No no no no no
De eliminar la autonomía madrileña, nada de nada.
La CAM puede hacer lo que le venga en gana, eso sí,siempre y cuando no altere ni perjudique en nada a los demás.
Y claro, si resulta que Madrid se dedica a fomentar la elusión fiscal de millonarios de otras autonomías, promoviendo cambios domiciliarios y demás, entonces está afectando a los demás, y eso no lo puede hacer.
Madrid puede autolegislarse en lo que quiera, siempre y cuando esas normas no causen un perjuicio que invada la indemnidad económico-fical de los extremeños, o los andaluces, o los murcianos, o los valencianos, o......
Una posible solución sería que esa legislación autónoma de privilegios fiscales a los millonarios solo fuese de aplicación a los nacidos en Madrid. Solo los madrileños de nacimiento (millonarios) gozarían de dichos privilegios.
Pero claro, eso nos abre dos disyuntivas:
a.- Unos madrileños, los indígenas, serían más madrileños que otros madrileños, los inmigrados.
b.- ¿No deciamos que todos los españoles son o deben ser iguales ante la ley? ¿O acaso los españoles madrileños por nacimiento son más españoles que el resto de españoles?
Incluso tendriamos una tercera derivada:
Esos privilegios de cuna a los millonarios madrileños de nacimiento ¿son heredables como la nobleza de sangre? ¿son transportables? ¿el resto de haciendas "regionales" debiera respetarles las inmunidades fiscales?
Por lo tanto, llegamos a la conclusión que si la CAM pretende establecer una legislación que divida, perjudique o separe a unos españoles de otros españoles, y cuyos efectos se extiendan más allá de su ámbito competencial territorial invadiendo territorios y competencias de otros, debiera:
a.- Promover un referendum nacional para que entre todos los españoles aceptasemos eso de que la CAM sea un paraiso fiscal para los millonarios allí radicados
b.- Como alternativa, y si persistese en no cesar dicha acción insolidaria y supremacista, se les debiera aplicar un fulminante 155 constitucional, y hacerlos regresar a la senda del ordenamiento legal.
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!