distan y no distan, pues si el estado ha de poner coto a los oligopólios, en el del capital no lo está consiguiendo, o no quiere conseguirlo.
tampoco lo consigue, o no quiere, en el oligopolio de la distribución de productos agrícolas, cuando se da la circunstancia de que el agricultor (muchos oferentes) percibe 1 por un producto que luego se vende a los consumidores (muchos demandantes) por 50 o mas.
tampoco lo consigue, ni quiere, sino todo lo contrario, cuando decreta una reforma laboral para favorecer a los pocos oferentes de trabajo (empresas) en perjuicio de los muchos demandantes (los parados), y cuando altera las relaciones laborales de los ocupados (muchos trabajadores) otorgando mayor poder de negociación a unos pocos (los empresarios).
respecto a que la eficiencia dependa del carácter público o privado de la propiedad, no creo que haya nada demostrado. lo que si está demostrado es que todas las grandes empresas españolas, salvo alguna honrosa excepción, tienen su origen en el capital público, si bien fueron gran parte de ellas privatizadas en la era aznariana.
la iniciativa privada brilla en nuestro país por su ausencia.
y así nos va frente a la iniciativa privada alemana, o inglesa, o americana, o china (aunque ésta también tiene mucha de pública).
Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.