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Con la llegada de internet a nuestros hogares allá por el año 1995, la sociedad experimentó un gran cambio en su modo de vida. Pero ese año no solo fue el año de la llegada de internet, sino también el de la telefonía móvil digital. Y otros desarrollos tecnológicos tales como el DVD y el MP3, o el nacimiento del gigante del comercio electrónico eBay marcaron el ecuador de la década de los 90`. ¡Si pareciera que se hubiesen puesto todos de acuerdo, para lanzar ese mismo año una batería de inventos! 

Ya decía el famoso tango Tiempos Viejos, “¿Te acordás hermano, qué tiempos aquellos?”… Sin duda alguna, un año para recordar.  

A partir de allí, los desarrollos tecnológicos tomaron velocidad de crucero y en poco tiempo vimos cómo se fusionaba la telefonía móvil con la conexión a internet mediante los Smart Phones, que desembarcaron en nuestro país aproximadamente una década después. 
Para aquellos que vivimos y recordamos la década de los noventa, se podría afirmar que hemos sido testigos del impacto transformador en prácticamente todos los aspectos de la vida moderna, que la llegada de la telefonía móvil e internet causaron. 

En términos generales, se podría decir que los cambios más significativos fueron los siguientes: 

  • Conectividad global: Con la llegada de Internet se facilitó la comunicación instantánea entre personas de diferentes partes del mundo a través de correos electrónicos, redes sociales, mensajería instantánea y videollamadas. 
  • Acceso a la información: Internet democratizó el acceso a la información, permitiendo a las personas buscar y obtener una amplia gama de conocimientos y recursos en línea, desde noticias y artículos, hasta tutoriales o cursos en línea y bibliotecas virtuales. 
  • Comercio electrónico: La llegada de Internet dio lugar al auge del comercio electrónico, permitiendo a las empresas vender productos y servicios en línea a través de plataformas de comercio electrónico y Marketplaces. Esto ha transformado la forma en que las personas compran y venden bienes y servicios, brindando mayor comodidad y acceso a una variedad más amplia de productos. 
  • Redes sociales: Internet ha facilitado a creación y el crecimiento de redes sociales en línea, que permiten a las personas conectarse, compartir contenido, interactuar y colaborar en comunidades virtuales. Las redes sociales han cambiado la forma en que las personas se comunican, comparten información y se relacionan entre sí. 
  • Innovación y emprendimiento: Internet ha sido un catalizador para la innovación y el emprendimiento, permitiendo a las personas lanzar startups y negocios en línea con costes relativamente bajos y de alcance global. Esto ha impulsado a la economía digital, y ha dado lugar a la creación de nuevas industrias y modelos de negocio.  

El mismo ritmo vertiginoso que experimentaron estos avances tecnológicos, también lo experimentaron las cotizaciones de las compañías vinculadas al desarrollo de Internet durante los años 1997 a 2001, generándose así una “burbuja tecnológica” debido a la creencia de que Internet cambiaría fundamentalmente la forma en que se hacían los negocios y crearía una nueva economía digital. Esto generó una excesiva especulación entre analistas financieros e inversores que esperaban obtener rápidas ganancias provenientes de las “puntocom” (como denominaban a las empresas vinculadas a Internet). Las acciones de estas compañías alcanzaban valores extremadamente altos, incluso sin llegar a generar ganancias sustanciales o tener un modelo de negocio claro y sostenible; lo que ayudó a que el índice bursátil Nasdaq Composite lograse un 400% de revalorización desde la llegada de Internet en el año 1995 hasta Marzo de 2000.


 
Pero a partir de ese momento, muchos inversores comenzaron a darse cuenta de que gran parte de esas empresas puntocom, tenían valoraciones excesivamente infladas y carecían de fundamentos financieros sólidos, lo que provocó una venta masiva de acciones y el posterior “pinchazo de la burbuja tecnológica”… ¡Si sabremos en España lo que es pinchar burbujas! Todavía me sigue sonando nuestra famosa burbuja inmobiliaria… 

El estallido de la burbuja tecnológica tuvo importantes repercusiones en la economía global, incluyendo el cierre de empresas del sector, la pérdida de empleos, disminución de la confianza de los inversores, y recesión económica en algunos países. 


El Internet de las cosas 


También conocida con las siglas IoT (Internet of Things), esta tecnología es una prolongación de Internet y la cantidad ingente de datos (Big Data) que la red ha ido acumulando a lo largo de los años. Si bien el término “Internet de las cosas” fue acuñado en 1999 por el pionero en el trabajo de identificación por radio frecuencia y tecnología de sensores, el británico Kevin Ashton, para hacer referencia al sistema por el cual ciertos objetos se podían conectar a Internet mediante sensores, no fue hasta la década de 2010 cuando realmente empezó a captar la atención general y a ser ampliamente discutido en la industria y los medios de comunicación. Al igual que el resto de tecnologías, a medida que ésta avanzaba y se volvía más accesible, el concepto de conectar dispositivos cotidianos a Internet para mejorar la eficiencia y la comodidad comenzó a materializarse en una amplia gama de aplicaciones y productos. De hecho, esta tecnología consiste en una red de objetos físicos (denominados “cosas”), que llevan incorporados sensores que facilitan la conexión y el intercambio de datos entre el resto de objetos de la red a través de Internet. Estos objetos o dispositivos pueden ser desde electrodomésticos, hasta herramientas industriales. 

En la práctica, esta tecnología es la que permite conectar a Internet objetos de uso cotidiano como electrodomésticos, vehículos, termostatos, monitores de videovigilancia, y demás dispositivos, generando así una comunicación fluida entre personas, objetos y procesos. 

Hace unos pocos meses tuve la oportunidad de recibir la visita de un matrimonio amigo, quienes residen a más de 10.000 kilómetros de España; y me sorprendía ver cómo desde sus teléfonos móviles controlaban la situación de su hogar desde diferentes ángulos, mediante la conexión a su red de cámaras instaladas en diferentes sitios de su vivienda. 

Si volvemos al ámbito de los mercados financieros, podemos observar que el índice Nasdaq Composite volvió a recuperarse tras el estallido de la burbuja tecnológica del año 2001, y continuó en su senda alcista (a excepción de la caída sufrida en 2009 tras la crisis financiera) gracias al desarrollo constante de nuevas tecnologías de aceptación y aplicación masiva.




Inteligencia Artificial 


En esta nueva era tecnológica que atravesamos, la tecnología del momento es la incipiente Inteligencia Artificial (IA). 

Tras haber consultado varias definiciones sobre Inteligencia Artificial, he intentado definirla como la ciencia y a su vez la rama de la ingeniería informática dedicada a la creación de programas inteligentes, con el objetivo de llevar a cabo tareas que en condiciones normales, requerirían de la inteligencia humana. 

No es novedad que el ser humano intente emular su inteligencia de forma artificial, pero sí lo es el alcance que ese intento ha tenido en los últimos años. Aun así, todavía tiene por delante un amplio recorrido hasta alcanzar su punto de maduración. 

Podría decirse que esta tecnología es la que lleva al siguiente peldaño al Internet de las cosas, dado que si IoT es la tecnología capaz de recopilar y proporcionar datos en tiempo real, y automatizar tareas de forma eficiente, la IA analiza e interpreta esos datos para encontrar patrones, realizar predicciones y tomar decisiones óptimas de forma instantánea. 

Y aquí es donde se abre en estos momentos un amplio abanico de posibilidades de desarrollo en diferentes campos como la medicina, la educación, el energético, defensa, el sector del transporte, el marketing y publicidad, o el mismo sector financiero entre otros, ya que la lista es larga. 

Estos desarrollos están ligados a un gran potencial económico, no solo para las empresas tecnológicas que se dedican a incursionar en estos desarrollos, sino para el conjunto del sector empresarial; dado que si se cumplen las previsiones en cuanto a que el 50% de los empleos se automatizaría entre los años 2030 y 2060, esto reduciría los costes laborales de una gran parte del tejido empresarial, incrementando así los beneficios corporativos. 

Con los datos de esas previsiones para el empleo, ¡tampoco pretendo generarte preocupación sobre el futuro de las oportunidades laborales! ¿Eh? Cabe recordar que en más de una ocasión se anticipó la pérdida masiva de empleos debido a la llegada de las nuevas tecnologías como Internet, la robótica y automatización de procesos, la digitalización y el comercio electrónico… Y aún así, aquí estamos. De hecho, los países más desarrollados tecnológicamente y los que más invierten en ello, suelen ser los que menos desempleo generan. Eso se puede comprobar por ejemplo, en la composición del Índice Mundial de Innovación de 2023, elaborado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, perteneciente a la ONU. En el siguiente cuadro, te presento a los 20 primeros países del índice, y sus respectivas tasas de desempleo.



¡Ya quisiéramos en España, tener aunque sea la tasa más alta de paro que ves en el cuadro! Será por culpa de la tecnología… 

Al ser la IA una tecnología incipiente, realmente se desconoce el alcance que puede tener su desarrollo, y las aplicaciones que ésta puede ofrecer. Por poner un ejemplo, actualmente se está experimentando la Inteligencia Artificial Generativa, que consiste en la creación de contenidos únicos mediante el aprendizaje de textos e imágenes por parte del propio sistema, a través de algoritmos y redes neuronales. De ahí que las previsiones para la IA sean alentadoras. Así lo ha demostrado el desarrollo tecnológico a lo largo de los años, reflejado en el siguiente gráfico en el que podemos comprobar la evolución desde sus inicios, del índice bursátil que agrupa al sector tecnológico a nivel global.


 
Pero es importante tener en cuenta, que al igual que no todas las empresas farmacéuticas vieron incrementar sus cotizaciones en los mercados bursátiles con la llegada de la vacuna contra la COVID-19 (aunque eso era lo que parecía), tampoco todas las empresas tecnológicas ven incrementar sus cotizaciones con la llegada de la Inteligencia Artificial. Y a eso habrá que sumar ciertos riesgos para esta nueva tecnología, como podrían ser el marco regulatorio o la seguridad de los datos, entre otros. 

Es por eso, la importancia de adquirir previamente ciertos conocimientos a la hora de invertir en este sector. 


¿Cómo invertir en Inteligencia Artificial? 


Si tienes previsto establecer a este sector como posible destino de tus inversiones, antes de tomar cualquier decisión al respecto te recomendaría adquirir previamente ciertos conocimientos sobre su composición, posibles alternativas, vehículos de inversión, y demás aspectos necesarios a tener en cuenta antes de lanzarte a invertir en ello.

 👉Invertir en Inteligencia Artificial (IA): Acciones, Fondos de inversión y ETFs 

Tras interesarme en aprender más sobre esta temática, y en mi búsqueda de formación realmente práctica y de utilidad, he localizado un material formativo muy valioso que quisiera compartir contigo, proporcionado de forma gratuita por SDC Analistas. Galardonados con los premios Mejor Banca Privada, Mejor Red Agencial de España y Mejor Banquero Privado (Zona Este) por Citywire, este equipo de expertos con amplia trayectoria en el asesoramiento patrimonial y avalado por ANDNBANK Private Bankers, ofrece asesoramiento en Fondos de Inversión, SICAVs, Planes de Pensiones, Inversiones Alternativas, SOCIMIs, y Bolsa. A su vez, ofrecen una plataforma de arquitectura abierta a través de la cual puedes acceder a miles de Fondos de Inversión de diferentes Gestoras, y otra plataforma para operar en mercados bursátiles internacionales. Es importante destacar que se trata de un equipo muy cercano, e independientemente de dónde residas, puedes contactarles y solicitar asesoramiento. 
El equipo está dirigido por Luis Alberto Ferreyra (cuyo perfil puedes visitar a través de LinkedIn) y Luis García Langa  (cuyo perfil puedes visitar a través de LinkedIn), ambos socios con dilatada experiencia en el sector financiero.


 
Pero tendrás la oportunidad de conocerles a través de los cinco vídeos que componen el material didáctico, en los que se enseña a invertir en fondos, ETFs o acciones vinculadas al sector de IA. Para acceder a ese material, solo debes completar un formulario donde se te solicitará tu dirección de correo electrónico y tu nombre, y si lo deseas, también puedes dejar tu número de teléfono. Una vez hayas aceptado la política de privacidad y protección de datos, envías el formulario y al cabo de unos segundos recibes el material en tu e-mail… ¡así de sencillo! 

Ya ves; creías que hoy te habías librado de tener que asistir a clases, y ya te estoy proporcionando material de estudio… 

Mientras revisas los vídeos, seguiré buscando alternativas y oportunidades de inversión, aunque… ¿seré capaz de encontrar mejores alternativas de las que pueda localizar la IA? Ya dice el refrán: “si no puedes contra tu enemigo, únetele”… 
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