¿Cómo ha llegado Catalunya hasta aquí?
Una parte de la explicación se ve simplemente analizando la deuda total de la Generalitat desde 1997. Empiezo en 1997 porque muchos analistas ponen esa fecha como la del inicio de la burbuja inmobiliaria. El primer gráfico (arriba) muestra la deuda total de la Generalitat en millones de Euros. El gráfico de debajo muestra el déficit de la Generalitat expresado en relación al PIB. La fuente de ambos datos es el Banco de España (links a la deuda TOTAL y a la deuda en RELACIÓN AL PIB).
Entre 1997 y 2003, cuando la Generalitat estaba presidida por Jordi Pujol, la deuda total en euros se mantuvo constante (apenas subió de 9.200 millones a 10.900 millones de euros) pero como el PIB subió muy rápidamente debido al boom inmobiliario, la deuda como fracción del PIB bajó más de dos puntos porcentuales i pasó del 9,7% al 7,4% del PIB.
Entre 2003 y 2008 (durante los gobiernos tripartitos de Pascual Maragall y José Montilla, pero antes de que empezara la crisis), la deuda absoluta aumentó en casi un 50% y pasó de 10.900 a 15.776 millones de euros. Eso, a pesar de que la economía estaba experimentando un importante boom económico. Y esa es la primera lección que debemos aprender de todo esto. Durante las épocas de bonanza los gobiernos deberían ahorrar para no pasarlo mal en épocas de crisis. Eso es cierto siempre, pero todavía lo es mucho más cuando la economía crece por culpa de una burbuja inmobiliaria. La razón es que todas las burbujas llegan a su fin por lo que los gobiernos deben saber que sus ingresos fiscales son anormalmente altos y, por lo tanto, deberían ahorrarlos y no comproterse a mantener gastos permanente altos.
En lugar de ahorrar, la Generalitat no solo dilapidó todos esos ingresos extraordinarios y temporales sino que gastó mucho más de lo que ingresaba hasta el punto de que su deuda pública aumentó en casi un 50%. Todos sabemos la lista de malgasto: construcción de aeropuertos y otras infraestructuras absurdas, despilfarro masivo en un Forum de las Culturas lamentable, aumento del gasto sanitario como si la bonanza tuviera que durar toda la vida, cartillas para todo el mundo, contratación de amigos, parientes y afiliados (“la menjadora”), encargos de estudios de consultoría, campañas de publicidad con fines electorales, estaciones de metro decoradas por los mejores y más caros arquitectos y diseñadores del mundo y hasta algún conseller sostenible y solidario diseñando su propio edificio de oficinas al estilo Feng Shui, cargando unos 42 millones de euros al contribuyente. Todo esto, en lugar de invertir en la competitividad del país y preparar a estudiantes, trabajadores y empresarios a encontrar alternativas si algún día llegaba a la crisis. Resumiendo: una vergonzosa demostración del escaso respeto que el Govern de la Generalitat tenía por el dinero del contribuyente.
Y todo esto siguió hasta que, naturalmente, explotó la burbuja y llegó la recesión. Era la segunda mitad de 2008. La crisis comportó una caída en picado de la recaudación fiscal. Como el Govern se había comprometido a uno gasto público elevado y como al principio no se tomó en serio la crisis y siguió gastando como si no pasara nada, la diferencia entre el gasto y los ingresos y, por lo tanto, la deuda pública, se disparó y pasó de 15.776 a 20.825 millones en un año. Cuando Montilla y el tripartido se marcharon en 2010, la deuda (34.229 millones de euros) DOBLABA la que se encontró al llegar a la Generalitat y TRIPLICABA la que el primer tripartito de Maragall encontró en 2003. En porcentaje del PIB, la deuda catalana había pasado del 7.4% al 17.3%.
Artur Mas llegó al Govern en 2010. A pesar de que su política nada más llegar fue la de la austeridad germana, la deuda bajo su mandato ha seguido subiendo y ha alcanzado los 42.000 millones (el 21% del PIB) según los últimos datos del Banco de España. ¿Cómo puede ser? Pues porqué, como ya he explicado muchas veces, la austeridad, por más necesaria que sea a medio y largo plazo, tiende a agravar las crisis económicas a corto plazo. La austeridad ha empeorado la recesión y, por lo tanto, la recaudación de la Generalitat ha seguido cayendo. Si a eso le sumamos que los pagos de intereses son cada año mayores debido a la prima de riesgo y a que la deuda es cada vez más grande, tenemos que la deuda de la Generalitat sigue subiendo sin parar aunque sí es verdad que en el último ejercicio parece haberse parado el crecimiento exponencial de esa deuda. Veremos como acaba.
La primera conclusión de todo esto es que el primer gran responsable de la deuda de la Generalitat es la propia Generalitat. El dispendio descontrolado y la falta de ahorro durante los años de la burbuja han causado un aumento problemático de la deuda y los catalanes debemos entender que el nivel de gasto público (sanitario, educativo, cultural, universitario, infraestructuras, etc) al que se llegó an 2007 no eran sostenibles y deberán ser reducidos. No hay más.
...lo demas....pues cosas de cegadores...otro abrazo...
Quien tiene dinero tiene en su bolsillo a quienes no lo tienen