Jose Antonio Fernández Hódar publica hoy una entrada en su blog del diario Expansión sobre lo ocurrido el pasado jueves:
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Ataque coordinado en todos los frentes
El pasado jueves fue uno de esos días que invitan a muchos inversores a tirar la toalla y decir: Que paren la Bolsa, que yo me bajo. Es cierto que entre las expectativas abiertas, tenía una especial relevancia la intervención de Mario Draghi, presidente del BCE, tras la reunión del consejo de gobierno de la entidad. Pero el mercado estaba tranquilo, casi confiado en que Draghi sacaría de la chistera la varita mágica que en mayor o menor medida, contenta a casi todos. De hecho, las bolsas abrieron con subidas moderadas que se fueron autoalimentando a lo largo de la mañana. Nos fuimos a comer con nuestro principal indicador bursátil subiendo el 1,30%, en línea más o menos con principales plazas bursátiles europeas. Pero, como dicen en mi pueblo: Poco dura la alegría en la casa de los pobres. Y lo que prometía ser una jornada tranquila, se convirtió, por arte de magia, que no es tal, en una debacle de mucho cuidado.
En los primeros 10 minutos de la intervención de Don Mario los mercados se dieron la vuelta. El EuroStoxx 50 bajaba en picado perdiendo casi el 3% y todos los índices bursátiles europeos le siguieron en formación cerrada. Antes de que se te corte la digestión, lo primero que te preguntas es ¿aquí que ha pasado? El euro subía como un cohete ganando en su cambio contra el dólar más del 3%, el mayor repunte desde marzo pasado. La cotización del Bono alemán caía el 2,06% y la del americano se desplomó hasta los mínimos de noviembre perdiendo, de una tacada, todo lo ganado en la segunda quincena de mes. Para redondear la cosa, al bajar el dólar, subió el crudo.
Draghi se ha debido cortar las venas en público, fue el primer pensamiento. Luego resultó que no. Que según dicen los que saben de esto, Draghi había decepcionado a los inversores. Supongo que será a los más tontos del parqué. Y partiendo de la premisa de que aquí el más tonto hace relojes de madera . No te queda más remedio que decir ¡anda ya... ¡A otro perro con ese hueso!. Porque el BCE alargará la compra de activos hasta marzo de 2017 y reinvertirá los vencimientos en nuevas adquisiciones durante ¿todo el tiempo que sea necesario¿. Aumentará hasta el 0,3% la penalización a los bancos por depositar su liquidez en el BCE en lugar de facilitar la concesión de créditos a clientes. y prolongará la ¿barra libre¿ de dinero disponible para las entidades financieras. En definitiva, una inyección adicional de 360.000 millones. ¿Qué gaitas esperaban los mercados?. Entonces me acordé de mi buen amigo Antonio Saéz del Castillo, uno de los introductores del Análisis Técnico en España, quien se ha pasado la vida diciendo: Lo aleatorio no existe en Bolsa, aquí es todo manipulación organizada. Chapeaux, Don Antonio.
Aquí que lo que ha ocurrido es que los depredadores han decido llevar a cabo un ataque coordinado en todos los frentes. Porque si no es así, a ver como se explica que el día D (reunión del BCE) a la hora H (intervención de Draghi) se montara la marimorena en bolsas, divisas, bonos y materias primas. Y en el caso de la Bolsa, como han ido contra los grandes que son los que más ponderan, han tirado abajo los índices y el efecto contagio ha arrastrado a la práctica totalidad del mercado.
La pasada semana hablábamos de gestionar el riesgo. ¿Y qué se hace en casos como este?. Nada, porque el pequeño o mediano inversor nada puede contra estos monstruos. Quienes pueden, y tendrán que intervenir, son los bancos centrales y las propias empresas, retirando papel del mercado. Una acción coordinada puede convertir al cazador en cazado. Entre tanto, porque no sabemos cuánto va a durar, no hay otra solución que aguantar el chaparrón, si hay margen. Si no lo hay, cortar las pérdidas en seco, que tiempo habrá para volver a comprar.
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