Catalunya-España 2015 (cosas que pasan)

Jjaja!

...sí, sí,... pero a este enfermo terminal lo has/han enterrado varias veces; está el médico, la funeraria y hasta el cura preparados, pero..., el cabrón no se muere!

Salt
(esta es la pequeña)

Hoy se celebra el Onze de Setembre, fiesta nacional de Catalunya. Desde hace más de un siglo esta fecha ocupa un lugar central en el ideario catalanista, como recordatorio de la caída de la ciudad de Barcelona en la guerra de Sucesión y de la posterior supresión de las viejas leyes catalanas en beneficio de una monarquía más centralizada. El Onze de Setembre condensa un impulso constante de Catalunya: el deseo de autogobierno y la defensa de su cultura e idioma. Una corriente con muchos matices e intensidades, que nunca ha sido monolítica. Ni antes ni ahora. Hoy es un buen día para recordarlo, puesto que se cumplen cuarenta años de la primera celebración en libertad del Onze de Setembre después de la dictadura franquista. Cuando aún no había transcurrido un año desde la muerte del general Franco, los todavía ilegales partidos políticos catalanes pudieron organizar un Onze de Setembre tolerado por el gobierno de Adolfo Suárez, que acababa de llegar a la Moncloa con el encargo del rey de acelerar el tránsito hacia la democracia. Ante la condición de que no se celebrase en Barcelona, los organizadores eligieron Sant Boi de Llobregat, en cuya iglesia parroquial se halla enterrado Rafael Casanova, conseller en cap de Barcelona durante el asedio de 1714. Acudieron a la cita miles de personas y hubo tres oradores: Octavi Saltor, vinculado a la antigua Lliga, Miquel Roca i Junyent, de Convergència Democràtica, y Jordi Carbonell, que habló en nombre de la Assemblea de Catalunya, plataforma unitaria de los partidos antifranquistas, en la que la izquierda era predominante. Ecos de la Lliga, el nuevo nacionalismo y la izquierda. Al año siguiente, centenares de miles de personas se manifestaban por las calles de Barcelona reclamando la autonomía y pocas semanas después, el 23 de octubre de 1977, Josep Tarradellas regresaba a Barcelona después de haber pactado con Suárez la restauración de la Generalitat. Estamos hablando de uno de los pasajes más brillantes de la transición. La incipiente democracia, todavía sin Constitución, reconocía la institución de autogobierno de los catalanes y a su presidente en el exilio. Un fragmento de la legalidad republicana era injertado en la España posfranquista. El gobierno de Madrid escuchaba la reclamación fundamental de la sociedad catalana y respondía con un gesto excepcional, que a su vez contribuía a legitimar el proceso de transición. Otro año después, en diciembre de 1978, la gran mayoría de los catalanes mayores de edad votaban a favor de la nueva Constitución. El proceso democrático se estabilizó, entre otros factores, gracias a un acto de explícito reconocimiento político de Catalunya. Conviene recordarlo. La Diada de Sant Boi pertenece a todos –no sólo a una parte del espectro político– y nos recuerda dos cosas muy importantes. La necesaria amplitud y pluralidad del catalanismo y la posibilidad de llegar a acuerdos con los órganos centrales del Estado, que rompan la rutina, la inercia y el uniformismo. Suárez no fue quietista. Si un acuerdo valiente resultó posible en 1976-1977, también podría serlo ahora, cuando la gran mayoría de la sociedad catalana reclama que la crisis económica y la redistribución de soberanías en el interior del nuevo orden europeo no sirvan de excusa para estrangular el autogobierno. Unos piden la independencia, otros soberanía, otros federalismo, otros pleno respeto al Estatut aprobado por las Cortes en el 2006... Evidentemente, son conceptos distintos e incluso contradictorios, pero tienen un común denominador: la voluntad de autogobierno. La suma de todos ellos abarca a la gran mayoría de la sociedad catalana, que siempre ha sido pactista. Este es el significado profundo del Onze de Setembre.

Reuters: La agencia norteamericana ha publicado un teletipo poco después de los actos de la Diada en el que “los catalanes protestan en apoyo a la independencia de España”. El acto, afirma la agencia, llega cuando el gobierno local se ha comprometido a seguir adelante con los planes para formar un nuevo estado en 2017, elevando la presión sobre los líderes en Madrid en un momento de confusión en la política nacional.

The New York Times: El rotativo neoyorkino ha reproducido poco después el mismo texto de la agencia Reuters en su sección de internacional.

Financial Times: La cabecera económica británica también habla de la Diada y afirma que los catalanes celebran el 11S en un momento en el que la independencia pasa por un cruce de caminos.

BBC: La cadena pública británica publica un artículo en el que afirma que cientos de miles de personas se han manifestado en Catalunya por la ruptura con España.

Le Figaro: El periódico parisino asegura en su portada que los independentistas muestran su fuerza en Catalunya.

Le Monde: El rotativo francés también habla de la Diada con una nota de agencias de AFP. Afirman que cientos de miles de catalanes salen a las calles para pedir la ruptura con España

Politico: La web de información política asegura que los catalanes enseñan a España una lección de unidad.

Bild: El diario sensacionalista alemán recoge dos noticias sobre lo sucedido durante la Diada, por un lado recoge las palabras de Puigdemont afirmando que convocará “elecciones constituyentes” tras el 11S de 2017. Por otro, publica una breve nota sobre las manifestaciones que han congregado a miles de personas.

Nouvelle Observateur: El periódico francés publica un amplio reportaje sobre la situación catalana en el que se pregunta cómo los independentistas lograrán que Madrid se pliegue. Como cada septiembre 11, afirma el diario, los separatistas saldrán a la calle para desafiar al gobierno central.

Tribune de Géneve: El rotativo suizo también informa de la Diada y afirma que una gran manifestación pide la independencia de Catalunya. El gobierno catalán quiere un estado independiente de España para 2017.

Al Jazeera: El canal de televisión de noticias afirma que las protestas de los separatistas de Catalunya presiona para una ruptura con España.

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La mitad que el año pasado y bajando.

Sí!, ya veo!, son pocos!,...habrá que ignorarlos.

Lo mejor es la manipulación de TVE (en línea con el reaparecido tocón): El año pasado se empeñaron en que no hubo 1,4 millones sino 500.000 más o menos. Ayer dijeron que ha bajado porque sólo ha habido 800.000 y el año pasado fueron 1,4 millones.
¡Qué fácil cazar a estos mentirosos!

Para mentirosos los de TV3 , los superan de largo, ahhhhhh que no la ves,....que pena.

casi todas las Televisiones publicas estan politizadas, mejor cerrarlas, gasto inutil.

Esta es un pregunta que si te has pasado cinco años sudando de lo lindo en la calle cada 11 de septiembre quizás te has hecho más de una vez. Y aunque parezca mentira es un pregunta muy pertinente que no tiene una respuesta tan evidente. Después de una nueva demostración de fuerza del apoyo popular al soberanismo, el presidente Puigdemont ha asegurado que el verano de 2017 tendremos o referéndum con garantías o elecciones constituyentes. En otras palabras, el proceso, por fin, llegará a su fin.   ¿Por qué ha tardado tanto, entonces? Podríamos decir que la chispa que encendió el 2010 no generó la brasa suficiente a nivel político hasta las elecciones del 27S de 2015. Antes de esa fecha el Parlamento de Cataluña, sencillamente, no tenía un mayoría independentista. Por mucho que Artur Mas se creyera la causa no fue hasta que la coalición de Juntos por Sí concurrió a los comicios que se prometió a sus votantes una hoja de ruta que culminara con el estado propio. Antes del 27S hablábamos de preliminares.   Con Mas fuera de la ecuación momentáneamente (no penséis que está en el cajón de la historia) Puigdemont cogió el timón del Gobierno más soberanista que ha tenido este país y los plazos son los que son. Está claro que hay quien hubiera preferido que el 28S se aprovecharan los 72 diputados independientes para hacer una DUI pero esto hubiera sido engañar a los votantes de Juntos por Sí. Unos votantes que, en gran parte (y no me aventuro a decir cuál), no votaron esta lista para "hacerlo rápido" sino para "hacerlo bien". Votaron arrebato pero sin olvidar la cordura.   Estos 18 meses están preparando muchas cosas. Algunas no se pueden decir en voz alta y de otros es mejor que no salgan en la tele. Ahora bien, me consta que el Gobierno trabaja para la ruptura. De hecho, sería más adecuado decir por las rupturas ya que la desconexión, si llega, será en muchos ámbitos y departamentos y no se puede pasar por alto ningún detalle. Este verano las siglas de moda son las del RUI pero por muy bien que suene creo que el presidente tiene razón cuando dice que un referéndum no serviría de nada si no se hace con garantías. A pesar del censo, que lo tienen, si España dice que el censo es fraudulento todo ello generará dudas. Además, una de las estrategias del unionismo puede ser no ir a votar (como ya hizo en 9N) y la fotografía podría quedar entonces aún más desdibujada. Es por ello que, a pesar de que el RUI guste mucho a los independentistas, al Gobierno le falta un plan B. Una alternativa que se llama elecciones constituyentes. En unas elecciones al Parlamento, España tiene que dar el censo; por lo tanto son siempre legítimas. En unas elecciones al Parlamento de Cataluña se debe presentar todos; por lo tanto son siempre completas. Si, otra vez, hay una mayoría independentista de diputados que así lo haya prometido a sus electores, se podrá producir una DUI ... y, como todo proceso democrático (y este lo es), todo ello culminará con un referéndum. Un referéndum que quizás ya no se convoca bajo una legalidad española y, por tanto, no vulnerará ninguna ley (catalana). La ruptura se habrá hecho efectiva.   Puede ser por todo esto no se declara ya la independencia. Los que estáis impacientes, los que tienen prisa, no sufráis. Este Gobierno va en serio (y la CUP también). Ahora bien, a la independencia quieren llegar con mucha garra pero también con sensatez.