¡¡¡Uuuuuffff!!!, comienza a notarse que en los últimos meses hemos aterrizado en los fondos los ex-subasteros. ¡Èsto no son depósitos!.
Las bolsas caen un 5% y cunde el pánico, el renta4 monetario puede que no suba y emerge el averno, el pegasus ha caído ligeramente y rememoramos Pompeya..; el hedor del pánico financiero en el siglo XXI galopa más rápido que el terror a los bubones en la Florencia del XIV.
Quizá sea el momento adecuado para que los que hemos llegado a los fondos huyendo de los depósitos o simplemente quienes se acercaron al calor de las altas rentabilidades de la RV y RF de los últimos años sin pensar ni comprender los riesgos que asumían (pero con el paso de los meses no han querido aprender ni pensar), hagamos un ejercicio de introspección y reflexión:
-¿Sabemos en lo que estamos invirtiendo, los riesgos que corremos, nos estamos formando e informando algo o preferimos flotar sin rumbo en el limbo de la inocencia financiera?.
-¿Somos capaces de asumir pérdidas sin sufrir un ataque de ansiedad, acaso siquiera sabíamos que podíamos perder?.
-¿Cual es el horizonte temporal de nuestra inversión, somos capaces de rebalancear mínimamene la cartera, estamos invirtiendo en fondos de riesgo el patrimonio que nos sirve para comer o lo que "nos sobra"?.
Lo siento si estoy siendo demasiado duro con algunas personas, pero, ¡señoras y señores", que nos estamos jugando NUESTRO dinero, NUESTRO sudor, el pan de NUESTROS hijos (si nos jugamos el pan de nuestros hijos, es que no nos sobra ni un céntimo y la cabeza nos sirve únicamente para sujetar unas rayban y llevar una gorra de la roja, no para pensar).
A meditar, ¡¡ya!!, porque como los mercados peguen tres bandazos más, quiebre algún banco, haya un impago soberano, unos tiros mal dados en cualquiera de las guerras... nos podemos cepillar el 10%-15% del capital y entonces de nada servirán los lloros y las soflamas contra los impíos mercados.
Saludos sabiendo (mínimamente) en qué oscura caverna escondemos nuestro dinero.