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La República catalana

602 respuestas
La República catalana
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#316

Re: La República catalana

Si ahora son inteligentes no neceitan el apoyo de la cup... tienen los del psc, pp o los comunes.

Si quieren sentarse a negociar dentro de los margenes de la ley los partidos de la oposion les cederan los votos que haga falta.

 

#317

Re: La República catalana

Es un simple reparto de papeles. Les han votado y les votarán siempre. Saben sumar y saben que son fundamentales en el proyecto supremacista contra la mitad de los catalanes.

Una frase de mi avatar:

"Diremos sólo que Cataluña sigue con su historia trágica, y que sólo eliminando la frivolidad política que hemos vivido últimamente se podrá corregir el camino emprendido” Josep Pla 1934.

#318

Re: La República catalana

del PP???? JA

#319

Re: La República catalana

No tengo yo la misma percepción. Si me hubieran dicho hace 10 años estar en esta situación ...lo hubiera firmado sin dudarlo.

#320

Re: La República catalana

esta posicion....cataluña parada creciendo por debajo de la media de españa , creando menos empleo, con las empresas marchandose en desbandada, con el sector turistico a la baja y sobretodo con un pueblo catalan partido en dos y serra como puedes decir que hubieras firmado esta situacion si ha ganado las elecciones en cataluña ciudadanos con tu amiga arrimadas al frente....eso si que no me lo creo serra....por cierto dile a puigdemont quer vuelva a españa que le espera una celda preciosa....saludos compatriota

#321

Re: La República catalana

Serra es sincero a mi ver. Hay personas creyentes (esa es la palabra), para los que todo lo que dices no tiene la mas mínima importancia. Primero te negarán lo que ven sus propios ojos, para después afirmar que no es para tanto.

Menos mal que nos queda Tabarnia.

#322

Re: La República catalana

yo tengo la esperanza de que una parte de esos mas de dos millones de independentistas se den cuenta de adonde les han llevado junqueras y el puig y al menos dejen de apoyarles,...se que tantos años de adoctrinamiento es dificil cambiarlo en unos meses pero creo que vamos por buen camino y el fervor independentista se ira desinflando poco a poco....saludos a tabarnia

#323

Re: La República catalana

" el proyecto supremacista contra la mitad de los catalanes "

¿A cual de los dos proyectos te refieres y cual es la mitad víctima?

Porque tan "supremacista" es algún planteamiento de un extremo que califica de "colonos" a los no afectos a una causa, como los planteamientos fuertemente uniformistas y asimilacionistas del otro extremo.

la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!

#324

Re: La República catalana

Carles Puigdemont ha demostrado este viernes que sigue con una sola idea en la cabeza: repetir como presidente de la Generalitat. Para conseguir ese objetivo no le importa desairar a sus socios ni proponer fórmulas que hace pocos meses habrían sonado a ciencia ficción, como la de gobernar Catalunya desde Bruselas y por internet. Sectores de todos los partidos, algunos abiertamente y otros con un silencio incómodo, rechazan la idea de un 'president' a distancia.

Sin embargo, eso no arredra a Puigdemont. El expresidente catalán, entrevistado en Catalunya Ràdio, ha defendido su derecho a ser investido por el Parlament contra todas las dificultades. Sin aclarar si cumplirá con su promesa repetida durante toda la campaña de volver tras las elecciones, ha asegurado que es más fácil dirigir la Generalitat desde el extranjero que desde la cárcel.

"Entre ser 'president' y ser presidiario, escojo lo primero porque creo que puedo servir mejor al país", ha dicho sin importarle si la frase molestaba a ERC. El partido, que se ha comprometido a votar la investidura de Puigdemont aunque duda que pueda soslayar los problemas legales, tiene a su líder, Oriol Junqueras, en la cárcel desde hace 78 días.

Malestar en ERC
El diputado de ERC Gerard Gómez del Moral ha expresado con rotundidad el malestar de los republicanos. "Puigdemont debería ser el candidato a la investidura, pero ahora bien, estas declaraciones me duelen, hay cuatro personas en la cárcel, cualquiera de ellos seguro que elegiría cualquier otra situación antes que ser presidiario. No entiendo la falta de tacto, me duele mucho", ha dicho.

El hecho de que el 'expresident' no quiera entrar en prisión -su equipo buscó sin éxito un pacto con el Tribunal Supremo que le garantizara inmunidad- y de que defienda incluso el "uso de las tecnologías" para gobernar a distancia da una idea de su voluntad de resistir a toda costa. Y, para hacer valer la victoria de Junts per Catalunya sobre ERC el 21-D, ha lanzado otro mensaje a sus socios: "El plan es restituir las instituciones catalanas. Estamos comprometidos todos los de la mayoría, es lo que acordamos".

También su visita de la próxima semana a Dinamarca invita a pensar que Puigdemont no tiene ninguna intención de abandonar el foco mediático. El expresidente catalán dejará Bélgica por primera vez desde finales de octubre -viajó allí después de proclamar una república que no tuvo efectos prácticos- para participar en varios actos. El lunes pronunciará una conferencia en la universidad de Copenhague sobre la situación política en Catalunya: fue su propio equipo quien pidió que se le invitara. El martes se reunirá con varios diputados daneses afines en la sede del Parlamento del país.

En Junts per Catalunya admiten que la visita entraña "ciertos riesgos", aunque no temen que la salida de Puigdemont de Bélgica pueda poner en riesgo su libertad. "Después de que el Estado español haya retirado la euroorden, no hay duda de que se puede mover por Europa", ha dicho Elsa Artadi, diputada de JxCat y una de las colaboradoras más cercanas del 'expresident'.

Inmunidad parlamentaria
Artadi ha añadido que, en opinión de su formación, Puigdemont también debería tener garantizada en España la "inmunidad parlamentaria". Sin embargo, en territorio español sí está vigente la orden de detención que, con casi toda probabilidad, provocaría el ingreso en prisión del 'expresident' en cuanto cruzara la frontera.

Puigdemont espera convertirse en 'president' pese al informe de los letrados del Parlament en contra de una investidura telemática y pese a la opinión mayoritaria tanto en ERC como en el PDECat de que Catalunya precisa un Ejecutivo que gobierne desde el primer día. Y para hablar sobre su futuro espera reunirse en breve con Roger Torrent, recién elegido presidente del Parlament.

En nombre de Junts per Catalunya, Artadi y Eduard Pujol han trasladado a Torrent que su candidato sigue siendo Puigdemont, opción que ERC asume con mucho menos entusiasmo. Se ha podido volver a constatar en la intervención de Raül Romeva, que se ha reunido antes junto a Marta Rovira con el nuevo presidente del Parlament.

¿Quién paga el viaje de Torrent?
En la rueda de prensa posterior, el 'exconseller' ha rehuido hablar de investiduras telemáticas y de los informes solicitados a los letrados; tampoco ha nombrado a Puigdemont hasta que le han pedido que dijera con nombre y apellidos aqué candidato apoyarán. "Hasta donde yo sé es Carles Puigdemont, si no ha cambiado a lo largo de la rueda de prensa", ha dicho.

Inés Arrimadas ha cerrado la ronda de contactos de Torrent con la advertencia de que si pretende viajar para entrevistarse con el exjefe del Ejecutivo catalán se lo pague de su bolsillo. Después de sus consultas, el nuevo presidente del Parlament tiene previsto proponer candidato a presidente de la Generalitat el lunes, y con casi toda probabilidad será Puigdemont.

#325

Re: La República catalana

'¿Que me tengo que hacer la cama?': 'Sí, señor Junqueras, esto no es un hotel'
'¿Que me tengo que hacer la cama?': 'Sí, señor Junqueras, esto no es un hotel'
Un funcionario de Estremera lo envió de vuelta a la celda cuando bajó a tomar su primer desayuno en prisión

#326

Re: La República catalana

Las seis razones por las que el juez Llarena acierta
La decisión de no ordenar la detención de Puigdemont en Dinamarca evita que el expresidente instrumentalice la ley a su antojo y protege el proceso del Supremo.
23 enero, 2018 02:57
DESAFÍO SOBERANISTA CATALUÑA CARLES PUIGDEMONT DINAMARCA BÉLGICA TRIBUNAL SUPREMO PABLO LLARENA DELITOS REBELIÓN
María Peral @Maria_peral
Algunos juristas -fuera, pero también dentro, del Tribunal Supremo- consideran que la resolución por la que el magistrado Pablo Llarena ha acordado este lunes no tramitar la euroorden contra Carles Puigdemont en Dinamarca se basa en argumentos metaprocesales con los que el instructor valora, más allá del Derecho, las consecuencias políticas que pueden tener las decisiones jurisdiccionales.

La mayoría de los juristas consultados -fuera y también dentro del Supremo- piensan, por el contrario, que Llarena ha actuado de forma inteligente en la aplicación del Derecho, salvaguardando el proceso por rebelión que instruye y, al mismo tiempo, el prestigio del más alto órgano del Poder Judicial. Éstas son sus razones:

1) El TS no baila al son de Puigdemont
El expresidente catalán tiene en vilo al Gobierno de España, al Parlament, a la clase política catalana, a las autoridades europeas.... El Poder Judicial debe tener su propio guión y no puede dejarse llevar por las ocurrencias de un investigado que tiene todo el tiempo para pensar cómo hacer fracasar el proceso penal en el que está inmerso.

2) Evitar la instrumentalización de la ley
Llarena ha llegado a la conclusión de que Puigdemont quería forzar su detención en Copenhague aprovechando la euroorden. Lo deduce porque, tras huir de España y proclamar que se refugia en Bruselas para eludir el proceso penal y un eventual encarcelamiento, ha difundido a los cuatro vientos que iba a viajar a Dinamarca, cuándo iba a hacerlo y dónde iba a estar.

Lo que pretendía Puigdemont era "instrumentalizar" la privación de libertad en Copenhague para, equiparado a Oriol Junqueras, obtener el voto delegado en el Parlamento catalán y alcanzar la investidura.

"La jactancia del investigado de ir a desplazarse a un concreto lugar no tiene otra finalidad que buscar la detención para subvertir la finalidad de un instrumento procesal que está previsto para garantizar la observancia del ordenamiento jurídico, convirtiéndolo en un mecanismo que le posibilite burlar el orden legal que rige la actividad parlamentaria", señala Llarena.

"Los instrumentos de privación de libertad, que la Constitución Española y ordenamiento jurídico habilitan para la mayor eficacia del orden legal, no pueden desplegarse para facilitar su transgresión y ruptura", concluye.

3) No favorecer la estrategia anticonstitucional
Utilizando la euroorden para ser detenido en Dinamarca y obtener así una vía (el voto delegado) para participar en el debate de investidura y ser elegido president, Puidemont podría cumplir "su proclamada intención de restablecer el mismo gobierno bajo el que se declaró la llamada república catalana e impulsar con ese gobierno su implantación", dice Llarena.

Tramitar la orden europea de detención y entrega hubiera servido, así, para "favorecer la estrategia anticonstitucional e ilegal que este procedimiento [penal] está llamado a poner término".

Uno de los juristas consultados señala que "hubiera sido el colmo que un instrumento como la euroorden, previsto para que los prófugos acaben sometidos al proceso, sirviera para que que los reclamados pudieran continuar ejecutando su proyecto criminal".

4) No ayudarle a desactivar el 155
De nuevo en el Govern tras haber logrado la investidura a través de una intervención parlamentaria por delegación, Carles Puigdemont habría conseguido su pretensión de "retornar al momento inmediatamente anterior a que el Senado español autorizara la aplicación del artículo 155 de nuestra norma fundamental, desactivando el único instrumento que se ha mostrado capaz de restablecer el orden constitucional", afirma el juez. Se trata, por tanto, de que el orden constitucional prevalezca en Cataluña.

5) No repetir la vía belga
El instructor del Supremo no quiere repetir la experiencia de tener que retirar una euroorden ante la posibilidad de que, como se temía en el caso de Bélgica, la entrega se acuerde de forma condicionada o sólo por determinados delitos y no por otros. Si eso sucediera, Puigdemont, cabecilla de la presunta rebelión, estaría en una situación ventajosa respecto a los coinvestigados que optaron por no huir. Se produciría, además, una "inaceptable" -califica el juez- restricción del objeto del proceso, que es depurar una eventual rebelión o sedición.

6) No se cierra la puerta
La gran ventaja de la decisión de Llarena, opinan las fuentes jurídicas consultadas, es que no cierra la puerta a cursar la euroorden. La resolución habla de "posponer" la orden de detención a un momento, "no necesariamente lejano", en el que "el orden constitucional y el normal funcionamiento parlamentario no se encuentren en riesgo por una detención que -como el Ministerio Fiscal defiende- sería lógica en otro contexto".

Por si acaso, el instructor ha empezado a allanar el camino aclarando que la retirada de la euroorden enviada a Bruselas "no descansa en una desconfianza" hacia las autoridades belgas sino que se debió a las "lógicas divergencias" que pueden existir en los ordenamientos de Estados diferentes cuando los delitos son complejos y cuando, además, no se conocen "los detalles de la actuación de los encausados".

La investigación avanza a buen ritmo y podría arrojar "aspectos de relevancia jurídico penal que podrían ser precisos para el Estado requerido".

#327

Re: La República catalana

La Guardia Civil busca a Puigdemont en un aeródromo donde sólo se hacen saltos en paracaídas

#328

Re: La República catalana

#329

Re: La República catalana

Se podría decir que en Cataluña han comenzado a correr los minutos de la basura a partir del anuncio oficial de la candidatura del Payés Errante hecho público por ese padre de familia de 38 años que responde por Torrent. Pero no se puede porque en Cataluña ya estamos en el siglo de la basura desde el lejano instante en que Mas nos comunicó urbi et orbi que los siete millones y medio de pobladores del país petit íbamos a ser invitados a un crucero a Ítaca con todos los gastos pagados. Restos, sobras y deshechos al margen, lo único cierto y seguro a estas horas es que Carles Puigdemont no será el próximo presidente de la Generalitat. Seguro y cierto, digo. Porque el corazón de los catalanistas asilvestrados acaso tenga razones que la razón no entiende, pero la aritmética no conoce de esas bagatelas. Y lo que dicta la aritmética es que, se ponga como se ponga, los números no le salen a Puigdemont. Simplemente, no le salen. Pues ocurre que el Reglamento de la Cámara deja bien claro que el candidato propuesto solo podrá ser investido si logra la mayoría absoluta de los votos del Hemiciclo en primera instancia, objetivo quimérico para los separatistas, o si, ya en una segunda votación, fuese capaz de cosechar más apoyos que repudios por parte de los diputados presentes. Pero, como es sabido, los electos levantiscos que no son competencia exclusiva de la Guardia Civil por encontrarse en situación procesal de búsqueda y captura disponen de 65 escaños escasos en el Parque de la Ciudadela. Los mismos 65 que suman, juntos y revueltos los grupos todos de la oposición. Algo que no sería un problema para los sediciosos escaldados si la Reina de la Ambigüedad se hubiera vuelto a mantener equidistante. Pero resulta que Colau ha impartido órdenes expresas a Domènech para que le administre la extremaunción al ido. Empate, pues. Y el Reglamento es de una claridad inmaculada al contemplar esa eventualidad: el candidato, para ser elegido, necesita contar, al menos, con la mayoría simple de los sufragios emitidos. Por tanto, tras el postrer ruido y la última furia crepuscular, el histrión de la triste estampa tendrá que hacerse a un lado. So pena que el padre de familia Torrent quiera inmolarse por la causa, hipótesis harto improbable. Porque ese Torrent es, sí, un separatista convicto y confeso, pero no parece un tarado. Esa joven estrella emergente no se va a jugar el futuro de sus dos hijos pequeños por los delirios de grandeza del Payés Errante. El precedente de Forcadell, aquella noche aciaga suya sobre un camastro de Soto del Real, está muy presente en el ánimo más bien medroso de la tropa de la Esquerra. Pero si Torrent hiciera honor a su apellido y se revelara un orate súbito a última hora, si la Mesa por él presidida violentara tanto la letra como el espíritu de la norma que rige el proceso de elección de la máxima autoridad del Estado en la plaza, ni tan siquiera en esas circunstancias Puigdemont podría ver consumado su burdo afán de ser promovido de nuevo a la presidencia de la Generalitat. Y es que, materializada esa circunstancia extrema, aún faltarían un par de requisitos formales, ambos insoslayables por lo demás, para poder dar por concluido el trámite de designación de un nuevo presidente de la Generalitat. Porque nadie puede tomar posesión formal de ese cargo oficial, ni de ningún otro, sin que su nombre aparezca publicado con la preceptiva antelación tanto en el Diario Oficial de la Generalitat como en el Boletín Oficial del Estado. Dos periódicos diarios que en este preciso instante comparten un mismo director, cierto Mariano Rajoy Brey. El extraviado no quiere entenderlo, pero su hora ya pasó.

#330

Re: La República catalana

Al Payés Errante ya solo le queda subirse a un barril de cerveza e imitar el gruñido del cerdo hasta que se canse. Y nada más. Sus cinco minutos de gloria escénica se han terminado. Lo acaba de proclamar Tardà, un hombre bastante menos primario y elemental de lo que tanto se esfuerza en aparentar a diario: "Si hace falta, tendremos que sacrificar a Puigdemont". Ganas ya se ve que le tienen. Y en cuanto a la eventual necesidad de lanzarlo a la pira de los juguetes rotos, resulta evidente que, desde el sábado por la tarde, eso se ha convertido en un imperativo insoslayable para cualquier separatista con un par de dedos de frente y una clientela a la que tener que mantener con una ristra de talones al portador cada principio de mes. En cuanto al padre de familia Roger Torrent, tampoco da la impresión de que esté pensando en suicidarse a lo bonzo solo por darle gusto al otro durante su último telediario. A estas horas, Puigdemont es historia; todo lo bufa que se quiera, pero historia a fin de cuentas.

Así las cosas, una vez caído el telón tras el último acto de la charlotada bruselense, al bloque sedicioso le esperan dos tareas inaplazables. La primera, recuperar cuanto antes –y al precio que sea, renuncias y corrimientos de listas incluidos– el control directo sobre los treinta y cuatro mil millones de euros anuales que maneja el Gobierno de la Generalitat, un botín sin cuyo manejo discrecional el independentismo catalán en bloque sería lo mismo que la Falange Auténtica o el Partido Proverista: nada con sifón. La segunda labor, y no menos urgente que la previa, requiere que se aborden cuanto antes los trabajos iniciales que lleven al levantamiento oficial del acta de defunción del catalanismo, aquel ambiguo andamiaje ideológico que sirvió durante casi un siglo para mantener oculta ante las miradas del exterior la genuina naturaleza disolvente y antiespañola del particularismo político local. Ahora, terminada también la cansina comedia del "encaje", la dimensión ecuménica del separatismo que comparten todas las corrientes políticas de estricta obediencia autóctona hace innecesario mantener en activo por más tiempo aquel añejo antifaz, el del catalanismo tan útil en su día.

Por lo demás, a estas alturas de la fractura social, las diferencias programáticas y doctrinales entre la Esquerra y esos restos herrumbrosos y dispersos que aún quedan por ahí de la vieja Convergencia, el PDeCAT o como se llamen esta semana, ya apenas resultan prosaico matiz irrelevante. Porque ni la Esquerra representa a estas horas la expresión política de los descamisados de estricta raíz vernácula, ni lo otro, esas rémoras finales del pospulolismo agonizante, encarna en absoluto la representación civil de la mítica burguesía catalana. Bien al contrario, tras la puesta de largo del procés y la asonada final con la proclamación en el Parlament del nasciturus republicano, moral, ideológica y sociológicamente, ERC y el PDeCAT son lo mismo: la forma organizada del indigenismo catalán más cerril y asilvestrado. La unificación bajo unas mismas siglas, pues, está llamada a llegar más pronto que tarde. Por cierto, una labor, la de la voladura controlada del PDeCAT, que puso en marcha Puigdemont desde el primer instante de su presidencia. Se llame como se llame, el muy honorable enterrador del Payés Errante va a tener mucho trabajo.