Comparar un fondo value europeo como Magallanes con un fondo índice mundial en el contexto en el que lo estabas haciendo no tiene ningún sentido. Y además lo sabes, pues primero lo comparas con el fondo índice europeo, pero ese no te sale tan bien en la foto. Porque para eso también podemos compararlo con el Nasdaq o, un fondo tecnológico o las acciones de Nvidia. Sin disculpar las formas ajenas, pues cada uno sabe defenderse solo, me entrometo para cuestionar este punto.Todas las inversiones son alternativas de todas, porque el capital a invertir es limitado: de la conjunción de ambas cosas emerge el concepto de coste de oportunidad.En la gestión activa -y al contrario de lo que las ridículas prime donne, también llamadas gestores, piensan-, la única rentabilidad importante es la de un eventual inversor, y la pericia de un gestor -o el alfa que él sea capaz de conseguir- está al servicio de dicha rentabilidad y del dinero que sea capaz de hacer ganar a dicho inversor y cliente, que es quien le paga. Que para lograr tal aparente vulgaridad decida especializarse en value europeo, minas bosnias, pozos petrolíferos yemeníes o inmobiliario birmano es asunto suyo, no de su cliente, por muy informado que deba estar y de hecho esté.Ya que, amigos, este posee, para ganar un dinero en esencia indistinguible del anterior, la casi mágica alternativa de un fondo indexado que representa el mercado mundial de países capitalistas -allá donde el concepto de "mercado financiero" tiene auténtico sentido-, de muy bajo coste y accesible sin complicación alguna. Y como quiera que el cliente es tan Homo economicus como Homo rationalis y "prefiere" ganar dinero de manera sencilla, barata y accesible, ha de ser la alternativa compleja, cara y artificialmente oscura de la gestión activa quien debe demostrar su eficacia y justificar su existencia batiendo a la alternativa sencilla, barata y accesible de la indexación al mercado desarrollado mundial. El medio -ámbito de competencia y su benchmark correspondiente- que use el gestor es cosa exclusivamente suya, pero su indiscutible fin es la obligación de darle al cliente una alternativa no subóptima.Aparentemente sesudas discusiones académicas acerca de alfa, de Jensen y demás banalidades no logran apartar de un entrenado olfato del inversor la pestilente sensación de que aquellas no dejan de ser un ridículo pretexto para seguir saqueando su bolsillo, manipulando sus emociones y movilizando sus sesgos. Porque debemos plantearnos que si cada gestor con su pericia bate al benchmark que más le conviene en función de sus habilidades o preferencias, pero hace menor rentabilidad -excuso decir ajustada al riesgo- que un barato y simplicísimo índice mundial, ¿puede argumentarse sin rubor que se haya ganado su comisión que deriva de su alfa? ¿O entonces su alfa a nadie más le importa que a él mismo como justificación para seguir captando incautos y recibir estrellas y premios de agencias calificadoras? Y no hablemos de la tan habitual práctica en la amoral industria de "mover la portería", cuando ni eligiendo ad hoc los índices de referencia son capaces de hacer lo que la estadística y la historia nos enseñan que no es posible hacer, más allá de la excepcionalidad anécdotica de naturaleza aleatoria.En fin, no eludo que podría argumentarse acerca de la utilidad de los fondos activos sectoriales o acotados geográficamente en la construcción de carteras de renta variable "compensadas" por parte de un inversor particular -y de ahí la necesidad de ese inversor de comparar cada uno con su referencia y no con el MSCI World-, pero nos veríamos obligados a llegar la conclusión de que eso no tiene sentido financiero alguno más allá del entretenimiento personal y que ninguna de esas carteras batirá al mercado en diez años, si no menos. Pero sería paradójico que en este hilo del foro, que se llama "Carteras de fondos de inversión", concluyéramos tal cosa, que casi nos obligaría a todos a dejar de escribir aquí y dedicarnos a leer a alguien -si el amigo y gran forero @docetrece
nos trae el Evangelio, traigo yo también mis filias- que nos recuerde de qué va esto de la vida, trasunto, quizá de la inversión. Our revels now are ended. These our actors, as I foretold you, were all spirits, and are melted into air, into thin air; and, like the baseless fabric of this vision, the cloud-capped towers, the gorgeous palaces, the solemn temples, the great globe itself, yea, all which it inherit, shall dissolve; and, like this insubstantial pageant faded, leave not a rack behind. We are such stuff as dreams are made on, and our little life is rounded with a sleep.