros.
En un juego sin ley y sin reglas, que es el entorno donde las personas con trastornos psicopáticos se desenvuelven mejor. No son capaces de surgir y tener éxito en entornos con reglas.
Como no interesa hablar de situaciones reales que hieran sensibilidades, lo mejor es hablar de situaciones hipotéticas para mostrar cómo funciona la aplicación de estas reglas.
El caso del operativo que sabía demasiado
Imagina que eres un soldado y los amos te han encomendado una misión de alto perfil, que trata sobre aparentar que has acabado con el gran enemigo artificial fabricado por tus amos. Te envían a la misión y la cumples conforme al encargo. Tu sabes que el enemigo fue fabricado y su eliminación también fue aparente. Sabes demasiado. Los amos te mandarán a una misión donde todo está planeado para que mueras. En lugar de ser la guardia de confianza, te convertiste en un peón sacrificado para mantener en las sombras el juego teatral que se mueve en las sombras.
Si eras parte de una institución o si eras contratado, te salvarán el pellejo sólo mientras les seas útil. Cuando se acabe tu utilidad, serás desechable.
El jerarca o funcionario vendido
Imagina que eres un jerarca de un gremo o institución, o tan solo un funcionario que custodia algo muy valioso, no necesariamente económico, ya sea mando medio o altísimo jerarca, y te ofrecen poder o dinero a cambio de pasar por alto la ley, la constitución, o los principios democráticos o morales o cualquier otra cosa que parezca justa o correcta.
Amistosamente te ofrecen favores, dinero o poder, y aceptas gustoso. También está el caso en que dudas, y te presionan y te acosan para que aceptes el papel de hacer aquello que te piden. Entonces echas a andar tu juego de parecer leal a alguien y en cierto momento le clavas el puñal en la espalda a alguien, de acuerdo a lo pactado. Mientras les resultas útil o potencialmente útil te tratarán como si efectivamente fueran a darte su favor y cumplir con lo pactado. Pero apenas dejas de serles útil, usarán el acto incorrecto en el que participaste para hundirte y sacarte del juego. Y si alegas que lo hiciste bajo órdenes de ellos, lo van a negar y no habrá evidencia de la participación de tos amos, pero sí evidencia de la traición o el actuar ilegal en que incurriste.
Entonces te arrebatan el poder, el dinero, y el estilo de vida, y te sacan del juego. Si la salida es meramente social y económica (arruinado y difamado), te salvas. Pero podría ser peor.
Así es como miras a mucha gente cambiando de bando, creyendo que van a ser parte del club de sus amos. Y terminan siendo estafaos y castigados por haber sido obedientes o por ofrecer sus "servicios" de apuñalear a otros por la espalda, sin sospechar que a futuro ellos serían traicionados también por sus amos politiqueros. La evidencia incriminatoria contra ellos será la del acto para el cual fueron contratados. Igual que los billonarios no comparten su dinero, los amos tampoco comparten el poder, y se deshacen de los que les sirvieron, porque son cabos sueltos.
Amistosamente te ofrecen favores, dinero o poder, y aceptas gustoso. También está el caso en que dudas, y te presionan y te acosan para que aceptes el papel de hacer aquello que te piden. Entonces echas a andar tu juego de parecer leal a alguien y en cierto momento le clavas el puñal en la espalda a alguien, de acuerdo a lo pactado. Mientras les resultas útil o potencialmente útil te tratarán como si efectivamente fueran a darte su favor y cumplir con lo pactado. Pero apenas dejas de serles útil, usarán el acto incorrecto en el que participaste para hundirte y sacarte del juego. Y si alegas que lo hiciste bajo órdenes de ellos, lo van a negar y no habrá evidencia de la participación de tos amos, pero sí evidencia de la traición o el actuar ilegal en que incurriste.
Entonces te arrebatan el poder, el dinero, y el estilo de vida, y te sacan del juego. Si la salida es meramente social y económica (arruinado y difamado), te salvas. Pero podría ser peor.
Así es como miras a mucha gente cambiando de bando, creyendo que van a ser parte del club de sus amos. Y terminan siendo estafaos y castigados por haber sido obedientes o por ofrecer sus "servicios" de apuñalear a otros por la espalda, sin sospechar que a futuro ellos serían traicionados también por sus amos politiqueros. La evidencia incriminatoria contra ellos será la del acto para el cual fueron contratados. Igual que los billonarios no comparten su dinero, los amos tampoco comparten el poder, y se deshacen de los que les sirvieron, porque son cabos sueltos.
Los tontos útiles activistas
Los tontos útiles son gente que no está muy bien de salud mental (y sus juegos mentales son lo que les diferencia de los activistas que si buscan el bien común), que sirven como soldados en guerra de cuarta y quinta generación, y se caracterizan por 3 cosas:
- Resentimiento
- Narcisismo
- Deseo de pertenencia
En la guerra de cuarta generación, se borra la separación entre combatiente y civil. Y en la quinta generación se crea una guerra de narrativas, una guerra mediática.
Como ves, el activismo no tiene nada que ver con la motivación de construir un mundo mejor. Es la construcción de un ejército. En la guerra convencional un ejército está compuesto por personas y equipos de guerra. El activista tonto útil es soldado de un ejército, una organización disfrazada de imagen pública de bondad, en un juego politiquero, disfrazado con la cosmética de de altos ideales, pero cuyos métodos son los de un ejército. Lo hacen es construir una causa fachada, para realizar todo lo contrario, algo así como decir "la guerra es paz" y hacer la guerra diciendo buscar paz. Los políticos politiqueros descubrieron que no necesitan crear "super soldados" pues les basta con controlar a gente sin una buena salud mental.
Cuando el activista es resentido, se construye una doctrina que hace ver al objetivo que se desea destruir, como aquello que el resentido odia. Si el resentido odia las patatas, entonces las patatas son la causa de todos los males, y destruyendo las patatas se llega al nirvana. El resentimiento recibe más gasolina, y la idea de perdonar y poner la otra mejilla les resulta insoportable. Y la felicidad ajena les duele, porque ellos no pueden ser felices.
Cuando el activista es narcisista, todo lo que se oponga al proyecto político de la organización es visto como una amenaza al halago de la belleza que el narcisista espera del espejito organizacional. Entonces, si el discurso de que las "nubes son blancas" se mira como un ataque, porque el espejito mágico dice que si hay nubes blancas, el narcisista se vuelve feo, entonces buscará callar y censurar al que dice que las nubes son blancas. Las interacciones con los narcisistas siempre son tóxicas, pero los narcisistas nunca aceptan tener culpa y nunca piden ayuda, y así se van quedando solos en la vida. Y los notas porque le echan la culpa a otros por sus propios pecados. Entonces, lo que hacen es pelear contra el pan quemado, y a menudo hornean pan hasta quemarlo, y cuando huele a humo, maltratan a otros que no hornean pan, porque su causa es luchar contra los malvados que queman el pan en el horno. El político le inventará incidentes de pan quemado para que vaya y maltrate gente inocente mientras siente superioridad moral.
Cuando el activista desea afanosamente pertenecer a algo más grande, en realidad busca la actitud pasiva de no pensar y de que otros piensen en su lugar. Busca no tener que pasar por la molestia de asumir la responsabilidad de tomar decisiones, sino que busca que otros tomen las decisiones por él. Y en política hay muchos dispuestos a aceptar la oferta de esta persona que en realidad ofrece ser un dron no pensante de terceras personas. Esta persona se siente abandonada, y está dispuesta a renunciar a sus valores con tal de sentirse como en familia. Pero los políticos no son familia, no te van a dejar ser de su familia, ni tampoco van a protegerte. Pero eso no lo descubrirán por las buenas, sino por las malas.
Y como es de suponerse, los tontos útiles tienen su vencimiento, y cuando dejan de ser tontos útiles, son traicionados y sus pecados son usados contra ellos.mismos. Y tendrán la sensación de haber sido estafados. Pero para entonces será demasiado tarde.
De esta manera, ser activista en estos días no parece una buena opción para ganar salud mental. El eje central del juego no es la ideología, esa es sólo la herramienta para controlar activistas.
El mejor juego es no jugar
Si obedeces una vez a los amos de la politiquer'ia, lo que hagas servir'a como herramienta coercitiva contra tí. "Si no obedeces recuerda que tenemos evidencia de lo que hiciste" te dirán.
Hay dos posibilidades:
Hay dos posibilidades:
- Te opones: Te acosan, te maltratan, te difaman y buscan arruinarte la carrera y la vida.
- Obedeces: Te usan, y cuando dejas de ser útil, en el mejor de los casos, te difaman, te arruinan la vida. Y en el peor de los casos te sacan del juego completamente.
Oponiéndote tienes más posibilidades. A corto plazo sufrirás mucho, pero la política es efímera, y cuando la política cambia, empiezan los procesos judiciales. En 5 o 10 años puede haber cambios. Y si te metiste hasta el juego como siervo de los amos, estarás metido en un gran lío. Si te opones, te habrñan arruinado por unos años, pero luego las cosas cambiarán al cambiar la política.
¿Crees que estoy describiendo lo que pasa hoy en países desarrollados? Pues no. Estos son los mecanismos de la corrupción política que ha tenido lugar en las "banana republic" por años. Estos procesos son los que han hecho que las banana republic no sean potencias menores, ni países desarrollados. ¿O es que creías que el subdesarrollo era cosa de que en unos países eran tontos y en otros eran inteligentes, como muchos quisieron hacerte creer?
Los esbirros que dejan de ser útiles a los amos
Ya en países desarrollados miramos a los amos volcarse contra los funcionarios. En tiempos de Trump convenía enfermar a tanta gente como fuera posible para hacer que su gobierno quedara mal. Y como el funcionario también dejaba que los activistas actuaran impunemente, tenía el beneplácito de los amos. Pero la luna de miel ha terminado. El trabajo que antes sirvió para complacer a los amos y sentirse el funcionario como parte del club de los amos, hoy es el acto que los amos tienen reservado para sacarle del juego.
Incluso países como China, que confiaban en que al deshacerse de Trump tendrían vía libre en materia de narrativas, mira cómo al dejar de ser útil, los amos dan la espalda. Durante la era Trump tenían que hacer parecer que el virus venía de EEUU, y que Trump era el malo. Si hubieran podido, habrían culpado a Trump por la extinción de los dinosaurios. Pero ahora que Trump no está, volvemos a la narrativa de que hay que forzar a China a decir la verdad.
¿Recuerdas que los únicos aliados eran enemigos y que el poder no se comparte? Bueno, los tontos útiles lo descubren cuando ya es tarde. Por eso es que ser instrumento de politiquería sin ser parte del club, sólo te llevará a la ruina. Y aplacar a los amos, o volverse servil a los amos del club elitista, no va a hacer que seas parte del club privado.
Mahatma Gandhi el más grande estratega moderno
Todavía no parece haber acuerdo sobre una doctrina para los que desean el bien común, y un mundo mejor, para combatir o neutralizar o desmantelar los juegos de politiquería. Lo que sí está claro es que la única derrota que podrían sufrir los politiqueros sería no obtener el poder y el dinero deseados con sus juegos corruptos.
Dicen que "es más fácil engañar a alguien que convencerle de que está siendo engañado". Se sabe que los tontos a menudo sufren el "efecto Dunning Kruger" que consiste en creerse más capaces que los expertos. Y si esos tontos desempeñan alguno de los roles descritos arriba, pueden llevarse sorpresas muy desagradables en sus vidas.
Los amos no quieren compartir ni el dinero ni el poder. Y al igual que en cualquier estafa, aprovecharán la avaricia e ingenuidad de los tontos. Y no se sentirán mal porque dirán que ellos se lo ganaron por ser tontos queriendo pasarse de listos.
Una vez había una persona que decía que los religiosos sólo saben "hablar y cantar" y la única solución que ofrecen como doctrina contra el avance de los amos de la politiquería es acudir a ideas de que el karma se encargará, y usan el nombre de Dios en vano, para describir esto. Es como si un ejército invadiera un país, y sus residentes dijeran que "el karma los va a echar" y le agregan poder de convencimiento al agregarle la palabra "Dios" mientras siguen pasivamente hablando y cantando. Así fue como el zoroastrismo desapareció. En un arranque de arrogancia, los altos mandos del imperio persa, donde habitaban los religiosos del zoroastrismo, se batieron en duelo singular contra sus enemigos musulmanes y perdieron, y ya sin oficial al mando, los musulmanes erradicaron el zoroastrismo.
Debido al nivel de abstracción en que se mueve el juego de la politiquería, las reglas de Sun Tzu como reglas genéricas sirven, pero las reglas particulares no sirven. Y este es un juego donde no se puede combatir fuego con fuego, porque hay una asimetría de poder.
Quizás la única pista que hay es la estrategia de Mahatma Gandhi. Y para ello es preciso comprender algunos principios
Debido al nivel de abstracción en que se mueve el juego de la politiquería, las reglas de Sun Tzu como reglas genéricas sirven, pero las reglas particulares no sirven. Y este es un juego donde no se puede combatir fuego con fuego, porque hay una asimetría de poder.
Quizás la única pista que hay es la estrategia de Mahatma Gandhi. Y para ello es preciso comprender algunos principios
- Hay dos maneras de controlar a la gente. El miedo y la desmoralización
- El fin de la violencia es causar miedo. El miedo para controlar a otros.
- Una férrea voluntad evita que las personas sientan miedo.
- La voluntad para mover el mundo viene de la convicción y la convicción viene de los valores. De allí la importancia de que los políticos se esmeren tanto en abolir los valores.
Los seguidores de Gandhi no necesitaron disparar una sola bala para derrotar al imperio más poderoso del planeta. Fue lo contrario de la insurrección de 1857, donde un levantamiento violento fue aplastado con violencia. Es que si atacas con violencia a los amos y maestros de la violencia, estás atacando al enemigo donde es fuerte, y no donde es débil. Por eso Mahatma Gandhi fue uno de los más grandes estrategas de la historia humana.
Gandhi comprendió que los indios eran más que sus opresores, y si ellos no se movían, las cosas no caminaban. Gandhi en sus años mozos quiso empezar algo similar en Sudáfrica, pero allí la gente se desmoralizaba, no tenía voluntad y por eso el apartheid no se acabó.
El futuro de la censura y el control
El cerebro humano fue diseñado para pensar y para hablar, no para callar y no pensar. ¿Será por eso que Elon Musk está desarrollando Neuralink? Ya logró que un chimpancé pueda jugar videojuegos. Lo que sigue es que respalden el contenido de tu cerebro y te censuren los pensamientos como si fueran posts de Twitter.
El juego de poder parece querer buscar control absoluto. Y si crees que instalar protesis de Matrix en el cerebro es monstruoso, tendrías que ver el transhumanismo, que busca convertirte en cyborg. Te venden la idea de nunca morir porque tu cuerpo es una máquina. Pero, ¿y si un día no puedes pagar los repuestos? ¿Y si te suben el precio de los repuestos?
Vivir en un cuerpo cyborg es como vivir dentro de tu coche y no poder salir. Si un día no quieren darle servicio a tu coche, porque no puedes pagar o porque tus ideas no van de acuerdo con el discurso de la empresa, y el coche deja de funcionar, te mueres dentro del coche, y en lugar de ir al cementerio, vas a la chatarrera. La politiquería scifi tiene grandes perspectivas de juegos deshumanizantes inexplorados que no parecen muy halagüeños.
En la batalla con 3 facciones, finaicieros, políticos y Big Tech, este futuro sin privacidad sobre tu cerebro le pertenece a las Big Tech. Un día las Big Tech van a poder controlar los cerebros y a la gente. Y como la existencia misma del dinero y del poder depende de que la gente lo reconozca, los financieros perderán su dinero y los políticos perderán su poder.
Sabemos que la estrategia ganadora es no jugar el juego de la politiquería. No sabemos cuál es el mejor juego para contrarrestar la politiquería.
Al final el karma no va a detener nada. Lo que puede pasar es que las cucarachas hereden la Tierra.