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Rajoy el serio

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Rajoy el serio
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Rajoy el serio
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#751

Re: Rajoy el serio

Cada día os veo más listos Jaumes.

Las coges al vuelo.

#753

Re: Rajoy el serio

Sánchez y Rajoy hablan 10 minutos y ambos se ratifican en su postura
La conversación fue «cordial», el líder del PP se mantuvo en la idea de gran coalición y el del PSOE le reiteró que no le apoyará

#756

Re: Rajoy el serio

Seguramente seria la mas esperada del año... y hablando de otro punto...no crees que podría haber habido antes una de esas llamadas ni mas que secretas. Por ejemplo de su Majestad del Rey o quien sabe quien. Pero seguro que antes de esa llamada habrá habido otra. Esperemos que sea fructífera.

#757

Re: Rajoy el serio

El ex-ministro de industria José Manuel Soria ha presentado su renuncia al puesto de director ejecutivo del Banco Mundial en una carta enviada al secretario de Estado de Economía.

#759

Re: Rajoy el serio

Mariano Rajoy asiste «perplejo» a lo que está ocurriendo en el PSOE. Así describe un alto cargo del Gobierno en funciones cuál es la impresión del jefe del Ejecutivo sobre la crisis socialista. Rajoy apostó desde el primer momento por que su posición debía ser la de resistir y dejar que el líder del PSOE «se cociese» en su propia salsa. Como ha hecho con todos los adversarios sobre los que al final ha ido imponiéndose. Rajoy les deja que se desgasten, que acaben equivocándose y cometiendo los errores que «les llevan a la fosa». Son sus más cercanos los que describen en estos términos su estrategia. «Sin que él tenga que hacer poco más que esperar a ver pasar el entierro», añade un alto cargo de Moncloa. Y así ha ocurrido también con el ya dimitido secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Aunque la gravedad de la situación interna en el PSOE ha empezado a activar alarmas en Génova.
Después de las elecciones de diciembre, Rajoy lo vio ya claro, a diferencia de muchos en su partido e incluso de bastantes de sus colaboradores más próximos. En almuerzos y conversaciones privadas, el presidente en funciones lleva nueve meses trasladando a sus interlocutores la sensación de que estaba tranquilo y seguro de que no había posibilidad de un Gobierno alternativo de izquierdas. «Es cuestión de tiempo. Antes o después habrá un Gobierno del PP», es la frase que coinciden en atribuirle algunos de esos interlocutores. Y desde esta seguridad en que la fruta madura caería de su lado, la estrategia del líder popular ha pasado por centrar todos sus recursos en mantener prietas las filas de su partido y en hacerse valer ante su militancia y, sobre todo, ante su electorado. Convencido, a diferencia de otros compañeros de formación, de que resistir bajo la bandera de la estabilidad le iba a permitir seguir mejorando sus resultados electorales si el PSOE se empeñaba en mantener el «no es no». Y así ha sido.
Y así cree que sucederá si vuelve a haber elecciones. Después de diciembre, Rajoy estaba seguro de que iba a haber nuevos comicios. Absolutamente. Y por eso no entró en la rueda de las negociaciones ni tampoco «se manchó» tomando la iniciativa «hacia la nada». Aunque incluso dentro de su partido hubo quien dudó y cuestionó su postura. En privado su mensaje siempre había que leerlo en clave de ese carácter gallego que le sirve para sostener su lema de acción: no hacer nada hasta que todas las piezas del tablero han terminado de recolocarse y él tiene la baza de manejar más información que sus contrarios. Rajoy no se movió de la hipótesis de que no había margen para que la izquierda pactase nada porque la dinámica les llevaba al choque. Pero nunca pensó que esa dinámica colocaría al PSOE ante el escenario de «volarse internamente». Después de junio, Rajoy recibió por distintas vías el mensaje de que el PSOE acabaría absteniéndose. No fue un mensaje directo del secretario general socialista, pero sí de satélites de ese partido. Una idea que fue desvaneciéndose según Sánchez se aferraba con más fuerza al «no es no» a Rajoy. Hasta que antes de las elecciones vascas y gallegas la información que llegó a Moncloa fue que esta vez sí iba a haber movimiento en Andalucía. Que Susana Díaz estaba actuando en distintos niveles, y que había movimientos también de empresarios y de otros «referentes» sociales con el objetivo de concertar la estrategia para «pararle los pies» a Sánchez y facilitar que la Legislatura se pusiera en marcha. Y esto hizo que Moncloa y la dirección popular se dispusieran a afrontar esos comicios como una meta volante decisiva en la gobernabilidad. La información que les había llegado de Andalucía y de otros anclajes económicos llevó a la cúpula popular a abrir más espacio a la idea de que, finalmente, podría haber Gobierno sin necesidad de ir a unas nuevas elecciones. El estallido del PSOE tumbó cualquier previsión.
Si bien, en lo que afecta a sus intereses, la cúpula popular tiene claro que la mejor salida, a estas alturas, sería ir de nuevo a las urnas. A medida que avanzaba esta segunda Legislatura sin acuerdo de investidura, en el PP han ido viendo con más claridad que unas terceras elecciones iban a servir para reforzar aún más su mayoría y romper el bloqueo que arrastramos desde diciembre. El hastío y el cansancio ciudadano están sirviendo como palanca para sacar de la abstención a más votantes desencantados de sus siglas, y que en junio siguieron sin responder a «la presión», y también para recuperar votantes que se les habían ido a Ciudadanos. Éstos son los datos demoscópicos con los que trabajan en Génova. A Rajoy le convienen las elecciones, dice la conclusión interna mayoritaria. Pero por encima de esos intereses «colocará necesariamente el sentido de Estado» y si el PSOE le ofreciese negociar una investidura, el líder popular se sentaría a negociar. Sin aceptar exigencias maximalistas desde el punto de vista programático ni tampoco que esa negociación pudiese estar condicionada a que diese un paso atrás, precisan en su entorno, «aunque dispuesto a cerrar un acuerdo que evite unos nuevos comicios». Pero la crisis socialista ha roto la capacidad de llegar a ninguna conclusión sobre sus consecuencias en la gobernabilidad. La única tesis es que Rajoy se ha impuesto a Sánchez. «El “no es no” se ha llevado por delante al PSOE y son más votos para el PP”, comenta en privado un miembro del Comité de Dirección del PP.

#760

Re: Rajoy el serio

La dimisión del ya ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez no ha apagado el debate instalado en el partido sobre la abstención en un hipotético segundo debate de investidura de Mariano Rajoy, una cuestión sobre la que este domingo ha vuelto a confrontar posturas los responsables de la formación.
http://ecodiario.eleconomista.es/politica/noticias/7864516/10/16/La-dimision-de-Pedro-Sanchez-no-apaga-el-debate-sobre-el-no-a-Rajoy.html

#761

Re: Rajoy el serio

gracias gracias pedro

Sondeo de Gad3 para el ABC realizado hasta el 30 de septiembre. Entre paréntesis variación respecto a la encuesta de hace 3 semanas.

PP 33,5% (+2,5) / 159 (+17)
UP 20,8% (+0,3) / 69 (-1)
PSOE 18,6% (-2,5) / 68 (-13)
C'S 11,9% (-1,0) / 25 (-5)
ERC 10 (=)
PDC 8 (=)
PNV 6 (=)
EHB 4 (+2)
CC 1 (=)

#762

Re: Rajoy el serio

A los socialistas se les ha atragantado el “no es no” a Rajoy. La dimisión de Pedro Sánchez aleja la posibilidad de unas terceras elecciones y allana el camino para que Mariano Rajoy sea investido presidente con la abstención del PSOE.

Tras el espectáculo del Comité Federal del sábado, que puso en evidencia la división encarnizada de los socialistas mientras los agitadores caldeaban el ambiente en la calle Ferraz, al PSOE le espera un descalabro histórico en las urnas si tiene que concurrir a nuevas elecciones generales en diciembre. Sea quien sea el candidato.

El PSOE tampoco tiene margen ya para forzar el “Gobierno del cambio” que perseguía Pedro Sánchez y que precisaría el acuerdo de 44 partidos, incluyendo a los independentistas catalanes, los proetarras de Bildu y la sopa de letras integrada en Unidos Podemos.
A la espera de que las decisiones que pueda adoptar la gestora del PSOE presidida por el asturiano Javier Fernández, en el Palacio de la Moncloa comienzan a ver viable la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno con la abstención de los socialistas, que evitaría la celebración de nuevas elecciones en diciembre.
La prioridad: el empleo y la economía
Pero Rajoy no quiere ser un presidente rehén de los grupos minoritarios que intenten dinamitar su acción de Gobierno en el Congreso de los Diputados desde el primer día. Por eso ha comunicado a su círculo más próximo que no aceptará la abstención del PSOE para facilitar su investidura si va acompañada de condiciones inasumibles.
Es decir, no aceptará que el PSOE imponga exigencias –como la derogación de la reforma laboral o el incumplimiento de los límites de déficit impuestos por la Unión Europea– que supongan un retroceso o amenacen la creación de empleo y el crecimiento económico logrado, con importantes sacrificios, durante los últimos años.
Los populares están dispuestos a seguir la hoja de ruta pactada con Albert Rivera, ya que 100 de las 150 medidas aprobadas contaban con el apoyo previo del PSOE. Por tanto, el texto de este pacto debería marcar el camino para culminar durante la próxima legislatura la salida de la crisis y la consolidación del crecimiento económico mediante un gran consenso entre los partidos constitucionalistas: PP, PSOE y Ciudadanos.
En caso contrario, si los socialistas plantean exigencias inasumibles o se proponen bloquear en el Parlamento las iniciativas legislativas del Gobierno, Rajoy renunciará a la investidura y forzará la celebración de nuevas elecciones en diciembre.
Podemos acaricia el ‘sorpasso’
En los comicios generales del 20D, el PP obtuvo 123 escaños, muy lejos de la mayoría absoluta lograda cuatro años antes. Pero después de que Pedro Sánchez bloqueara la investidura de Rajoy, los populares lograran ampliar su ventaja hasta los 137 escaños en las elecciones del 26J.
Los estrategas del PP se muestran convencidos de que lograrán aumentar aún más su representación parlamentaria si las elecciones se repiten en diciembre. Así parecen indicarlo los resultados de los comicios vascos y gallegos del 29S, que acentuaron la caída del PSOE en ambas Comunidades y permitieron a Alberto Núñez Feijóo renovar su mayoría absoluta. En ambos casos, no logró ni un solo escaño Ciudadanos, el partido que disputa al PP el espacio de centro-derecha.
Tras la ruptura de la dirección del PSOE y la caída de Pedro Sánchez, los socialistas podrían registrar un descalabro aún mayor en las urnas en diciembre, que serviría a Podemos el sorpasso en bandeja. Así las cosas, en La Moncloa confían que la nueva dirección del PSOE evite esta posibilidad y acepte un acuerdo viable para poner en marcha cuanto antes la nueva legislatura.