Se acaba de celebrar una cumbre mas de los estados europeos y en la mente de todos está la percepción de que estas reuniones solo avanzan cuando el agua nos llega al cuello y tanto de forma cualitativa como cuantitativa se avanza solamente lo justo para poder tomar un poco de aire. El tiempo va pasando y ya hace dos años que escribí el post de rescatadores rescatados;
http://www.rankia.com/blog/analisisbolsa/536253-rescatadores-rescatados
releyéndolo veo que la situación actual es la misma que hace dos años, el problema de fondo es un deterioro de la situación que debía acabar afectando a la misma Alemania en caso de no trabajar en un auténtico cortafuegos.
Siguen los mismos problemas de fondo pero cuantitativamente el deterioro es demasiado evidente. En aquellas fechas el PIB de España caía un 0,2 % en términos interanuales, mientras que Alemania crecía al 3,7 %, el bono a 10 años alemán rentaba el 2,60 % cuando hace pocos días cotizaba justo a la mitad, o sea, la factura por intereses de la deuda le cuesta a Alemania la mitad que la que pagaba hace dos años. Saltos de alegría deben de haber dado en este espacio de tiempo los encargados del departamento colocador de deuda y demostrar lo fácil que ha sido financiarse; pero como he comentado otras veces, en economía todo tiene efectos secundarios y estos han ido emergiendo en esta etapa; hace pocos días se ha conocido que hay una fuerte caída en las expectativas económicas en Alemania, el ZEW registra su mayor caída mensual en la ultima década y desde finales del 2011 es la primera vez que se coloca en terreno negativo. Tres días mas tarde se publica el IFO y como no podía ser de otra manera también muestra un claro deterioro situándose en 105,3 puntos, nuevo mínimo desde el primer trimestre del 2010.
Todo esto indica que no hay causa sin efecto y la pereza política en la eurozona solo tenia un camino que es el que hemos vivido, deterioro constante y como decía en el primer post, todos vamos en el mismo barco.
Estábamos en un grupo de países en el que por nuestra forma de operar éramos todos distintos pero había un denominador común que nos unía: los inusuales bajos tipos de interés nos hacían a todos ricos y no se veían los problemas internos, pero como decía Buffet: cuando baja la marea se ve quien no lleva bañador. No solo se ha visto quien no llevaba bañador, a nivel de países de la zona, también se ha visto que la Eurozona no tenía ningún plan de emergencia ni político ni económico, salvo el tener una moneda única. En el año 2009 la FSA ya advirtió que el sistema de regulación bancaria era insostenible. Ha llegado la hora de dar el diagnóstico del problema y nos encontramos con soluciones dispares que ya no son tan homogéneas como lo eran hace unos años. Para llegar al punto de inflexión se necesita encontrar el diagnóstico correcto y el momento de llevarlo a la practica
Diagnóstico
Supongamos el caso hipotético de que un drogadicto tiene un accidente y sufre varias roturas por lo que le llevan al hospital; le atienden dos médicos, uno de ellos dice que ya conoce a la víctima y que le ha ocurrido varias veces, su veredicto es que mientras siga drogándose seguirá teniendo accidentes creándose el problemas y creándolos a los demás por lo que considera que es una cuestión de conducta y lo primero que hay que hacer curarlo de las drogas y así se acabaran los problemas; el segundo médico sabe que esto es correcto pero el tiempo no cuenta a su favor y hay que curar los desperfectos y apunta que posteriormente hay que quitar el efecto de las drogas, sabe que es cuestión de prioridad pero también sabe que una vez curado es difícil la eliminación de las drogas. Evidentemente es solo un ejemplo hipotético, lo primero es lo urgente pero pasándolo a la realidad no es de extrañar que unos países ordenados se cansen de otros y sea difícil encontrar el diagnóstico que sea positivo a medio y largo plazo.
El punto Popeye.
El experto en inteligencia emocional, Karl Albrecht denomina el punto Popeye a aquel momento determinado en el que alguien ha decidido salir de una situación toxica y se ve obligado a cambiar las cosas; como viene de una situación de que parece que no puede aguantar mas, toma una decisión visceral y pasa mas adelante a llevarla a cabo de forma racional porque sabe que es la decisión correcta. Se basa en la historia de Popeye que aguanta muchos abusos y llega un punto que se ve obligado a sacar las espinacas y arreglar la situación. Al punto Popeye se llega en un momento determinado y no antes, por eso los países más afectados se han interesado por el rescate, en cambio los rescatadores han necesitado más tiempo para verlo. Pero esto no es tan sencillo, no se llega al punto Popeye en cualquier momento, en la vida diaria tomamos decisiones de cambio como dejar de fumar, ir al gimnasio, adelgazar y eso no quiere decir que hayamos llegado al punto de cumplirlas, en algunas de estas decisiones somos mas tajantes si hay problemas de salud. Normalmente los intentos heroicos de autodisciplina suelen tener poco futuro, los intentos de dejar de fumar, adelgazar o ir al gimnasio suelen durar poco; Mark Twain decía: dejar de fumar es muy fácil, yo lo dejo muchas veces todos los días. Los rescatadores rescataran cuando sirva para rescatarles y ese será su punto Popeye. Hay que creer y querer. Cuenta San Agustín de forma autobiográfica que cuando sintió la inclinación religiosa llevaba una vida totalmente mundana y pedía: Dios mio, dame castidad, pero todavía no.
Concluiría diciendo que curen primero al enfermo mientras se le exige que abandone las drogas, que tengan paciencia y por otra parte el efecto Popeye no es dicho y hecho, supongo que la ultima cumbre ha propiciado sacar las espinacas y poner un poco de orden pero han de tener una buena reserva de espinacas porque Popeye seguirá teniendo mucho trabajo.