Me encanta el lenguaje (Saussure y Wittgenstein apuntaban a que el lenguaje acaba por modelar nuestro pensamiento). Por ello me interesa el origen o la perversión que subyace al uso del lenguaje. Por ejemplo, se ha hecho habitual en España olvidar que los bancos son tenderos de dinero y servicios asociados a este y que, de un modo u otro, acabamos pagando ese servicio. Como es normal. Siendo así, ¿a qué viene hablar de "conceder" un préstamo o crédito cuando no es ni una merced, ni un regalo, ni una gracia, ni una dádiva pues eso es conceder? Acabamos pensando que el banco nos hace un favor, que le debemos algo más que un interés pactado y que el bancario de turno nos ama. No. Tan solo está haciendo un negocio, como cualquier vendedor de algo.Que seamos "clientes" obedientes y vinculados o que nos interpreten como "el que consume", que ya no nos consideren "proletarios" porque nuestra fuente de riqueza ya no es tener a la prole obteniendo salarios de mierda con que subsistir... Se lleva el primado, el cargarnos de ideas paridas una y otra vez para que acabemos haciendo lo que les interesa que hagamos. Estudian neurociencia, cómo presentarnos algo con un color que nos invite a ser compulsivos, nos meten el ambientador con aroma a barbacoa en el burguer para que el cerebro salive y crea que eso que nos van a dar en una caja de espuma de poliuretano de un solo uso tiene algo de natural, de casero. Nos confunden a todas horas. Y, como decía Ritzer, nos quieren Mcdonalizar para que seamos cuanto más estúpidos mejor, cuanto más irreflexivos mejor, cuanto más tendentes a picar ante el más cutre de los incentivos: el precio del producto o del servicio, sin pensar qué se esconde ahí detras.En estos foros estoy fascinado: se habla de si te ahorras tanto o cuanto o si no pagas comisiones. Se habla de lo emergente, exclusivamente. Incluso se banaliza, creyendo que "total, todos son iguales" y se acaba todo con un "¡Lo quiero!" que es, exactamente, adonde el pescador quería llevar al merluzo.En fin,. no sé si siempre fue así. Me temo que sí, tras haber estudiado a las religiones de mayor peso y que están siendo sustituidas por el edonismo del consumismo cuyo mayor exponente es aquel de quien compromete renta futura - que no está garantizada en modo alguno - para comprar a crédito con su revolving de turno. Hasta que la rueda se pare porque la ruína será total. Se habrá consumado una transferencia pura de esfuerzo, de trabajo, de patrimonio de suma cero.¡Buenas noches!