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La tecnología ha llegado a nuestras vidas para quedarse; de eso no cabe la menor duda. 

En la naturaleza humana se encuentra ese afán de superación, instinto de supervivencia, habilidad para resolver obstáculos, y por qué no, el deseo de mejorar su calidad de vida. 

En su intento de cubrir esas necesidades y también deseos, desde sus orígenes la humanidad se ha valido de diferentes herramientas y técnicas que ha ido desarrollando y perfeccionando con el paso del tiempo. Ya en la prehistoria se llegaron a fabricar herramientas de piedra, e incluso se descubrió cómo ejercer control sobre el fuego; lo que posibilitó ampliar la dieta alimenticia. Invenciones como la rueda y la metalurgia en la Edad del Bronce, contribuyeron al desarrollo tecnológico de las civilizaciones antiguas. 

Durante la Edad Media se produjeron avances en la agricultura, como la introducción del arado de hierro. La invención de la imprenta por Johannes Gutenberg en el siglo XV marcó un hito crucial para la difusión del conocimiento; y si bien hay un antiguo dicho popular que dice que “el conocimiento es poder”, en este caso podemos afirmar entonces que “la tecnología es poder”. 

A partir de la Revolución Industrial (siglos XVIII y XIX), el desarrollo de máquinas impulsadas por vapor transformó la producción y la industria. La invención de la locomotora, la máquina de hilar, o incluso la cinta transportadora fueron inventos destacados, entre tantos otros que surgieron en esa época. 

Ya en el siglo XX es cuando podríamos decir que se genera una explosión de desarrollo tecnológico, con grandes avances para la humanidad en campos como la electricidad y la electrónica. La invención de la radio, la televisión, los ordenadores y la telefonía móvil marcó un cambio revolucionario en las comunicaciones. Con tantos desarrollos tecnológicos, muchos de estos inventos al poco tiempo incluso ya quedaban obsoletos y eran superados por otros más sofisticados. ¿A que ya no te acordabas del FAX? Un invento revolucionario que duró solo un suspiro… Aunque por ahí se sigue viendo algún romántico que aún lo conserva, y que sigue publicando su teléfono y “su FAX de toda la vida”… ¡Y que nadie se lo quite! ¿eh? Te lo dice alguien que ya bien entrada la época de los WhatsApp, aún seguía usando mi teléfono móvil con tapa… Pero bueno, tampoco es para andar contándolo mucho por ahí, que a veces me acuerdo y hasta me da vergüenza. 

Llegando ya a nuestro actual siglo XXI, la tecnología de la información y la comunicación (TIC) sigue evolucionando con gran rapidez, con avances en inteligencia artificial (IA), Big Data, o Internet de las cosas (IoT). La movilidad, la robótica y las energías renovables son áreas que se expanden rápidamente. También tenemos avances en medicina, puntualmente en áreas como la genómica y la telemedicina. 

Incluso en el área de defensa, la tecnología ha evolucionado el sector, otorgando poder militar a aquellos países con mayores avances en ese campo. Una vez más, podemos reafirmar que la tecnología es poder. 

Pero la evolución tecnológica no siempre tiene un carácter universal, dado que esos nuevos desarrollos no siempre se comparten en todos los puntos del planeta; por lo que aquellos países que son capaces de generar mayor cantidad de inventos y de mayor impacto, serán los que tendrán una ventaja competitiva sobre el resto de economías. 


La tecnología como tendencia de inversión 


En la industria de los fondos de inversión, está muy de moda invertir en tendencias, intentar descubrir los sectores que generarán rentabilidades a futuro, analizar cómo serán los comportamientos sociales en los siguientes años, y en el top de dichas tendencias se sitúa la tecnología como una apuesta segura a largo plazo. 

Pero la tecnología no solo es una tendencia a futuro, ya que como hemos podido observar, desde los orígenes de la humanidad siempre nos ha acompañado. Por lo tanto, mientras exista la sociedad, existirá la tecnología. 

Aun así, el éxito de la tecnología no solo consiste en crear nuevos desarrollos e inventar nuevas herramientas, sino que éstas deben tener suficiente aceptación por parte de la sociedad. En otras palabras, hay que saber dar a conocer el nuevo desarrollo, saber transmitir la utilidad que tendrá para la sociedad, y ésta debe considerarlo útil o necesario. 

Esto implicará que las empresas tecnológicas no solo serán rentables por sacar al mercado constantemente nuevas tecnologías, sino que también lo serán por el uso y aceptación que dichas tecnologías tengan entre los consumidores. Ejemplo de ello podríamos decir que fue lo sucedido en el año 2020 durante los meses de confinamiento social, debido a la pandemia que azotó a gran parte de la humanidad. Durante los meses que teníamos que estar encerrados en casa, el crecimiento del uso que le dimos a las plataformas de videoconferencia (ej.: Zoom, Microsoft Teams, etc.), plataformas de educación en línea, plataformas de streaming de vídeo, música y juegos, el comercio electrónico, o herramientas de colaboración en la nube, fue exponencial. Ninguna de estas tecnologías se “inventó” durante los meses de confinamiento, ya que todas existían desde antes; pero se potenció su uso en un momento puntual, y eso llevó a incrementar los beneficios de las compañías vinculadas a estas tecnologías. Sectores como la robótica se vieron potenciados, al incrementarse el interés por la automatización en los procesos productivos debido a la falta de personal y al riesgo de contagio, incluyendo áreas como la logística (que también se vio potenciada durante los meses de confinamiento) o la atención al cliente. Incluso no hubo momento más propicio que esos meses de encierro obligatorio, para potenciar la Telemedicina, el teletrabajo, o aquellas empresas relacionadas al suministro de redes 5G e infraestructuras de las telecomunicaciones. 

Tal es así, que las acciones de las compañías vinculadas con estas tecnologías vieron incrementar sus cotizaciones durante el año 2020, tal como expongo en los siguientes ejemplos:


 
Pero la expresión “invertir en tecnología” resulta una expresión muy genérica, dado que si invertir en tecnología siempre resultase beneficioso para el inversor, con tan solo invertir en cualquier empresa del sector tecnológico éste ya tendría que verse beneficiado; y sabemos que no es así. En el mundo de las inversiones entran otros factores en juego, tales como el tipo de desarrollo que realice la compañía sobre la que se invierte, su nivel de endeudamiento, la gestión de la empresa, su relación con los clientes o su habilidad para comunicarse con éstos, y demás variantes que influyen a la hora de sacar adelante un negocio. 


¿Y cómo afectan los tipos de interés al sector tecnológico? 


Esta es una pregunta muy oportuna, teniendo en cuenta que los tipos de interés han sido los protagonistas durante el último período de crecimiento inflacionista, y que éstos también afectan (ya sea de forma positiva o negativa) a los mercados bursátiles; y en nuestro caso particular, a las cotizaciones de las acciones tecnológicas. 

Las empresas tecnológicas a menudo dependen de la financiación para su expansión y desarrollo. Si los tipos de interés aumentan, los costes de endeudamiento también lo harán, y esto afectará de forma negativa a las empresas con financiación, e incluso a sus departamentos de investigación y desarrollo; tan importantes para mantener la ventaja competitiva en cuanto a innovación. 

Por otro lado, las valoraciones de las empresas tecnológicas suelen basarse en proyecciones de flujos de efectivo futuros. Los modelos de valoración descuentan esos flujos de efectivo a una tasa de descuento que está influenciada por los tipos de interés. Un incremento en los tipos, genera entonces un mayor descuento y, por lo tanto, una valoración más baja. 

Finalmente, no podemos olvidarnos del consumidor, dado que un incremento de tipos encarece la financiación para adquirir productos y servicios tecnológicos, reduciendo así el poder adquisitivo de los consumidores y debilitando la demanda de estos productos o servicios. 

El año 2022 fue un mal año para las acciones de las compañías que cotizan en el NASDAQ-100, dado que entre otros factores como el comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania, o los problemas de las cadenas de suministros originada por la política de Covid Cero en China, se sumó un factor muy importante como el comienzo de las subidas de tipos de interés en EE.UU.


 
A partir del año 2023, el índice que agrupa a las empresas tecnológicas más importantes a nivel mundial, comenzó a recuperarse con fuerza debido a varios factores, como el rebalanceo que llevó a cabo para reducir el peso de los cinco gigantes del sector tecnológico (Apple, Alphabet, Microsoft, Amazon y Nvidia) en el índice, o incluso por los rendimientos excepcionales que volvieron a tener los principales actores del sector. 

A estas alturas, ya sabemos que si bien el sector tecnológico ofrece un amplio recorrido y potencial de inversión, no todo vale dentro de dicho sector, y no es cuestión de invertir a ojo cerrado en cualquier empresa vinculada al desarrollo tecnológico, ya que el éxito dependerá de la habilidad para saber elegir las empresas sobre las que invertir, y el momento en el que hacerlo, dado que factores como los tipos de interés también pueden influenciar sobre las cotizaciones de las empresas del sector. 

Por lo tanto, siempre es recomendable ponerse en manos de expertos en la gestión de activos, e incluso valorar la posibilidad de invertir de forma indirecta, mediante aportaciones a fondos de inversión que tengan exposición al sector tecnológico. 


Fidelity Funds Global Technology 


Con cinco estrellas Morningstar, este Fondo de renta variable está gestionado por HyunHo Sohn (cuyo perfil puedes visitar en LinkedIn), con más de una década de trayectoria en la gestora Fidelity International, y anteriormente como analista en Morgan Stanley.  

El gestor del Fondo se centra en identificar compañías de calidad y con perspectivas de crecimiento sostenibles, y cuyas valoraciones en el mercado sean atractivas. Considera que identificar las tendencias tecnológicas, innovaciones y nuevas tecnologías es clave para identificar a las empresas líderes del sector a largo plazo. 

Para ser un fondo de renta variable, su nivel de riesgo no es tan elevado teniendo en cuenta que se sitúa en un cinco, dentro de la escala del uno al siete, donde siete es el nivel de mayor riesgo.



De hecho, la volatilidad a 3 años ha sido del 17,43% anual.
 
Este Fondo presenta doce categorías, las cuales se exponen a continuación:



Desde su lanzamiento en el año 2015, el Fondo ha alcanzado un 323,3% de rendimiento, muy en consonancia con el índice de mercado; concretamente el MSCI ACWI Information Technology Index (Net).



Si anualizamos la rentabilidad, durante el último año ésta ha sido del 39,3%; y si se anualiza desde el lanzamiento del Fondo, en promedio éste ha generado un 18% anual. Por lo que si buscas un Fondo que por lo menos supere a la inflación anual, éste la supera con creces… 

Al igual que el índice NASDAQ-100 que hemos analizado anteriormente, se puede observar que la única caída de rentabilidad que tuvo el Fondo desde su lanzamiento fue en el año 2022, básicamente por los mismos motivos que afectaron al índice. 

Los principales sectores en los que está expuesto, y las posiciones más representativas que componen el Fondo, son las que se pueden ver a continuación:



Este Fondo tiene como objetivo generar un crecimiento del capital a largo plazo, y para ello destina como mínimo el 70% a la adquisición de activos de renta variable, de compañías de cualquier parte del mundo incluyendo mercados emergentes. Allí donde esté el potencial, es donde invertirá el Fondo. 

Si quieres ampliar información, puedes hacerlo directamente desde el siguiente enlace: https://www.fondosfidelity.es/fondos/ficha/LU1213836080/tab-overview 

Como podrás observar, esta semana te he traído un Fondo que ha generado elevadas rentabilidades desde su lanzamiento, con perspectivas de crecimiento a largo plazo, y es por ello que si consideras incluirlo en tu cartera como alternativa de inversión, es importante tener en cuenta que lo adecuado sería invertir a largo plazo. 

Y de ahora en más, cada vez que te sientes un rato a mirar la tele, o a jugar a la playstation, o te detengas a revisar los WhatsApp, ten en cuenta que para poder disfrutar de esos avances tecnológicos, la industria ha necesitado disponer de suficiente capital para llevar a cabo esos desarrollos; y gracias a estos vehículos de inversión, tú también puedes contribuir al progreso y a su vez obtener rentabilidades aceptables. 

Finalmente, si has llegado hasta aquí lo que sí te recomendaré entonces, es que ahora des un respiro a tus ojos, estires las piernas, date un paseo lejos de las pantallas, desconecta y disfruta del mundo que también hay ahí fuera; aunque probablemente te lo encuentres lleno de gente mirando sus teléfonos móviles… 

Un saludo, ¡y volvemos a conectarnos la semana que viene! 
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