rifiil
06/05/14 21:10
Ha respondido al tema Me voy a Lisboa
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Uffff.
Eres un libro abierto.
Y eso que comentas, creo que nos ha pasado a todos.
El típico médico que tiene, o cree tener mucha experiencia, y solo viéndote andar ya te dice lo que tienes.
Se dedica todo el tiempo a darte una charla sobre cuestiones intrascendentes, que tu intentas recordar para tener claras las instrucciones de lo que te sucede y como tratarlo, y finalmente lo importante que son los análisis y el tratamiento o no los hace porque se le olvidan o si los hace los hace de mala manera.
Entiendo lo del ginecólogo.
Es para darle... en fin. Esa incompetencia es increíble.
Y creo que lo mejor que haces es divulgar lo que hace este señor, más que nada para evitar que más gente caiga y sufra lo que te ha hecho a ti.
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En cuanto a la sensibilidad es cierto. Se nota mucha empatía por parte de aquellos que han sufrido o sufren. Es una diferencia en el trato abismal. Infinita.
Cuando se ha sufrido una enfermedad de la que sales por los pelos y marcado, te haces muy sensible. Cuando hablas con un médico que ha pasado una fuerte enfermedad, notas en él, un trato especial. Una dedicación a lo importante. Una preocupación por aquellos temas que verdaderamente te importan. Eso los hace diferentes.
Y lo mismo sucede cuando pierdes a alguien querido. Aquellos que no han sufrido la pérdida o bien por suerte o bien porque no se han involucrado no han madurado, como bien dices. Enfocan la vida con una frialdad terrible y hablan de temas delicados sin una mínima sensibilidad ni conciencia de herir a los demás.
Es bueno sacar estos temas de cuando en cuando, hacer quizás un poco de terapia colectiva y compartir experiencias.
Muchas veces estos temas los mantenemos enterrados pues no queremos estropear el mundo de la infancia que rodea a nuestros hijos. Pero, de cuando en cuando, es bueno ventilarlos al sol como reza la canción y dejarlos salir.
En perspectiva es lo que nos permite ver lo hermoso y valioso de la vida. Apreciar lo increíblemente afortunados que somos los que nos permitimos el lujo de banalizar con la rutina, lo que realmente es la felicidad.
A veces pienso que la felicidad es solo ese instante en que nos sentimos aburridos por no saber valorar lo que es tener salud, comida, compañía, gente que nos quiere y se preocupa de nosotros, gente a la que importamos muchísimo aunque en ocasiones no seamos conscientes de ello.
Un solo instante sin más pretensiones. Los que buscan la felicidad en grandes empresas no se dan cuenta que en su camino aplastan las pequeñas sorpresas de la vida que son la verdadera y efímera felicidad.
Cuando veo los abrazos que se dan mis hijos, cuando veo sus sonrisas. Cuando veo dormir a mi mujer a mi lado. Cuando esas noches que me desvelo acaricio su pelo y me siento el amo del mundo, en esos instantes se que soy feliz y no pido más. En esos instantes hay que beber felicidad, llenar la cantimplora por si llegan los años de vacas flacas. Porque eso es lo más importante de la vida y son detalles que no valoramos. Cuando sientes el agua fría refrescarte en una mañana calurosa o escuchas el cantar de los pajarillos que te sacan de tu sueño. Eso es felicidad y te la regala la vida a cambio de nada.
No te preocupes por cuanto o cuando puedes escribir. Hazlo cuando lo necesites o cuando te apetezca. Es sólo compartir un instante un momento o un rato. En ocasiones no nos podemos permitir el lujo. En ocasiones nos damos un festín jajaja.
Un fuerte abrazo.
!!!!!!Disfrutemos de este instante de felicidad¡¡¡¡¡¡