Inminente guerra civil en Cataluña

Es un chantaje.

Barcelona (que no necesariamente Catalunya), es una sociedad muy acogedora, llenísima de gente de todas partes. De todas partes del resto de Catalunya y de España, y del resto del mundo. Y eso me gusta mucho, como indígena barcelonino. Y creo que enriquece muchó el paisaje social. Otra cosa es que hay "nouvinguts" ("nuevosvenidos" en traducción literal) que lo sean con espíritu integrador y respetuoso con la ciudad y sociedad de acogida, y que los haya más bien "hijos de mala madre".

Hay quien vino de jóven, y se integró tanto tanto, que llegó a ser president de la generalitat (un tal Montilla desde Córdoba). Hay quien vino de joven, y sea por A o por Z (personalmente pienso que por el abecedario entero), no lograron integrarse y siempre fueron un poco parias sociales (unos tal Llarena o Lamela, por ejemplo, o también el asturiano Joaquin y la rusa Lidia).

La prensa española, la postura que acostumbra a tener ante inmigrantes del tipo "cenutrios, con cerrazón mental hacia la sociedad de acogida, conflictivos e irrespetuosos con los usos y costumbres", es más bien del firme rechazo, llegando a veces hasta extremos pelín xenófobos contra "los de afuera" en general, cuando la cosa va por casos y cosas, siempre particulares.

La excepción es cuando esos inmigrantes (gente nacida fuera del lugar de residencia, que voluntariamente vinieron en busca de una vida mejor a otra sociedad de acogida) lo son en Catalunya y manifiestan un gravisimo comportamiento incívico y anticatalán.

Ahí la prensa salvapatrias española aplaude con las orejas.

(Curiosamente cuando los ejemplos pudiesen ser justamente los contrarios, casos de excelente integración socio-política de personas de origen alóctono -propio o familiar de primer grado-, o se silencia, o incluso se critica abiertamente y se lanzan todo tipo de sospechas)

CATALUNYA

La doble cara de Tarragona

• El ‘procés’ ha sacudido una ciudad gobernada por PSC y PP

Banderas españolas en los barrios, pero una gran estelada ante la catedral (Xavi Jurio)

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SARA SANS, Tarragona

02/09/2018 00:59 | Actualizado a 02/09/2018 06:46

En Cal Peret cuelga un póster de la Colla Jove y otra de los Xiquets. “Cuando tienes un negocio tienes que ser de todos”, opina Pepi. Hace 33 años que tiene este bar, uno de los emblemáticos de la plaza de la Font de Tarragona y las ha visto de todos los colores, especialmente durante el último año en que en esta plaza, presidida por el Ayuntamiento, se han convocado más manifestaciones que en toda la década anterior. En Cal Peret, no hay ningún lazo amarillo. Tampoco bandera española: “Es que una cosa es el negocio y otra los pensamientos”, dice. Pepi sí votó el 1-O, “para que cambiaran las cosas; pero han pasado los meses y la gente está rara, con ganas de que esto termine… Que sea una cosa u otra pero que miren más por Catalunya, por los pequeños empresarios; los autónomos estamos fatal y desde fuera nos pintan tan mal…”. El bar de Pepi está en el centro del centro de Tarragona, una ciudad que podrían ser dos. Ese centro de 78.000 habitantes con cada vez más turistas, que vibra con las fiestas de Santa Tecla y con su Semana Santa, que presume de su patrimonio romano (declarado Patrimonio de la Humanidad hace 18 años), de sus castells y de su Nàstic. Y la Tarragona de los barrios de Ponent ubicados más allá del río Francolí y junto a la petroquímica con casi 60.000 vecinos más. Camp Clar, Torreforta, Bonavista nacieron a finales de los sesenta y crecieron a costa de una inmigración, principalmente andaluza, que creó las primeras asociaciones de vecinos de Catalunya para conseguir unas mínimas condiciones de vida mientras alimentaban con su trabajo la creciente industria química. Esas dos Tarragonas, más desconectadas entre sí de lo que muchos querrían, configuran dos paisajes. En el periférico, que había sido terreno abonado para los socialistas, arrasó Ciutadans en las elecciones de diciembre. En el centro, concentraron sus votos ERC y Junts per Catalunya. Y aun así, C’s ganó en todos los barrios salvo en la Part Alta (el casco antiguo delimitado por las murallas romanas), con lo que los constitucionalistas (PSC, PP y C’s) suman en la ciudad el 55,27% de los votos y los independentistas el 36,56%. “Aquí la gente está claramente en contra de la independencia, no se han sentido implicados en nada con el procés ; al contrario, contribuyeron a que Catalunya creciera y ahora se sienten en cierto modo rechazados”, dice Ana Borrego, la farmacéutica de Bonavista. Este barrio, el paradigma de la lucha vecinal de los setenta, está ahora inundado de banderas españolas: el 82,62% votó constitucionalista (el 55,7% C’s, el 20,9 PSC y el 6% PP). Sería Tabarnia en estado puro, si no fuera porque el invento de Boadella tampoco ha cuajado. “Tarragona es muy variada, pero aunque no es mayoritariamente independentista, éstos son los que más se manifiestan y los que más se ven en el centro”, mantiene Aurora Ruiz, catedrática de Química de la Universitat Rovira i Virgili (URV). Ella votó “no” el 1-O. Su marido, Xavier Rius, catedrático emérito de Química, votó “sí”. “La ciudad ha cambiado porque las personas han cambiado; nos hemos significado y nos hemos polarizado”, mantiene Rius que preside el Comité Oscar Romero, una ONG que impulsa proyectos de desarrollo en América latina y que tiene su sede en Torreforta. “No se puede pedir a una primera generación de inmigrantes un cambio tan grande… La estructura de Tarragona configura y condiciona”, añade Rius. El procés ha sacudido una ciudad gobernada por un PSC en declive (pasó de 12 a 9 concejales en el 2015) y que pactó con el Partido Popular en el 2016 –que entonces gobernaba en Madrid– para darle un impulso a los Juegos Mediterráneos. Y aun así, el certamen tuvo que retrasarse un año. El anfiteatro de Tarraco fue el escenario de la primera gran manifestación constitucionalista convocada por Societat Civil Catalana el 11 de septiembre del 2014 (que reunió a 3.500 personas según los Mossos y a 7.000 según la Guardia Urbana). Y en la antigua plaza de toros arrancó, a mediados de septiembre, la campaña electoral del referéndum del 1-O. “El mitin ilegal más grande de la historia de Catalunya”, dijo aquella noche Jordi Sánchez ante más de 8.000 personas entregadas y otras tantas que se quedaron fuera porque no cabían en el recinto. A la cabeza del PSC figura Josep Fèlix Ballesteros, que arrebató la alcaldía a CiU en el 2007. El alcalde no condenó la entrada de la Guardia Civil en las consellerias, se negó a ceder locales municipales para el 1-O y, a diferencia de homólogas de cargo y partido como Núria Marin (Hospitalet) o Núria Parlón (Santa Coloma), no condenó la actuación policial de aquel día en la ciudad. “El punto de inflexión se produjo el 20 de septiembre, cuando en plenas fiestas de Santa Tecla se organizó la manifestación a favor del referéndum que desbordó todas las previsiones. A partir de entonces, todos los actos a favor de la independencia acaban con gritos de ‘Ballesteros dimisión’”, explica Jordi Bertran, gestor cultural y miembro de varias entidades festivas. Y Ballesteros optó por un perfil bajo. De hecho, todavía no ha confirmado si volverá a presentarse a la reelección. Bertran mantiene que el gobierno socialista de Tarragona “ha abonado” la separación entre barrios y centro, “pero en la inauguración de los Juegos Mediterráneos también fracasaron porque no pudieron llenar el campo”, añade.

La ciudad acogió la primera convocatoria unionista y también el gran mitin de apertura de la campaña del 1-O

“La falta de iniciativa política, la inexistencia de un proyecto definido de ciudad y la falta de coraje, evidente el 1-O, ha comportado una desconexión entre el alcalde y amplios sectores de la población, que desaprueban la actitud y las políticas y que quedó simbolizado por el ejercicio de autonegación que fue la ceremonia de apertura de los Juegos”, asegura por su parte Jordi Jaria, profesor de Derecho Constitucional de la URV. Sin embargo, Jaria lamenta también la falta de un liderazgo alternativo, “capaz de canalizar este descontento y de producir un discurso ilusionante de ciudad, creíble y ambicioso”.

La capital de provincia menos independentista de Catalunya está gobernada por nueve ediles del PSC y cuatro del PP.

Pese a perder tres concejales, Josep Fèlix Ballesteros revalidó la alcaldía por tercera vez en el 2015. La composición municipal cambió drásticamente con la entrada de Ciutadans y ERC (cuatro concejales cada uno), y la CUP (dos); CiU registró su peor resultado pasando de siete a tres e ICV mantuvo el suyo.

El ‘procés’ ha sacudido una ciudad gobernada por PSC y PP

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EL HOSTELERO DE BLANES SE DEFIENDE DE OTRO ATAQUE SEPARATISTA: "¡SINVERGÜENZAS! ¡NO RESPETÁIS NADA!"

EL DEFENSOR DEL PUEBLO CONTRA LOS LAZOS AMARILLOS: "SON SÍMBOLOS DE UNA IDEOLOGÍA"

• OKDIARIO
• 03/09/201813:27

El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, ha dicho este lunes que el principio de neutralidad ideológica propio de una sociedad pluralista es "incompatible con la presencia en los edificios y espacios públicos de símbolos de una ideología".

Dudo mucho que el Defensor del Pueblo haya dicho eso, aunque no me extrañaría demasiado conociendo lo poco que le preocupa el Pueblo.

Los lazos amarillos no son símbolos de ninguna ideología, sino una protesta por los presos y exiliados políticos, protesta asumida por varias ideologías.

No tiene nombre todo lo que está pasando en ESPAÑA.
Cobardiano suelto y como si no hubiera pasado nada.
El Chistorra y el Cocomocho haciendo lo que se les pone ciscándose en los jueces, la Constitución y todo lo que le sale de ahí.....y cobrando del erario.
Un presidente Falconeti que apoya a los golpistas y que hace todo lo que puede para favorecer el golpe.
Esto es un país?
Donde está la Constitución?
Donde están los Jueces?
Si esto no funciona....dónde está el Ejercito.
¡ Tremendo lo que estamos pasando ¡

http://www.elmundo.es/espana/2018/09/03/5b8d0ebf268e3e980f8b4630.html

Por supuesto. No se si alguien dudaba de que lo contrario fuese posible.

Esto no va de lo que sea justo, legal, correcto o siquiera conveniente.

Se trata pura y simplemente de una autoridad "española" haciendo su correspondiente acto genufexo de adhesión inquebrantable a los principios del movimiento. En estos tiempos convulsos, la españolidad ya no se presupone, sino que debe ser manifestada de forma expresa mediante el rechazo, aunque sea irracional, irreflexivo, incluso contrario al ordenamiento jurídico, contra cualquier cosa que provenga de Catalunya.

Es un simple: "Yo soy español, y por tanto en mi ámbito de competencias (aunque me pase cinco pueblos respecto del ordenamiento legal vigente), me manifiesto abierta y explicitamente contrario a Catalunya".

Hace unos cuantos siglos, los acusaban de herejía, apostasia o judaizantes. Y, o hacían acto de adhesión y contricción, o los relajaban en la hoguera.
Lo de la churrascada ha cambiado, para que luego digan que en este pais no se avanza. El resto, el fondo del asunto, sigue igual.

Hace un tiempo, la españolidad se definió como la reconquista y expulsión del moro infiel. Ahora mismo, la españolidad se define como el rechazo, incluso con violencia, física y/o jurídica, contra lo catalán. Supongo que los intentos de conversión/asimilación vs. expulsión es lo que viene después. España ya tiene amplia experiencia histórica en haber expulsado porcentajes significativos de población autóctona solo por no compartir una ortodoxia uniformista hegemónica.

En qué siglo vives?

Vayas patochadas dices. Vives en la edad media? Añoras la Inquisición aragonesa ?

Esto no hay quien lo pare. Las gracietas producen el efecto contrario.

El PP exige la retirada de los lazos amarillos aparecidos en Portugalete

Creo que en el mismo que tú. Y sabes perfectamente que actualmente en España se está haciendo un mero juicio de opinión, criminalizando la mera disidencia ideológica.

Ya se sabía que llegado el momento de las hostias, aquí en Catalunya no abundarían. Es todo muy pacífico y cívico (salvo alguna que otra excepción, siempre co-protagonizada por algún que otro cenutrio "constitucionalista").

Pero me está sorprendiendo la tremenda covardía de los españoles ante cualquier manifestación de ser un posible hereje, disidente, o flojo de convicciones. Dudo que la mayoría de españoles estén convencidos de las barbaridades salvapatrias que se vomitan en los medios. Pero cualquiera que tenga algún carguillo oficial, y que su puesto pueda ser movido por presiones político-mediáticas, es que se caga patitas abajo con solo que le miren un poco feo algún que otro ultra, o les saquen tres o cuatro titulares vomitados. La mera sospecha de desafección los enferma, ante el temor a ser removidos. La verdad, esperaba un poco más de dignidad humana y arrojo de esos españoles, tan masculinos y viriles ellos.

Quizás eso explica que la mayor y mejor organizada institución que parió nunca España (la España castellana) fuera la Mesta, ya que en un pais de millones de borregos, era lo que se necesitaba organizar.

La MERA disidencia ideológica?????

Dónde vives? Intento de secesión de una parte del Estado!!!

Además tu tufillo supremacista apesta.

A que hora explica el muy honorable esta tarde el proyecto politico?

Se sabe ya si el dia 1 tendremos  puente en cataluña?

soldados de la republica