Gracias por la respuesta Bravepawn,
Lo que has expuesto es todo cierto, pero todas esas ineficiencias (imperfecciones) ya las conocemos los profesionales de la gestión pasiva. Han existido siempre, la gestión activa se ha aprovechado en las últimas décadas siempre de ellas, y los resultados del documento SPIVA están a nuestra disposición para ver si el inversor particular ha estado mejor servido durante décadas mediante la gestión pasiva (en el largo plazo). A mi juicio eso no va a cambiar, y mi fundamento se basa en la exposición de Sharp "The Arithmetic of Active Management".
La gestión pasiva tiene sus principios:
1. El ratio rentabilidad/riesgo es lineal. A mayor rentabilidad mayor riesgo.
2. Productos de inversión Long-only.
3. Es más imprtante ponderar la inversión en distintas clases de activos que la elección de acciones individuales, y que el asset allocation es base suficiente para controlar el riesgo.
4. Mantener los valores a largo plazo.
Los principios de estilos de inversión como la de la gestión activa, la adaptativa, son distintos. Pedersen y AQR aplican los más novedosos descubrimientos del mundo académico, y lo ponen en práctica en sus nuevos productos de inversión. A mi juicio son productos muy prometedores, pero opino que hay que verlos siempre en el marco que establece Sharp en "The Arithmetic of Active Management". Existirán productos que superen a sus respectivos índices de referencia, pero la gran mayoría quedarán por debajo del índice de mercado, y como de lo que se trata es de que un inversor sin un elevado conocimiento financiero pueda obtener una rentabilidad aceptable para conseguir sus objetivos financieros, la gestión pasiva indexada a mercados totales ofrece una mayor probabilidad de conseguirlos.
Se ha trasladado al gran público, tanto a inversores pasivos como activos, la falsa idea de que la gestión activa no bate a su indice de referencia a largo plazo. Esto es falso. La gestión pasiva no dice eso. Naturalmente existen gestores activos que batirán al índice, el problema es que hoy no sabemos (ni lo sabe nadie) cuales serán los ganadores del futuro. Este es el argumento por el cual (especialmente) me inclino a que el inversor particular sin una base de conocimiento financiero debiera optar por este estilo de gestión, que es la gestión pasiva.
Naturalmente hay que definir lo que se entiende por gestión pasiva. Muy simple: Invertir en Mercado (en toda su profindidad, grade+mediana+pequeña empresa por capitalización bursátil). La inversión en productos Total Market.
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Los avances en investigación financiera, desarrollos de los mercados, etc. pone en manos del inversor nuevos productos innovadores de inversión. Es el caso de todos aquellos productos financieros que no son de gestión pasiva. Yo los clasifico como productos estatégicos, porque todos ellos obedecen a una estrategia definida. Estoy pensando en aquellos que popularmente conocemos como Smart-Beta.
Es importante definir lo que es un índice, ya que existen productos que pueden llevar el nombre índice, y no lo son.
Las propiedades fundamentales que debe tener un producto para considerarse índice son:
1. Debe ser transparente, es decir, su metodología debe ser información pública.
2. Debe poderse invertir grandes cantidades de capital en un plazo de tiempo corto, y poder realizar la venta igualmente en corto plazo de tiempo para obtener la ganancia de la inversión.
3. El procedimiento debe ser sistemático, es decir, la construcción del índice debe basarse en reglas predefinidas, y por lo tanto, la desconexión del enjuiciamento humano.
Estas propiedades la tienen la gran mayoría de productos Smart-Beta, por lo que, a mi juicio, atodos aquellos productos que contengan las tres propiedades expuestas, se les puede considerar como "índices (estratégicos)".
Toda una "industria financiera" pone hoy a disposición, entre ellos AQR, una gran oferta de productos innovadores financieros. La gran pregunta es si debemos hacer uso de ellos, y como utilizarlos.
Bien, estos productos se caracterizan porque aquello que en gestión activa se denominaba Alfa, lo incorporan en gran parte en la nueva Beta (la Smart-Beta), lo que entra en competencia directa con la verdadera y cara gestión activa. La innovación financiera ha hecho posible que la explotación de las ineficiencias de mercado explotadas por la gestión activa tradicional, ahora sean explotadas (basándose en reglas), a través de productos Smart-Beta, se ha hecho accesible "de forma simple" al pequeño inversor, y lo más importante, a un coste muy inferior a la gestión activa tradicional. Y este es el atractivo de estos nuevos productos, y por lo tanto, nuestro nuevo abanico de productos de inversión es muy superior a la de épocas pasadas, pudiendo construir carteras con una definición de enfoques muy precisos.
Las carteras de inversión las podemos componer de:
1. Productos de gestión pasiva.
2. Smart-Beta
3. Productos de gestión activa
Lo que enriquece, para un inversor bien formado y competente, la composición de carteras, no solo en el ábito de control del riesgo como es el de la gestión pasiva, sino en una variedad importante y distinta que ofrecen productos Smart-Beta.
Un saludo a todos,
Valentin