Entrevista en inbestia a Liro Varhia, inversor desconocido (supongo). La pongo para darnos un poco de moral....
P. El
sector del shipping ha sufrido un tremendo castigo en los últimos años. Algunos dicen que es un negocio nefasto donde no merece la pena arriesgarse. ¿Qué te hace ser optimista?
R. Este es un argumento muy común contra el sector shipping. Siendo honestos, escuché los mismos argumentos contra las acciones de oro a finales de 2015, contra el transporte de dry bulk en 2016 y contra las acciones de uranio en 2017. Aparentemente, a nadie le gusta cuando las cosas están baratas. Este es el momento de entrar en shipping.
Pero hay una razón para esa mala reputación y es un problema real para la industria del transporte marítimo. Esta industria ha estado ocupada por malos actores y plagada de decisiones estúpidas que han destruido valor para los accionistas. Afortunadamente, el gobierno corporativo ha venido mejorando de manera gradual recientemente y finalmente estamos comenzando a ver movimientos favorables para los accionistas en muchas compañías. Las compañías navieras necesitan recuperar la confianza de los inversores mediante la creación de valor para los accionistas. Llevará algún tiempo.
Pero también hay que recordar que se puede ganar mucho dinero con el shipping cuando el ciclo se da la vuelta y pasa a ser positivo. No olvidemos que el apalancamiento funciona en ambos sentidos. No recordamos los buenos momentos durante los malos. El transporte marítimo es un negocio cíclico y, sin duda, no es apto para inversores de tipo "buy and hold". El timing respecto al ciclo lo es todo en las inversiones en este sector.
Las principales razones para ser optimista con el sector del shipping serían: la disrupción de la nueva normativa de la Organización Marítima Internacional (IMO, en inglés) en 2020 que reduce el límite del contenido de azufre del combustible que alimenta los barcos; un número de pedidos de nuevos barcos muy pequeño con arreglo a los estándares históricos en la mayoría de los subsectores; y la falta de interés de bancos e inversores en financiar los planes de crecimiento temerarios después de muchos años de pérdidas y de una regulación bancaria más estricta. Y las acciones están baratas. Puedes encontrar muchas compañías con balances sólidos que están pagando un 8% de dividendo con flujo de caja libre. Las acciones cotizan a 0,5-0,6x sobre NAV (Net Asset Value), con el valor de sus activos cerca de mínimos históricos.